La verdad es sin lugar a dudas uno de los conceptos más manoseados. Muchos de quienes utilizamos el i ching o cualquier otro sistema arquetípico buscamos en él un mapa, un faro para guiarnos en el cada vez más convulsionado mundo en el que vivimos. En este sentido hay muchas maneras de aproximarnos al i ching, desde muchas tradiciones y enfoques distintos, y en ese sentido la categoría de verdad siempre corre el riesgo de dividirnos.
Mi trabajo con el i ching es principalmente de carácter autodidacta, un conocimiento que he ido construyendo a partir de las traducciones de las traducciones de Richard Wilhelm primero, Ritsema Karcher después, y el trabajo muy personal y poético de Marta Ortiz, así como las nutridas y fructíferas interacciones con lxs compañerxs del Compendiu d'i ching de Facebook (aunque no suelo participar tanto) Todo esto cruzado con mi experiencia personal.
Soy un ferviente defensor de la idea de que los lenguajes son para apropiárselos, y eso es lo que llevo haciendo desde hace 18 años. En estos tiempos muchas otras personas hacen lo mismo, seguramente obtienen hexagramas muy distintos y sus secuencias siguen otras formas y patrones, pero podemos encontrar en ellas hitos relevantes y tremendas revelaciones que lo son sólo en la medida que nos sean útiles, o convenientes.
Hago esta introducción porque el 2025 nos confrontará precisamente con el tema de la verdad y, sobre todo con el poder que determina esta posición de verdad, porque el hexagrama que yo obtuve esta vez es el hexagrama N°1: Ch'ien, lo creativo, el cielo.
Cada hexagrama ofrece muchas posibilidades de interpretación, a continuación iré tirando algunas ideas al aire y a partire de ellas ensayando algunas imágenes que iré cruzando con algunos elementos de actualidad mundial de manera muy general.
K'ien, el cielo es la energía yang cruda, fuerte, determinada y transformadora. Es el trigrama cielo duplicado, que en el ba gua se encuentra a mediados de otoño y muestra elementos de tensión entre las energías que apuntan hacie el reposo y la quietud del invierno y aquellas que se activan y traen los vientos e inundaciones que limpian el camino para comenzar el nuevo ciclo después del solsticio.
A lo largo de nuestro planeta hay muchos elementos que precisamente dan cuenta de tensiones: desde las cada vez más convulsas catástrofes climáticas en varios lugares del mundo como las inundaciones en España, los tornados devastadores en Cuba, líderes arrogantes y poco dialogantes que empujan conflictos hacia el exterior y también hacia el interior como los de Argentina, Estados Unidos, Rusia y Venezuela, conflictos bélicos que han derivado en masivos genocidios y una tensión silimar a la que vivíamos en los tiempos de la guerra fría como la catástrofe en Palestina y el medio oriente, la tensión entre la Unión Europea y Rusia, entre Taiwan y China, entre las dos Coreas y tantos otros. Lejos de vislumbrar una conciliación, sin duda este 2025 estos conflictos se profundizarán en sus alcances y las posturas irán tornándose más radicales si es que aquellas personas que deciden y asumen roles protagónicos insisten en atrincherarse dentro de sus propias convicciones. El ejercicio del poder será difícil si quienes lo ejercen adoptan posturas rígidas, creando tensiones y desacuerdos tan radicales que mantendrán instalada la idea de que es necesario imponer el orden a toda costa porque de otra manera pareciese imposible avanzar en la solución de aquellos temas, cada vez numerosos que se encuentran en conflicto y que, al menos desde esta perspectiva, seguirán estándolo.
Por otra parte, también será un año de mucha creatividad, de grandes visionarios y ofertones de soluciones mágicas. Inventos que seguirán transformando nuestras vidas, como la inteligencia artificial y tantos otros. Algunos ya los conocemos, otros que ni siquiera sospechamos seguramente aparecerán. Cada uno de estos personajes e invenciones transformará de manera determinante su campo de acción y, en algunos casos, ofrecerá luces y certezas en medio del caos y del cada vez más acelerado ritmo de vida que estamos viviendo. Conectar con ese impulso creativo, confiar en nuestras ideas y con la energía necesaria para darles forma es una posibilidad que hay que aprovechar independientemente de nuestro contextos y posibilidades. Ahí hay una ventana interesante, que cada uno de nosotros podrá aprovechar.
El secreto para que esto ocurra en armonía aparece en la línea 5 del hexagrama, precisamente la línea del soberano, la capacidad de aún ocupando un puesto de responsabilidad, aún en la visión iluminada no perder de vista nuestra conexión con nuestros contextos. Sólo así nuestras ideas creativas y nuestros liderazgos podrán realmente instalarse de manera perdurable y armoniosa. Paradójicamente, eso implicará no sólo escuchar aquienes están de acuerdo con nosotros o quienes trabajan para nosotros, sino también a aquellos que no. De lo contrario este poder y esta tensión derivará en tiranías, dictaduras y élites corporativas que, aún afianzadas como están, no descansan en buscar maneras de perpetuarse en el tiempo y dejar huella, como lo han hecho durante toda esta era que se acerca a su final, que por este 2025 aún no seremos capaces de vislumbrar.
El hexagrama complementario, precisamente, es el 14, cuando el poder se asienta y se sustenta con convicciones y verdades absolutas que iluminan desde lo alto y se propagan hacia todas las direcciones posibles.