jueves, 16 de agosto de 2018

El I Ching, lo receptivo y la Magia (y algo de lo creativo también)



El termino "magia" es uno de aquellos que más se ha ido desdibujando a lo largo del tiempo. Para una persona común y corriente, entre otras cosas, puede aludir tanto a proezas pirotécnicas e inverosímiles, a una suerte de deus ex machina que nos permite obtener resultados sin esfuerzo o torcer las reglas de la realidad, una superstición sin sentido o un punto de vista particular que nos asombra y nos saca de lo acostumbrado. Lo asociamos tanto a oscuros personajes del lado oscuro del judeocristianismo como a brillantes héroes de novelas y superproducciones hollywoodenses, a toda clase de charlatanes e ilusionistas que realizan proezas imposibles.

Personalmente me gusta definir el término como una manera oblicua de operar entre las realidades, que se distancia de las relaciones causales, las explicaciones lógicas y las verdades incuestionables. Consultado al respecto, el I Ching indicó que la magia es el hexagrama 2, Lo Receptivo.

Me gusta pensar que con los dos primeros hexagramas, el I ching designa las dos fuerzas primordiales del universo: Lo creativo, claro, luminoso, impetuoso y transformador  en Ch'ien, y lo Receptivo, oscuro, misterioso y profundo en K'un. La Inteligencia creativa que actúa sobre la realidad moldeándola a su imagen y semejanza, y la intuición misteriosa que se somete a los ritmos de la naturaleza y actúa en conformidad a ellos.

La magia tiene mucho de eso, de observar y sentir cada porción del universo como algo que está en constante diálogo con nosotros, que habitamos y estamos circunscritos a esta esfera, rodeados de elementos, fenómenos naturales, animales, otras culturas, energías y una infinidad de aspectos que impactan en nosotros al unísono sin que seamos capaces de controlarlos por completo. La magia tiene mucho de escuchar y relacionarse sometiéndonos voluntariamente a aquella conjunción de fuerzas, y en ese someterse encontrar los momentos adecuados para que nuestra voluntad se manifieste.

Ritsema-Karcher traducen el ideograma como "Campo" aquello a lo que estamos circunscritos, la extensión espacial que nos rodea, determina y frente a la cual somos dependientes. La misteriosa naturaleza y sus caprichosos modos que la ciencia intenta incansablemente desentrañar, y cada vez que parece hacerlo nuevas contradicciones e interrogantes surgen en un eterno juego que el cineasta chileno Raúl Ruiz caracteriza en su Poética del Cine como "ministerio" y "misterio" y otros pensadores han encontrado en la dialéctica occidental entre la civilización y la naturaleza.

El Misterio bellamente retratado en "El despierto del Puente del Alma" de Raúl Ruiz

Hilando más fino, de acuerdo a ello podríamos agregar que aquello que llamamos magia es una de las formas primordiales de interacción con el mundo, que consiste en comunicarnos con aquello que nos rodea de una forma íntima, asumiéndonos dependientes, y asumiendo esa dependencia de forma voluntaria y constructiva vamos aprendiendo a escuchar y a movernos al unísono. Y así podemos llegar a identificar aquellas ventanas donde  podemos llevar a cabo aquellas transformaciones que provienen desde nuestra voluntad, adoptando la energía primordial de aquel dragón del hexagrama 1.

La respuesta que el I ching me entregó no acaba aquí. En ella aparecieron dos líneas móviles: la línea dos,  regente, costituyente y fundamental. Aquella nos habla de "enderezar" en los cuatro puntos cardinales, y añade un elemento fundamental: no repetir, no caer en los patrones automáticos y respetar las formas, esto es, los rituales en su esencia más pura, cuando logramos identificarnos con ellos más allá de la repetición mecánica de actos que implican y cobran un sentido que nos entrega orden y nos motiva a fluir como el agua, desde el corazón.  El peligro del ritual es que tiende a utilizarse en pos de algún poder, y por eso esta segunda línea al aparecer en el hexagrama 13 nos previene acerca de las relaciones secretas, de las consecuencias de los amarres realizados a partir de esta sabiduría.

La segunda línea, la cuarta, habla de una bolsa atada, esto es, la importancia de guardarse la fe, de no predicar ni intentar convencer a los demás de aquello que nos moviliza, aquello que hemos encontrado y nos ha encontrado. Aquella cuarta línea yin que en el hexagrama 9 promete apartar la sangre y el miedo a partir de su veracidad interior, da lo mismo si nadie más lo percibe. ¿Existe la magia o no? La respuesta se vuelve poética. ¿Qué lleva cada uno de nosotros en su bolsa? Y al mutar y convertirse en yang se transforma en el daimon que nos inspira y arroja a enfrentar lo desconocido con confianza en el 16 con la impetuosidad y la convicción del trueno, del hijo mayor.

Son ambos hijos que aparecen en el hexagrama proyectado, el 40, la Liberación o "desintegración" de aquello que obstruye nuestro camino, mostrandonos que las obstrucciones suelen provenir de las resistencias que son vencidas mágicamente mediante el rito y el silencio, entregándonos la impetuosidad del agua y el fervor del trueno. Inevitable citar a otro grande, Andrei Tarkovsky, en su última película "El Sacrificio" 

Si quiere saber de rituales, El Sacrificio de Tarkovsky es una tremenda guia.




 

2 comentarios:

  1. hola, me sorprendió ver que en la mutación tomas los hexagramas derivados uno por uno, o sea, la segunda línea da un hexagrama mutando, luego vuelves al principal y hacer mutar la cuarta, sin tener en cuenta la segunda, y claro da otro hexagrama, con lo cual compones un texto. Muy interesante, esa manera de trabajar ¿siempre lo haces así=?
    Teresa

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