sábado, 25 de abril de 2020

Hexagrama 5 y distanciamiento social

Que el Covid-19 sea un invento de los gringos para eliminar a los chinos, o un mandato subliminal da un poco lo mismo: de distintas maneras todos los países del mundo han adoptado grados de aislamiento social y aquello está modificando nuestras formas de vida y eso de por sí lo transforma en un factor inevitable dentro de nuestra convivencia social.

Por cierto, muchos mandatarios odiados y criticados en sus respectivos países, como en el mío, se encuentran utilizando todas sus herramientas comunicativas durante el encierro para reforzar sus propias nociones de control social y explotación indiscriminada de recursos, con mayores y menores grados de éxito.

Entonces, quise preguntarle al i ching ¿Cómo sobreponerse al distanciamiento social global?

La respuesta no pudo ser más sorprendente y amplia: el hexagrama 5 "la espera" seguido del hexagrama 50 "el caldero".

Las colas en los supermercados: tan necesarias como amenazantes.


Se me ocurren al menos dos posibles interpretaciones que ire desarrollando a lo largo de estos párrafos, pero todas desde el mismo punto de partida.

Es momento de prepararnos para un cambio profundo en nuestra manera de habitar este mundo.

Desde nuestros respectivos encierros podemos percibir que algo nuevo se nos viene encima, algo a lo cual no podemos ir al encuentro porque nuestras posibilidades se ven impedidas por la amenaza del contagio y las restricciones sociales que se nos imponen: no podemos cambiarnos de ciudad, ni de trabajo, ni de ocupación porque no sabemos cómo será eso que se nos aproxima.

Las cuatro líneas mutantes nos entregan información acerca de las diversas fases por las que atravesamos en medio de este paisaje opresivo, que bien puede despertar nuestras ansiedades o problemas más profundos.

No necesariamente, por cierto. En la línea 1 simplemente nos adaptamos: nos disponemos a cultivar nuestras rutinas, ocios y costumbres, quizás nos atrevemos a intentar cultivar alguna nueva, habitando en nuestro aquí y ahora sin complicarnos demasiado. ¿Podríamos quedarnos aquí y no complicarnos la existencia? Por cierto.

Sin embargo, la línea 4 profundiza mucho más hasta alcanzar las profundidades de este estado, lo peligroso y mayúsculo de este momento que estamos viviendo. Aguardamos en la sangre: la posibilidad es concreta. O bien nos vemos obligados a volver a nuestros trabajos presenciales para procurarnos sustento, o nos echaron del trabajo y el tiempo nos exige reconvertirnos, ingeniárnoslas, salir a la calle, desafiar el encierro. O bien de tanto aislamiento comenzamos a mirarnos hacia adentro y somos capaces de empezar a percibir y lidiar con nuestras sombras más recónditas. No nos queda más que fluir, exponernos a los peligros.

Y como el cliché exige, al mirar a nuestros demonios al rostro nos comenzamos a dar cuenta que quizás no son tan terribles como parecían. Nos vamos acostumbrando a las luces y sombras de este distanciamiento y a disfrutar de los pequeños momentos disponibles de paz, de belleza, de bienestar y de placer.

Pero inevitablemente podremos caer una vez más en la línea 6, casi al final de esta fase de peligro. El texto nos advierte de "3 visitantes no esperados", es decir, salir del peligro nos exige reinventarnos, acudir a las opciones que jamás estuvieron en nuestros planes.

Y en su conjunto, al recorrer esta senda, una de muchas posibles desde este hexagrama, llegamos hacia la transformación profunda que ocurre dentro del caldero en el hexagrama 50. Muchos levantan una ceja y advierten el peligro de un "nuevo orden mundial" en ciernes, pero eso de alguna manera son visitantes que esperaríamos, que las grandes mentes sabias y poderosas de nuestro mundo están intentando ejecutar. Esta lectura nos advierte que quizás no va por ahí la cosa. ¿Qué creen ustedes?