domingo, 29 de marzo de 2020

Nuevas reflexiones sobre el hexagrama 30 a la luz del Covid - 19


El I Ching, como todos los sistemas oraculares a lo largo de las culturas terrestres conocidas, es un libro de metáforas, que nos dirá muchas más cosas a medida que aceptemos que cada imagen ofrece un sinfín de posibilidades de interpretación.
Dicho esto, sólo nuestra propia experiencia nos irá mostrando cuáles interpretaciones se ajustan en mayor o menor grado a nuestras preguntas, y existen personas que van desarrollando una sintonía especial para encontrar aquella que se ajusta más a cada situación. En lo personal, creo que dialogarlas enriquece nuestra colección de metáforas, por ello a lo largo de mi camino utilizando este oráculo de forma terapéutica no destaco como uno de mis atributos la precisión sino estimular la capacidad de reflexión y resignificación de los hechos.
Por lo tanto, quisiera ofrecer un ejemplo de ello utilizando la entrada que escribí respecto al 2020, la cual puede revisar aquí 

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Con todo el mundo detenido de una forma u otra por la pandemia del Covid-19, cualquiera de ustedes podría decir, con justa razón, “esa predicción no da cuenta de ello”. Alguien, más observador, podría decir “está implícito, pero no fue capaz de verlo”. Jugaré con ambas posibilidades. 

A primera vista, sigo no encontrándole sentido evidente. Asociar una mutación del virus de la gripe común, que se transmite por contacto de fluidos y que nos obliga a estar encerrados en casa, alejados de todo contacto físico, incluso de nuestras fuentes de trabajo, al revelador arquetipo del fuego, que en el I Ching es la luz que entra por los ojos, la llama que se enciende cuando encuentra un combustible, el fervor que cultivamos cuando nos contagiamos de alguna idea que encontramos fértil…
Quizás el arquetipo no esté tan alejado de la situación después de todo. ¿Verdad? Simplemente requiere mayor esfuerzo, alejarse de las lecturas obvias.
Y es que cualquiera de los 64 hexagramas nos aporta un punto de vista acerca de aquello que preguntamos, cualquiera. Sólo basta aceptar sus posibilidades implícitas y aplicarlas a nuestra pregunta particular, sin dejar que nuestras expectativas o miedos nos distraigan del hecho de que cuando consultamos elegimos someternos a un sistema donde la vida está representada en 64 momentos que derivan de un principio fundamental: lo importante es el movimiento entre ellos, el cambio. Por eso se llama libro de los cambios.
En el tarot, discurrimos a través de imágenes, muchas de ellas de personajes y objetos a través de los cuales el arcano 0, el loco, va encarnando en el mundo físico en su camino hacia el arcano 22, el mundo. En el I Ching, no hay un personaje, es  simplemente el pulso: dia/noche, ruido/silencio, abierto/cerrado. Es la alternancia lo que entrega el sentido de los símbolos, y cando fijamos un hexagrama como respuesta a nuestra pregunta, lo que obtenemos es una fotografía, que congelamos de este flujo para observar a la distancia sus detalles y particularidades.
Nuestra matriz cultural nos enseña a definir, a categorizar, a separar, a especificar, a desconectarnos unos de otros, a limitar nuestro campo de acción para que el quehacer no se vea interferido. El mismo I Ching nos enseña, en su hexagrama 60, que las limitaciones son penosas, pero necesarias, porque nos ayudan a ordenarnos.
Concordemos entonces que la limitación es una necesidad práctica.
Segundo principio: mientras más alejados del asunto, se multiplican nuestras posibilidades de interpretación. La especificidad, el puntillismo, nos ayudan a enfocarnos. Si preguntamos por un asunto que se encuentra dentro de nuestro espacio de experiencia será mucho más probable que el mensaje recibido sea provechoso. En este sentido, quienes nos dedicamos a mediar entre el oráculo y el consultante cumplimos la función de enfocar o ensanchar, dependiendo del caso, el alcance del mensaje.
Tercer principio: toda regla tiene su excepción, como todo yang tiene su yin. Las líneas yang funcionan en lugares impares, las líneas yin funcionan en lugares pares, excepto.
Siempre existe otra posibilidad que no hemos visto. De esto pueden dar fe todos los usuarios de i ching que no entienden una respuesta hasta que la situación por la que preguntaron efectivamente sucede y entonces ven ese matiz que en su momento no vieron verificado en los hechos. Se me ocurre un paralelo a la escritura de una novela: primero tienes el argumento, el arquetipo que vas a mostrar, y una cierta estructura de capítulos, cierto lenguaje que te interesa trabajar. Luego partes, en la escritura van apareciendo otras cosas, y si sí lo permites, ese argumento también muta en otra cosa. Lo que nuestra idea original pretendía ser va encontrándose con la experiencia, con el habitar la idea, y así se actualiza. Y una vez redactada, vas perfilando y embelleciendo los detalles con mayor o menor capacidad o fortuna hasta que en algún momento decretamos “basta, ya está” o surge una idea nueva, o cambian nuestras circunstancias o qué se yo.
Eso fue lo que me pasó con aquella consulta a la luz del Coronavirus. No tengo aún respuestas claras, lo que comparto son apenas bocetos, intuiciones, de lo que probablemente en diciembre sea un cuadro mucho más acabado.
Se me aparece que de acuerdo a la astrología 2020 marca un fin de ciclo, y en la secuencia de Fu Hsi el hexagrama 30 Li, Lo Adherido, concluye la primera parte del libro. Al representar al sol, el fuego también es descrito como ese punto de referencia en torno al cual giran los planetas. Una vez leí, y me hizo mucho sentido, que de las cualidades humanas Li representa la consecuencia y también a sus excesos. ¿Cómo cabe una pandemia en esta estructura?
El Covid-19 no es un virus nuevo, pertenece a una cepa que ha ido mutando a lo largo de los últimos años. Al ser una pandemia, nos recuerda que las pandemias son una constante cíclica e n la historia de la humanidad, una más de las cosas que la humanidad quiso pensar que había eliminado gracias a la ilustración antropocentrista y al desarrollo del método científico como forma de abordar los grandes problemas desde una perspectiva racional. De tanto sentirse arrastrado de un punto a otro incontrolablemente en el hexagrama 29, necesitamos encontrar un eje, un punto de referencia. En esta sociedad tan rápida, donde apenas tenemos tiempos para tomar conciencia de quienes somos porque hay tantas metas que perseguir, para poder sintonizar con un punto de referencia era necesaria una detención, una purga, un fuego metafórico que consuma las cenizas de ese viejo orden.
Entonces, la lectura podría sugerir que el Covid 19 representa precisamente ese fuego que nos permite terminar con un ciclo materialista y mecanicista que parecía un cuento de nunca acabar y nos obliga, desde la urgencia, a replantearnos qué tipo de sociedad queremos, si nos gusta esta, si intentamos otra, si revivimos viejas ideologías, si nos convertimos en cruzados fanáticos o finalmente comprendemos que todas las posibilidades tienen su momento y su hora de manifestarse, y que todo lo que se expande está destinado a contraerse.    
¿Y qué vendrá después? Esa fuerza irresistible que nos reúne por afinidad natural en el 31 y la conciencia de que sólo el cambio es lo permanente en el 32, que el aire en la atmósfera sopla más o menos fuerte en diversos lugares, con más o menos partículas distintas contenidas en su estructura pero siempre presente.  

lunes, 2 de marzo de 2020

Hexagrama 57 y el estallido social en Chile

Chile está viviendo un fenómeno, aparentemente sin precedentes. Desde que el 18 de octubre un grupo de jóvenes decidió evadir el metro, décadas de abusos explotaron en un inmenso estallido social que posee innumerables matices. Hoy intentaré un anàlisis general de la situación a través del i ching, ejemplificando cuando corresponda.

La pregunta de base fue la siguiente: 
¿Cómo interpretar el estallido social chileno y proyectar sus consecuencias?
Hexagrama N° 57, sun, lo suave, el viento.
Sun es uno de los 8 trigramas duplicados, y representa la energía de la primavera, una estación de renovación tras el frío gélido del invierno capitalista que, por décadas, ha mantenido a la mayoría de la población fuera de sí mismos, trabajando en pos del éxito personal a costa de infructuosos sacrificios y esfuerzos cuyos resultados apenas alcanzan a disfrutarse. En el 57, el viento penetra por debajo de la puerta, revelando los oscuros secretos bajo la alfombra de la transición a la democracia, un pacto social que permitió descender los índices de pobreza del país a costa de enormes garantías para los grandes capitales que, a partir de la constitución, tuvieron carta blanca para hacer y deshacer, no sólo en condiciones desiguales sino que además con enormes costos a nivel medioambiental, cognitivo y afectivo. 
Volviendo al mensaje del hexagrama, aquí se están fraguando grandes transformaciones que no logran percibirse a simple vista y crean la sensación, para quienes han salido continuamente a las calles, que “no se ha avanzado nada”. Lo primero que es preciso tener presente es que los grandes cambios, si bien urgentes,  no vendrán de un día para otro. Pero aquello, sin embargo, tampoco quiere decir que no haya que movilizarse hacia ello. En estos tiempos, todas las gotas son necesarias para formar un caudal, que como se ha visto está logrando abarrotar las calles, sobrepasar a cualquier fuerza del orden establecido e incluso ha logrado modificar la fisonomía de las ciudades principales, alterar sus ritmos “normales” de manera sutil, pero imborrable. 
El viento agita el polvo, esculpe las rocas, saca a la luz la podredumbre, los secretos, el autoritarismo patriarcal que ya no está interesado en disimularse y abiertamente condena, reprime e intenta aplastar esto que se le antoja una insurrección obstinada y rebelde. Pero ya no es el mismo chile de 1973, ahora cualquier ser humano de a pié tiene acceso a internet, a una cámara fotogràfica. Todo se registra, se evidencia y llegado el momento sale a la luz. Ha habido heridos, por cierto, muertos, torturados, vejados, qué duda cabe, pero muchos más se han salvado ante la vigilancia atenta de una ciudadanía que está comenzando a reconocerse, a mirarse a los ojos, a dejar de lado la competencia feroz para entender que todos compartimos un hogar, un espacio vacío que entre todos tenemos que habitar. 
Por cierto, no dejan de haber trampas, letras chicas, autoridades que avanzan y retroceden, vacilantes, indecisas, sin decidirse a ponerse del lado de la tradición republicana o del pueblo que está cansado de reproducir una estructura que se le ha hecho ajena, casi irreal. De tanta reflexión se terminan disparando en el pie, y sus palabras quedan fácilmente en entredicho. Los caudillos no logran entusiasmar, porque de tanto planificar terminan traicionando sus propios intereses de sacar partido. 
En la secuencia del i ching sun viene desde el hexagrama 56 “el caminante” que retrata la situación de aquel que es extranjero y se ve impulsado a adentrarse en terrenos desconocidos donde no tiene mucho dominio e influencia. El extranjero apenas logra descansar, no comparte ciertos códigos fundamentales y se ve obligado a adaptarse, a ser cauto y circunspecto para no llamar mucho la atención sobre sí. Dicha generalización podría aplicarse a la gran mayoría de la población que carece de influencia y se ve forzada a acomodarse como mejor puede, con mayor o menor grado de éxito. No obstante, ningún peregrinar es eterno y, eventualmente, terminamos volviendo a habitar un hogar. Ése es el trance en el que la gran mayoría de chilenos se encuentra actualmente. 
La tirada estuvo llena de mutaciones. De las 6 líneas sólo la cuarta no sufrió modificaciones, y en un hexagrama como sun esto conlleva un largo proceso de infiltración, que comienza vacilante e imperceptiblemente en la primera línea yin, anunciando que no será fácil destrabar la situación. Se exige perseverancia al actuar, y también al retroceder. No obstante, en la segunda, hay mucha información disponible para ayudar en la tarea de desentrañar este nudo ciego, tanta que en la tercera uno corre el riesgo de darle demasiadas vueltas al asunto y caer en la inmovilidad, y ahí radica el principal peligro de este momento.
Es decir, en la situación chilena el exceso de información es un arma de doble filo, que nos protege de las conspiraciones y abusos pero también puede sumirnos en la apatía y desesperanza tras no ver resultados.
En la línea quinta se habla de reformas, quizás no tan profundas ni radicales como muchos quisiéramos: un proceso constituyente decidido desde las cúpulas, que tiene un sabor demasiado parecido a una burla, pero que así y todo ofrece garantías concretas para comenzar a construir un país distinto a largo plazo, porque seamos realistas: la falta de educación, el individualismo, el cortoplacismo, la cultura del aprovecharse del más débil, del subterfugio, son costumbres demasiado arraigadas como para desconocerse y borrarse de un plumazo. Lo que se requiere es un tránsito generacional, que ya comenzó y que no puede detenerse, excepto en nuestras cabezas ansiosas e inquietas que, desde su desconfianza, amenazan precisamente con convertirse en profecías autocumplidas, transformando una oportunidad histórica en una nueva excusa para un apagón cultural, como ya les ha ocurrido a nuestros vecinos.
Recordemos entonces: lento pero seguro. Qué difícil es desde la urgencia, qué frustrante y poco heroico, pero así suelen ser los procesos profundos.
  1. Y ojo, sea como sea el resultado final es el hexagrama 24, el retorno, la posibilidad cierta de construirnos un país nuevo después de ese invierno de más de 30 años que comenzó con los militares tomando el país a la fuerza el año 73.