Mi nombre es Jorge Trujillo, tengo 38 años, soy terapeuta de Reiki y trabajo interpretando situaciones a través del I Ching, un milenario libro de sabiduría chino que, a partir de la interacción entre dos principios fundamentales, ofrece claves para comprender la multiplicidad de situaciones de la vida. Aquí encontrarás ejemplos concretos a lo largo de sus diversas entradas
lunes, 13 de marzo de 2017
Hexagrama 14 "La posesión en gran escala" y la política como ideal
En esta realidad materialista en la vual vivimos el hexagrama 14 es casi el sueño del pibe: se llema "La posesión en gran escala" y está representado por los trigramas de lo creativo, el cielo en el interior, y lo adherente, el fuego en lo exterior. Es una energía creativa voluntariosa que logra irradiarse en múltiples direcciones, es la maestría en el hacer.
Nuestra cultura entiende la creación artística desde la consagración a la labor creativa ininterrumpida y dedicada. A la disciplina y el método que permite al creador entregar lo mejor de sí para dar a luz un trabajo particularmente bien ejecutado, con oficio y maestría. El público suele rendirse a los pies de un actor camaleónico hasta en el más mínimo detalle, a una voz que despliega potencia y matices, a un músico virtuoso en la ejecución de su instrumento, un bailarín técnicamente impecable. El talento, que sólo unos cuantos iluminados poseen que movilizado en dedicación entrega frutos prodigiosos. Este hexagrama puede leerse como la representación arquetípica de este supuesto tan reforzado en la conciencia colectiva durante estos tiempos que corren.
Es una labor exigente, en la cual uno se mete de cabeza y entrega todo de sí. Una labor exclusiva y excluyente no exenta de sacrificios personales. El que posee en gran escala a menudo debe renunciar a muchas cosas para alcanzar este autodominio y sin embargo la clave está en la quinta línea, la única línea yin del hexagrama en el puesto del soberano, que mediante su suavidad y docilidad consigue mantener unidas al resto de las líneas fuertes que componen el hexagrama a partir de la verdad amable y digna que permite llegar al cénit de lo creativo, al cielo.
La primera línea inicia el camino consciente de la dificultad, inicia el entrenamiento, la senda que llevará al consultante a esa conquista tan apreciada. "No hay relación con lo perjudicial. Mientras esté consciente de la dificultad se mantendrá sin mácula" dice el texto. Esto, si acaso decide emprender dicho camino y no decide vaciar el caldero para remover lo estancado como indica la primera línea yin del hexagrama 50. Al ser la primera, es una línea inexperta, apresurada, aunque voluntariosa que lleva consigo la idea de la posesión, sin llegar todavía a comprender sus alcances. Es el joven que desea ser millonario, o aclamado por las multitudes. Aquél que quiere cerrar su primer gran negocio.
La segunda línea precisa la ayuda de un carro. Este hombre no puede alcanzar la posesión por sí sólo, necesita crear confianzas, poner en marcha sus planes de manera colaborativa. Se trata de un visionario, un hombre altruista que en su posesión no ansía destacarse y por tanto alcanza la visión esclarecedora del fuego, el resplandor amarillo de la segunda línea del hexagrama 30 que es su destino.
La tercera línea, como todos los terceros puestos es compleja, misteriosa en sus alcances. Acá el sujeto comienza a comprender el secreto de la posesión en gran escala, el peso que ésta implica, su responsabilidad. Puede ser un gerente que comienza a darse cuenta de la importancia de tener a sus subordinados contentos, una autoridad que enfrenta los primeros sinsabores en su cargo. Aquí el libro entrega como consejo "un gran príncipe ha consumado una ofrenda en honor al hijo del cielo, un hombre pequeño no puede hacerlo". Y sin embargo le advierte que no será comprendido, que le arrancarán la piel y las uñas pero tendrá un gran final si es lo suficientemente fuerte para soportar la oposición de su entorno.
En la cuarta línea el sujeto ya ha superado la prueba de la línea anterior, sabe diferenciar, aprende a no compararse ni a tomarse los ataques como algo personal. Simplemente sigue sus convicciones y logra administrar su posesión de tal manera que los beneficios sean alcanzables para todos aquellos a su cargo. Se trata de grandes obras, que quedarán grabadas a fuego en la historia, proyectos que llegarán a ser su sello en el hexagrama 26. Aquí el sujeto es un burócrata hábil y consumado en su labor, un estadista de verdad, respetado y envidiado por partes iguales. Es la idea de sí mismos que muchos políticos antiguos mantienen pese a todas las críticas.
En el cenit de la posesión nos encontramos con la única línea yin del hexagrama, aquella que a partir de su receptividad aglutina, aquella que comprende de forma cabal y brillante que la posesión no es sólo para sí, que la amabilidad no compromete la dignidad de su puesto y se gana el cariño espontáneo de su gente. Esta línea es de los grandes líderes, de esos que ya no se ven, que tienen la visión para someterse a los designios de lo creativo.
Finalmente, este sabio alcanza la sabiduría más grande: aquella que logra desptrenderse de la posesión en gran escala e ir más allá. No se engolosina con el poder y es capaz de abandonarlo, y en su nobleza no hay quien pueda cuestionarlo. Pensé específicamente en Fernando Mujica, el mandatario uruguayo que dio cátedra de cómo un político debiese conducirse en sintonía con su pueblo.
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perfecto menos el ultimo párrafo!!!!!
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