Y es que mi intención es referirme al concepto de "Verdad" el cual se encuentra experimentando una aguda crisis en esta época llena de conflictos multiplicados exponencialmente hasta el infinito.
![]() |
La verdad de una obra de arte suele ser incomunicable en términos objetivos, pero ahí está disponible para quien sea capaz de percibirla. |
Hace 5 mil años la cultura china desarrolló, a partir de minuciosas observaciones de los fenómenos naturales el I Ching o Libro de las Mutaciones donde, haciendo uso de la analogía, traslada los ciclos naturales reflejados en las estaciones del año a toda clase de niveles y situaciones. Este sistema, como ya saben muchos que siguen este blog, consta de 64 hexagramas que en términos sencillos muestran las relaciones entre dos fuerzas complementarias y sus implicancias.
Uno de estos hexagramas es el 61, Dshung Fu o, como comúnmente se ha traducido, como la verdad INTERIOR. El ideograma muestra la garra de un pájaro incubando un huevo. A lo largo de sus seis líneas las líneas fuertes al exterior y al interior dejan un hueco vacío en las dos líneas del medio. Sus dos trigramas constituyentes son el Lago y el Viento. Lo alegre abajo, que representa la energía apaciguadora del otoño cuando el año comienza su reposo y suele estar asociada al placer, a la seducción, al compartir y encontrarse. El viento arriba, por su parte, representa la brisa primaveral que esparce las semillas que se hundirán en el suelo y germinarán durante el próximo ciclo. También habla de un carácter suave, silencioso, sutil pero inquisidor, profundo en su mirada.
Los trigramas nucleares, a su vez, forman los trigramas trueno y montaña. Trueno, que representa la renovación de energías del año que comienza y muestra un carácter impetuoso y decidido, y Montaña que es el último remanso del año que se acaba, el lugar de santuario y paz donde todo movimiento se acalla.
Dejémonos llevar simplemente por la poesía de las imágenes. Aparece la idea de incubación, de protección, de un ambiente seguro y acogedor que permite que la vida se despierte y se desarrolle. Una verdad necesita INCUBARSE en un ambiente propicio, colectivo, donde los distintos miembros de la comunidad acuerden honrarla y transmitirle cierto peso. Siguiendo la sugestión tenemos que la verdad es un PRODUCTO cultural que logra extenderse y diseminarse en la medida que sea alimentada y esitimulada en un ambiente propicio, que puede ser un grupo determinado de personas, una tribu, una cultura, una civilización, una religión, una filosofía, un teorema científico, un dogma.
Es fácil comprender que no existe una sola cultura en la tierra. La diversidad, más allá de las distintas opiniones al respecto, es un hecho incuestionable con el cual debemos convivir y lo hacemos con mayores o menores niveles de apertura y aceptación.
La primera línea nos muestra el primer escalón de aquello que consideramos como verdad. Hay verdades que son convenientes a algún grupo y sus intereses particulares y pueden ser utilizadas para afirmar un poder. Por eso advierte "estar preparado trae buena fortuna, cuando hay segunda intención ES INQUIETANTE". El i ching no valora dicha posibilidad, como en otros hexagramas y líneas, simplemente la muestra. El ego y la verdad son una mezcla potencialmente peligrosa en términos de comunicación y por esto al mutar esta línea el agua se convierte en un torrente que finalmente nos lleva al mar, a la conciencia colectiva cuyo sendero está ilustrado en el hexagrama 59, la Dispersión.
La segunda línea es más amable en su seducción. Aparece descrito como el llamado que la grulla hace a sus polluelos, un llamado irresistible que sobrepasa las barreras de lo racional y obedece a afinidades inclasificables. Es el poder invisible e irracional de toda verdad al revelarse e impulsarnos a mejorar en el hexagrama 42, el Aumento. Es esa fuerza irresistible que nos impulsa a agruparnos de la cual la mente racional tanto desconfía por sus posibles nefastas consecuencias. Si ambas líneas cambian nos encpontramos con la sabiduría del hexagrama 20, la Contemplación, donde desde lo Alto (entendido como el lugar que nos otorga una perspectiva más amplia) el sabio se muestra como eje mplo y puede observar la vida del pueblo sin implicarse en sus recovecos.
Al medio, las dos lineas yin representan al hombre en su relación con las verdades, o cómo éstas lo afectan. Bien ocurre que nos refugiemos en ellas para evitar la angustia de la soledad conduciéndolo a una voluntaria dependencia a las circunstancias imperantes donde el centro de gravedad está puesto en aquello que esperan los demás, esas verdades colectivas que parecen existir per se, aquellas dentro de las cuales fuimos educados desde niños como precisamente la idea de las verdades incuestionables y las cruzadas en pos de la verdad. Es el incómodo callejón del hexagrama 9 "La Fuerza Amansadora de lo pequeño" donde permanecemos a merced de instrumentos como la opinión pública y no nos queda otra que someternos a sus dictados que parecen ser los del "sentido común" a riesgo de ser condenados al ostracismo de no ser tomados en cuenta por el colectivo.
Por cierto existe la opción de apartarse de aquellas convenciones, renunciar a la aprobación democrática y emprender el difícil y espinoso camino de la búsqueda de sentido representado en el hexagrama 10, Sentar el Pie. Se trata de una senda personal, introspectiva, que paradójicamente busca romper las cadenas del ego.
Cuando ambas líneas cambian y el sujeto es capaz de comprender y adaptarse a las fluctuaciones públicas de la verdad para sobrevivir y al mismo tiempo mantiene la opción de iniciar una senda de descubrimiento interior, la energía creativa del yang puro se desploega en todo su esplendor y se adquiere la fuerza transformadora que, para bien o para mal, se convierte en el motor de nuestra sociedad orientada hacia el crecimiento ilimitado e indiscriminado. La senda del dragón.
Finalmente, las líneas superiores exponen las actitudes que surgen tras haber accedido o encontrado alguna de estas verdades. La quinta, la línea del soberano, expresa "Posee la verdad que entrelaza, sin mácula". La verdad no suele ser muy popular o necesitar de propaganda para vivirse porque suele tratarse de algo PERSONAL. La verdad se revela a través de las acciones que cada sujeto lleva a cabo de forma espontánea y son observables por el resto. Quien la posee no siente la necesidad de convencer a nadie, es más, a menudo resulta difícil siquiera acceder a ella sin antes estar dispuestos a sacrificar unas cuantas ideas y nociones preconcebidas, aquellos blancos y negros culturales que suelen encapsular nuestras percepciones del mundo y tanto cuesta sacárselos de encima. La verdad no promete recompensas, por el contrario, exige sinceridad y nos traslada al tiempo de la aminoración, tan incómodo de transitar, y tan valioso en cuanto al aprendizaje.
Por el contrario, cuando el énfasis está en el proselitismo de las verdades y soluciones mágicas, en la revelación de conspiraciones ocultas y la fuerza de las denuncias públicas esa estridencia del cacareo madrugador del visionario muchas veces causa el efecto contrario. Quien aspira a despertar al mundo con las verdades que predica a menudo causa sobre sí una tremenda frustraciòn y se atrae un destino funesto. En nuestra cultura son los héroes, incomprendidos en su consecuencia que terminan atrayendo sobre sí la tragedia de convertirse en mártires. ¿Por qué ocurre esto? Porque la verdad es interior, o hay nadie que pueda mostrárnosla, es algo que es preciso experimentar por nosotros mismos y nadie más. Los adelantados sólo pueden mostrarnos un camino, pero va en nosotros transitarlo y también podemos entenderlo al menos desde una dimensión más: podemos escuchar muchas verdades, incluso adoptarlas, pero no se extenderán hasta que las hagamos carne.
excelente me gusto tu articulo,claro
ResponderEliminar