A menudo encuentro publicaciones
o comentarios a publicaciones donde se discute cuál es el significado correcto
de tal o cual hexagrama o qué hexagrama se utiliza para denominar un concepto
determinado. Yo adscribo a la opinión de que cada hexagrama es una metáfora que
puede adecuarse a casi cualquier situación o posibilidad interpretativa cuyo
objetivo principal es entregar elementos de reflexión frente a algún asunto que
nos preocupa. Establecer la correspondencia entre pregunta y respuesta es el recurso que nos permite vincularlas en
una explicación constructiva que ayude al consultante a transitar por ese
asunto.
El hexagrama 28 “La
preponderancia de lo grande” muestra la imagen de un humedal, un ecosistema de
transición entre los continentes y las playas que se convierte en refugio de
gran cantidad de juncos y líquenes que a su vez albergan los nidos de cientos
de especies de aves, muchas de las cuales recorren miles de kilómetros
desplazándose de humedal en humedal durante sus procesos migratorios periódicos.
Abajo el agua pantanosa (dui, lo alegre) y arriba los juncos que dentro de ella
crecen y proliferan (sun, lo suave) Es lo que ocurre cuando eso que nosotros creemos "correcto" deja de serlo, y nos muestra una forma de deshacernos de ello para construir una nueva visión, y también aquellas que nos pueden ayudar a mantenernos aferrados si es lo que deseamos. Porque no deja de tratarse de una opción personal.
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Ellos, los muñecos, persisten en aferrarse a la vida prestada que la artista les entrega. |
Los chinos vieron en esa metáfora
la imagen de un ataúd, un objeto que sirve como vehículo de transición entre la
vida y la muerte, construido precisamente de madera (sun) que en este caso ha sido arrastrado hacia el
humedal (dui) donde tanto el ataúd como el cuerpo se descomponen y permiten alimentar
otras vidas. El humedal está lleno de desechos orgánicos que nutren a las
plantas y son el medio de reproducción de miles de microorganismos y algas que
sirven de alimento a toda clase de insectos, aves, anfibios y criaturas
marinas.
La idea implícita es la de
transición. La necesidad de pasar a otra cosa, a otro estado, porque la viga se
dobla, porque los cimientos no están firmes. Suele referirse a situaciones
estresantes, opresivas, que exigen ser confrontadas porque uno ya no es capaz
de pasarlas por alto, porque ya alcanzaron cierto límite. Hay mucha energía
ahí, puede que demasiada. Se trata de momentos extraordinarios, y toda la
información contenida en las líneas nos sugiere distintas maneras de enfrentar
la transición, aprovechar la energía para dirigirnos en pos de algún objetivo o
bien dejar que nos desborde y nos enseñe la lección que nos toca aprender.
Por supuesto, antes de que
sobrevenga el desborde siempre puede evitarse si uno es extraordinariamente
cuidadoso en los detalles. Los juncos necesitan raíces blandas que puedan
adentrarse en la tierra seca y firme que está debajo del pantano. La primera
línea yin, débil y flexible, se vuelve crucial para permitir que el junco
permanezca en su lugar y pueda resistir las crecidas e inundaciones periódicas
representadas en el hexagrama 43, el desbordamiento, que a su vez alude al pie
descuidado que se hunde en el fango. Los juncos sostienen el humedal, por eso
los chinos mediante la observación de este fenómeno ponían una pila de juncos
debajo de los ataúdes para afirmar la viga maestra que también representa el
hexagrama.
Luego la segunda línea, cuyo
texto está cargado del sesgo machista de la china imperial, nos incita a la
unión, a establecer vínculos. “Un álamo seco genera un retoño”. Hasta ahí bien.
Puede tomarse como una referencia literal a los nutrientes generados por un
cadáver que pueden ser reabsorbidos y servir para alimentar una nueva vida,
siguiendo con la cadena alimenticia. “Un venerable desposa a una joven, buena
fortuna”. Aquí se valora la posible fertilidad de dicho anciano. Bajo el
contexto general del hexagrama, puede aludir, entre otras imágenes, a la
reactivación de un proceso mediante un suceso inesperado. El hecho de que esta
segunda línea, caprichosa, dirija la situación hacia el hexagrama 31 “La
influencia” sugiere que la misma energía que hizo caer a ese álamo viejo ofrece
la posibilidad de renovación, de un cambio de vida.
La tercera línea, por el
contrario, está más cerca del agua, a menor profundidad y por tanto cede,
siendo arrastrada por la corriente, algo muy común en los momentos de crisis.
“Peligro” advierte el i ching. La viga se rompe, no logra sostenerse porque no
estaba bien firme y bastó la crecida para denunciar la fragilidad de la
situación. Hay una terquedad ahí, una dureza que en vista de las circunstancias
aparece como una debilidad y puede traer consecuencias no deseadas.
La cuarta línea estaba mejor
afirmada y por tanto logra mantenerse en su sitio a duras penas. “No aflojar”
traduce Ritsema. Aún podría romperse si la presión es excesiva. Es una
advertencia: lograste superar la tormenta, pero no abuses. “Si hay segundas
intenciones, es humillante” advierte Wilhelm en su traducción. Aquí el sujeto reconsidera y logra dejar
atrás la terquedad, domina su impulsividad y hace suya la idea del hexagrama de
no desanimarse cuando es necesario renunciar al mundo, al punto de vista que
uno hasta el momento ha alimentado.
La quinta, por su parte, hace
notar el machismo de la época en su contraste con la segunda. Aquí el álamo da
flores, no sólo un brote. Las flores son bellas, pero de vida breve. Una mujer
vieja (venerable, para Ritsema) encuentra un marido más joven. La mujer ya no
es fértil, no dará hijos al joven pero sí puede entregarle refinados placeres.
“No hay mácula, no hay elogio” dice el texto. Aquí la interpretación es
absolutamente subjetiva, sobre todo si tomamos en cuenta que su mutación nos
lleva directo al 32, a un esquema en
constante y continua renovación. Aquí no se produce directamente una vida
nueva, sino en forma indirecta a través de las semillas que soltarán las flores
y desde el pragmatismo de los comentaristas del i ching esta opción pareciese ser menos deseable.
La sexta línea débil representa
el agua al desbordarse. “Del excesivo vadear el peligro, sin falta”. El peligro
radica en ahogarse, quedando hundido per sécula durante este momento de exceso
porque no logró adaptarse a la situación y se mantuvo en su postura firme e
inalterable. Consuelo de tercos que al verse superados por las circunstancias
se aferran a su capacidad de persistencia aunque las consecuencias pudiesen
perjudicarles. Las consecuencias desfavorables vienen desde el hecho de
aferrarse a un dogma, a diferencia de la línea 3, que es simplemente caprichosa
y obstinada. Por eso “no hay mácula”. Esta es la línea que representa a los
mártires, aquellos que se sacrifican a sí mismos en pos de un interés superior.
Excelente
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