jueves, 13 de diciembre de 2018

El I Ching y la contradicción: el hexagrama 36

Si hay algo que nos desespera del i ching es cuando nos arroja respuestas contradictorias. Ya sea porque solemos tener ideas fijas en nuestra apreciación de las situaciones que experimentamos cotidianamente o porque vivimos en una cultura acostumbrada a alimentar el conflicto lo cierto es que nos suele costar convivir con el claroscuro.
Ejemplo gráfico de claroscuro.


El mundo reflejado por la prensa funciona precisamente de aquella manera: crea temas de discusión frente a los cuales se enarbolan distintas posiciones, con los dados cargados de acuerdo a las premisas ideológicas de cada medio. Asimismo, la imagen mental que el común de las personas posee del profesional de la información oscila entre el buscador de la verdad y el manipulador mentiroso que saca de contexto las frases con el sólo objetivo de crear polémica.

Si nos vamos a la contingencia, nos daremos cuenta cómo durante los últimos años han resurgido y se posicionan con fuerza posiciones extremistas respecto a diversos temas. Simplificando en extremo diremos que tenemos una izquierda progresista que constantemente apela a la razón, a la ciencia y epistemiología para defender sus posturas frente a una derecha conservadora que apela a la emoción y a la defensa irrestricta de las tradiciones haciendo imposible cualquier posibilidad de diálogo. Los memes refuerzan esta simplificación icónica de los fenómenos y se diseminan entre las personas que no leen, y las fake news logran propagarse aún entre las personas bienpensantes.

Por ello, en esta oportunidad quise preguntarle al i ching ¿Cómo aprender a integrar las contradicciones a nuestro cotidiano? Y la respuesta fue contundente: El hexagrama 36 "El ocultamiento de la luz" transitando hacia el 49 "La Revolución".

Claramente (disculpando nuevamente la paradoja de la expresión) podemos inferir que la contradicción inevitablemente algo nos muestra aunque no seamos capaces de apreciarlo a simple vista, algo que encierra la posibilidad de generar transformaciones profundas llegado el momento. Una fractura en nuestro razonamiento, un tesoro oculto.

En palabras de Ritsema-Karcher:

 El Esplendor Oculto, Cosechante: trabajo-pesado, Prueba.

Lo adverso es la prueba, una prueba difícil que promete valiosos frutos. Adentrarse en la contradicción, tomar conciencia de ella, no es algo fácil, ni liviano. Wilhelm traduce "es provechoso ser perseverante en la adversidad" enfatizando la dicotomía judeocristiana entre bien y mal. Hay algo de eso por supuesto, pero el desafío se trata precisamente de descubrir esa luz en medio de la oscuridad que nos nubla y no nos permite recurrir a las estrategias acostumbradas. 

Veamos. Li, el fuego, representa la claridad que el razonamiento adquiere cuando está adherido a algo (una idea, una convicción, aire condensado en acciones fervorosas y convencidas) y también la perspectiva al hacer conciencia del paso del tiempo y lo efímero que puede resultar. No hay fulgor que arda eternamente y sin embargo al arder ilumina, y a veces quema. Este fuego en el 36 se encuentra oculto,  incomunicado como el magma que no se libera en erupciones y permanece enterrado bajo la tierra hasta que logra manifestarse. La contradicción es una posibilidad no manifestada que permanece ahí, disimulada frente a nuestros ojos y no obstante sigue siendo luminosa. Es la posibilidad que no nos permitimos, aquella que conscientemente negamos y bloqueamos porque no creemos en ella ni le damos validez, pero que inevitablemente existe. Nos encontramos con ella cada vez que se manifiesta a través de los otros, de situaciones incómodas, de aquello que para nuestros ojos es inaceptable e injustificable pero que no por ello deja de existir y jamás podremos neutralizar del todo. Para que exista un ritmo debe existir alternancia, contrastes, movimiento y flujo, y sin embargo vivimos constantemente eligiendo entre una opción u otra. Nuestra matriz cultural nos impulsa a ello. Y todo lo que no elegimos permanece allí, sin manifestarse.

Marta Ortiz en su blog propone la analogía del 36 con las artes escénicas, que nos muestran arquetipos y situaciones que quizás jamás experimentaremos por nosotros mismos y se despliegan ante nosotros en medio de un cuarto oscuro, creando una realidad circunscrita a aquel instante misterioso y mágico de representación que no deja de despertar nuestra curiosidad y que en última instancia es un rito que nos permite conectar con esos arquetipos crudos e inexplorados por un momento, por un espacio sagrado que esta fuera del alcance de nuestro cotidiano. Allí podemos identificarnos con nuestros fantasmas, con todo aquello que no alcanzamos a manifestar conscientemente pero que nos interpela.

Y en esta consulta en particular nos hallamos en el meollo del misterio, en los puestos cuatro y cinco, aquellos donde la comprensión de aquello que está oculto resulta más cabal, más descarnada. 

En particular la línea cuatro suele asustarnos. Cómo no hacerlo:

 a) Entrar tendiendo-hacia la entraña izquierda.
Apresar del Esplendor Oculto el corazón.
Tendiendo-hacia emerger-del portal de los aposentos.
b) Entrar tendiendo-hacia la entraña izquierda.
Apresar el corazón, la intención por-cierto.

La contradicción nos ataca directo al corazón, nos descompone. Nos saca de nuestras convicciones, de nuestro fuero más íntimo y así accedemos a la médula de nuestras convicciones. No es casualidad que de aquí nos peguemos el salto al 55, que de este lugar incómodo logremos encontrar una comprensión tremenda e inusitada que nos deja lúcidamente pasmados y nos otorgue las energías necesarias para actuar, una vez develado el misterio. Es el ejercicio de estar inmersos dentro de aquello que rechazamos con todo el corazón, esa sensación que nos invade cuando leemos alguna declaración que rechazamos por absurda, desinformada o ridícula, o nos encontramos frente a frente con aquello que nos hirió. Imposible no salir de ese trance transformados y enriquecidos. Para bien y para mal. 

Y una vez que ya comprendemos íntimamente ese lado oscuro de nuestra verdad comprendemos que el monstruo no resulta tan terrorífico, y aprendemos a convivir con él porque ya no puede dañarnos, pues logramos aceptarlo y reconocerlo, identificarlo también como posibilidad dentro de nosotros. 

 a) Del hijo aventador el Esplendor Oculto.
Cosechante Prueba.
b) Del hijo aventador lá Prueba.
El Esplendor no permitiendo pausar por-cierto.

En esta línea quinta aparece un concepto muy hermoso: Aventar.

CHI: separar el grano de la cáscara arrojándolo al viento; separar lo valioso de lo que no tiene valor, lo bueno de lo malo; cedar, cesta para aventar; abrirse en abanico.

Aprendemos a familiarizarnos con el monstruo, aceptamos a que no podemos deshacernos de él, porque la contradicción es inevitable. Nos vemos obligados a sobrellevarlo y lo hacemos como lo hizo el príncipe Chi: nos hacemos los locos. A más de alguno nos ha tocado aquel ejercicio de tolerancia en el trabajo, en alguna reunión familiar no deseada. No quiere decir que nos obliguemos a modificar nuestras convicciones sino que simplemente las omitimos considerando que en dicha situación no es prudente desplegarlas, lo cual puede tomarse como un sacrificio que nos lleva directo al hexagrama 63, después de la consumación. El éxito de dicho sacrificio,superior, que en otras palabras es exponerse voluntariamente a una contradicción por un motivo aparece relacionado con nuestra convicción en realizarlo y no con su magnitud. 

Tal como ya anticipábamos, este viaje por las profundidades de nuestras contradicciones nos lleva al hexagrama 49, a la revolución que consiste en un reordenamiento, un necesario cambio de piel que se realiza al integrar las contradicciones como parte de nuestra experiencia y nos libera de la rigides monolítica de las verdades tajantes, y a la posibilidad de aceptar que las grandes verdades se contruyen colectivamente y asumir la responsabilidad que a nosotros nos cabe como sujetos sociales, miembros de una comunidad.






jueves, 22 de noviembre de 2018

2019: Un año líquido

A un mes de finalizar el año gregoriano 2018, un año bastante movido, me animé a consultar al I Ching respecto a aquello que nos ofrece este 2019 que se nos viene encima. Sin embargo, antes de entrar en detalle me gustaría refrescar la lectura que realicé para el año  2018 y precisar los alcances que una interpretación de esta naturaleza nos ofrece.

Cuando consultamos el oráculo obtenemos un hexagrama, probablemente una o más líneas que cambian y forman un nuevo hexagrama. que complementa la información del primero. Tendemos a pensar en ese segundo hexagrama en términos de proyección. No obstante, si consideramos cada hexagrama como la descripción de un clima, de un ambiente, de un humor, podremos hilar más fino y este hexagrama resultante se vuelve más bien una referencia. En el ejemplo de la predicción anterior durante el año 2017 se manifestaría el hexagrama 44 "el encuentro" mutando al hexagrama 6 "el conflicto". Al terminar el año podemos estimar, en líneas muy generales, que el oráculo quiso reflejar el clima que se genera a partir del resurgimiento de la energía yin a partir de las luchas feministas y de género que han desembocado en un ambiente polarizado donde en varios países del cono sur han empezado a surgir regímenes de derecha que prometen la recuperación de los valores tradicionales de una sociedad patriarcal y extractivista como aquella en la que fueron criados nuestros padres y abuelos. A este conflicto no es posible hacerle frente directamente, nos invita a replantearnos, a reinventarnos, a disciplinarnos como nos muestra el hexagrama subsiguiente "El Ejército" en un proceso que sin duda será largo y profundo, pues tiene que ver con las fisuras de una forma de vida que se ha extendido por el planeta durante milenios, donde el crecer, el conquistar, el poder, la dominación y el desarrollo tecnológico han llevado la batuta.


Este 2019 estará marcado por el hexagrama 29, sin mutaciones.

Un año líquido, en un contexto de escazez hídrica.


En el I Ching el agua se caracteriza como lo abismal y se pone énfasis en su capacidad de fluir, de atravesar cualquier obstáculo en su incesante caída. A diferencia del zodíaco occidental no son sus profundidades misteriosas a insondables las que nos ocupan, sino su aspecto impetuoso, voraz e implacable que se manifiesta cada vez que existen maremotos o inundaciones. Cada vez que su caudal aumenta el agua se abre paso por sus cauces naturales sin importar aquello que el hombre haya construido alrededor, pero cuando se ve estancada se vuelve tóxica, se pudre hasta que finalmente es reabsorbida por la tierra.

Nos encontraremos con muchos ejemplos de ambas situaciones: movimientos sociales que se alzarán imparables en contra de los abusos, y regímenes asfixiantes que se ahogarán en sus premisas excluyentes. No será un año tranquilo, las pasiones fervorosas nos moverán de un lado a otro, como ocurre en las redes sociales con denuncias y funas de todo tipo. Habrá manipulación, fraude, la posverdad seguirá ganando terreno, generando polarización, dificultando la comprensión mutu. No obstante esta bala mágica también será incontrolable y los sectores conservadores podrían encontrarse acorralados en sus propias redes, tal como el sujeto de la línea 6º. 

Lo líquido también tiene que ver con cambios de orientación bruscos, con improvisación (después de todo el agua fluye por donde haya espacio) y planes que se desarman ante la contingencia, lo cual requiere creatividad y ante todo flexibilidad. Ante todo, predicar con el ejemplo. Muchas personas, sobre todo de las generaciones anteriores tienden a pensar en un líder, en un caudillo que arregle las cosas y que logre unificar los movimientos. El agua no necesita un liderazgo para que su cauce permanezca unida, sino simplemente un espacio disponible. Si en nuestra cotidianeidad encontramos una solución, o lo hacemos en un tutorial de youtube o un discurso conmovedor da lo mismo, lo importante es cómo la ejecutamos, y si permanecemos atentos  a la acción el cauce de seguro fluirá. Agua no es muy de filosofar, sino de moverse entremedio de los huecos, rellenar, abrirse paso. Si no es por donde yo estoy pulsando no importa, no pasa nada, sigo por donde pueda sin cuestionar mucho se se trata del camino correcto o no. Agua es fiel a si misma y a su entorno, y sin embargo en lo colectivo encuentra la fuerza. El mensaje es seguir adelante, aunque nos sintamos solos y perdidos en medio de la corriente de los hechos.

Baumann acuñó el concepto de "modernidad líquida"


También es importante señalar, y ahí es inevitable referirme a Zygman Baumann, que las agrupaciones sociales se reúnen y se desarman, no devienen en estructuras fijas. 2019 no será un año de refugio ni descanso sino de movimiento. ¿Hacia dónde? lo descubriremos mientras nos movemos. Los nostálgicos del orden y de las viejas estructuras que funcionan no la pasarán muy bien este año, a no ser que adquieran la capacidad de transformarse para hacer frente a los innmuerables desafíos que se nos vienen encima.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Los absolutos en el i ching ¿Son tan absolutos?

En mis interpretaciones del i ching suelo enfatizar el carácter mixto de cada uno de sus signos. De los ocho trigramas, seis de ellos presentan cualidades yang y yin, y de los 64 hexagramas, 62 presentan algún tipo de mezcolanza. Por eso es que resulta complejo decir a ciencia cierta qué tan favorable o desfavorable es un dictamen. Es cierto que los textos nos entregan alguna pista, pero la naturaleza de nuestra pregunta nos obligará a mutar la interpretación. En ello consiste la riqueza del i ching.

¿Qué ocurre cuando nuestra respuesta está cruzada de absolutos? ¿cuando ch'ien, el cielo y k'un, la tierra se nos aparecen en todo su esplendor?

Cielo y tierra en toda su inmensidad


Cielo es una energía transformadora, activadora y movilizadora, la cual sin embargo al cambiar una o más líneas se detiene en diversos puntos determinando un conjunto de hexagramas derivados. Desde este punto de vista podemos decir, por ejemplo, que al mutar la primera línea nos encontramos con la doncella poderosa del 44 que desde abajo despliega su poder oscuro. Al mutar la segunda esta doncella cimenta pactos secretos y misterios que enturbian la comunidad del 13. Al mutar la tercera esta doncella empoderada se vuelve un tigre salvaje que muerde fuerte en el 10. En la cuarta se vuelve sabia y dosifica su energía en el 9, en la quinta resplandece en el 14 y en las alturas inaccesibles se esconde y provoca divergencias en el 43.

Tierra es una energía misteriosa, oculta, rica en recursos pero que prefiere no mostrarse directamente. Cuando cambian uno o mas líneas elige mostrar y activar dicho potencial. En la primera línea determina el tiempo del solsticio y activa el potencial de las semillas al germinar en el 24, en la segunda despliega sus recursos en dirección a un objetivo concreto en el 7. En la tercera simplemente actúa, hace lo que corresponde sin adornos en el 15, en la cuarta contagia su alegría y mueve las masas en el 16, en la quinta convoca y reúne sus fuerzas en el 8 y en las alturas sabe cumplir su misión hasta el final en el 23.

Como vemos, 1 y 2 también son espejos que mutuamente resuenan; es más, ambos hexagramas poseen una particularidad única: cuando todas sus líneas cambian y se reflejan hay un sólo texto para describir esta mutación, que es un reflejo de la mutación primordial de la cual todas las otras se originan. Nada de Dios y el Diablo, de bien ni mal, de favorable o desfavorable. Se trata de ambas cosas, cada una a su momento

viernes, 14 de septiembre de 2018

Para entender las líneas del I Ching: el hexagrama como un viaje

A partir de la polaridad fundamental del yin y el yang el i ching ofrece una amplia variedad de combinaciones posibles, las cuales a menudo confunden y enredan sobretodo a los usuarios occidentales a quienes nos resulta difícil evitar la necesidad de respuestas tajantes e irrevocables. Cada hexagrama es un complejo mundo que se complica aún más cuando una o más líneas cambian en su opuesto, generando nuevos hexagramas. Los comentarios del texto ayudan a aliviar algo esta tarea, pero ¿Qué ocurre cuando dos o más lineas cambian al mismo tiempo?  Y peor aún ¿Qué ocurre cuando los significados de las línea parecen diametralmente opuestos?

El internet nos permite acceder a una gran variedad de traducciones y conocer el estudio que realiza una gran cantidad de personas al respecto, en diversas épocas y a lo largo de distintos lugares, pero ante todo, la experiencia es fundamental. A lo largo de estas líneas ofreceré el método que a mí me ha resultado más abordable.
Somos aves de paso en este mapa conformado de hexagramas, de yin y de yang.


 Las líneas de los hexagramas del i ching pueden entenderse como escenas, momentos dentro de cada situación a la cual entramos y salimos. Entramos a estas escenas a partir de la primera línea de abajo y salimos por la última de arriba. Si leemos los textos nos encontraremos con una propuesta de orden jerárquico donde a medida que ascendemos cada línea representa a alguien de mayor rango. Personalmente, me gusta pensar en que es la experiencia de vivir el contexto de cada hexagrama aquel rasgo que determina aquella verticalidad.

Entramos a la situación como neófitos, sin saber muy bien de que se trata el asunto en la primera. Si la línea es yin, podría decirse que entramos con prudencia, o que de pronto nos hemos encontrado en aquella situación sin que nuestra voluntad tenga que ver; si es yang quizás entramos impetuosos, a toda carrera, deseoso de conocer este nuevo escenario que se nos presenta, o quizás  arrancando de una situación ingresamos a toda carrera en lo desconocido.

En la segunda línea ya logramos identificar algunos aspectos generales de aquello que se despliega ante nosotros, nos hacemos una idea general acerca del ambiente, la geografía, el tipo de personas que encontramos allí. Si se trata de una línea yin puede que elijamos un rincón determinado donde nos sentimos cómodos y seguros, porque nos agradó o porque allí nos sentimos protegidos. Si la línea es yang nos sentiremos inclinados a influir en el tejido de la situación, o impacientes, seguiremos nuestro camino de descubrimiento guiados por nuestro olfato, o nuestra ansiedad.

En la tercera línea ya logramos un conocimiento cabal acerca de donde estamos, hemos pasado ya algún tiempo en el lugar y podemos observar situaciones y detalles que a primera vista resultaban indistinguibles. Identificamos ritmos, frecuencias, relaciones que acaso nos permitirían sacar ventaja o al menos afrontar de manera más preparada las sorpresas del lugar, o bien creemos hacerlo y creemos que aquella información es suficiente como para ejercer nuestra voluntad. Podemos ver, o no, que existen muchas otras posibilidades y confiados en nuestra suerte, arremetemos en pos de desarrollar nuestra experticia.

En la cuarta línea ya nos sentimos familiarizados con el lugar, empezamos a ejercer nuestra influencia a un grado mayor. Entendiendo los ritmos del lugar intentamos ejercer nuestras habilidades transformadoras o  nos sometemos a los ciclos imperantes con la perspectiva suficiente como para saber cómo y cuándo introducir nuestra voluntad. Podemos vivir cómodamente en este recodo, o podemos aspirar a la maestría en nuestro oficio, consagrarnos y adoptar el espíritu de la situación.

La quinta línea, comúnmente llamada del "regente" nos ofrece perspectiva, comprensión de los procesos. Para llegar a ella nos hemos adentrado en los diversos aspectos del lugar y hemos logrado desarrollar nuestras propias interpretaciones, o sabemos qué esperar acerca de los diversos participantes. Nuestra voluntad aquí se vuelve laxa o tiránica.

En la sexta línea nos despedimos del lugar yendo un paso más allá y podemos mirar hacia atrás y entender muchas más cosas, porque ya nonos sentimos atados a las responsabilidades y reglas que hemos aprendido a lo largo de nuestro recorrido. En este lugar podemos ser presa de la soberbia o bien adquirimos la sabiduría de quien ha experimentado toda una vida en dicho lugar, y nos preparamos para emigrar a un nuevo espacio.

Lo anterior, por cierto, corresponde sólo a un esbozo esquemático y muy general, sujeto a las características de cada hexagrama en particular. Hay algunos que se viven muy rápido, otros que se recorren de manera más pausada. Hay algunos que puede que nos lleve toda una vida recorrer y otros por los que  pasaremos presurosos, sin mucha conciencia. Los hay más fáciles, más plácidos, más difíciles. Aspiramos a llegar a ciertos parajes toda una vida y otros los evitamos como la peste. Las posibilidades son infinitas.

Cuando salen dos o más líneas marcadas saltamos de un momento a otro en rápida sucesión, cuando las seis líneas cambian al unísono comprendemos que cada lugar lleva en sí el reflejo de otro, opuesto y complementario a niveles inusitados. El I ching es uno de tantos mapas para describir parajes arquetípicos de nuestra existencia, a los cuales volvemos una y otra vez desde diversos puntos de vista, como comprobamos aquellos que lo utilizamos como guía

lunes, 27 de agosto de 2018

El temido octavo mes del hexagrama 19

El Acercamiento es uno de esos hexagramas contradictorios que suele causarnos un montón de dolores de cabeza cuando nos aparece como respuesta, todo a causa de la advertencia final "En el octavo mes habrá mala fortuna". Y es que a nosotros, los occidentales, no nos hacen gracia las contradicciones ni las paradojas, que no nos traen más que quebraderos de cabeza. 

¿Cómo es posible que la fortuna no nos acompañe eternamente? reclaman algunos, y cuando recibimos este hexagrama, nuestra atención se dirige automáticamente a cómo evitar esa ominosa amenaza que se cierne sobre nuestros acariciados proyectos y sueños. 

Nuestra cultura se cimenta prácticamente en el crecimiento económico como pilar fundamental, y de la misma manera rendimos culto a la juventud y la belleza haciendo lo posible por mantenernos en la cresta de la ola. Rainier María Rilke, en su décima elegía, retrata magistralmente aquello que nos pasa en ese aciago octavo mes: 

Y nosotros, que pensamos en una dicha creciente,
sentiríamos la emoción

que casi nos consterna

cuando algo dichoso se derrumba


Y esta vez ni siquiera nos salva la traducción de Ritsema-Karcher, que tan a menudo alivia el peso de nuestras precisas e inequívocas palabras. "Culminar tendiendo-hacia la octava luna: poseer un peligro." 

El poeta y sus profundas imágenes

La suerte, inevitablemente se invierte. Aquello que a nosotros llega, se nos escapa de entre las manos. Si nos atenemos a la secuencia de los hexagramas , después del 19 subimos en el 20 a la torre de la contemplación, donde somos capaces de observar nuestro camino con ojo crítico. La torre, una especie de montaña artificial que la humanidad creó no sólo para acercarse a la divinidad, sino también para ensanchar la vista y romper las limitaciones de nuestra perspectiva. En ella conectamos con los ancestros y por un instante sagrado rompemos la ilusión de separatidad, volvemos a sentirnos seguros detrás de las paredes del templo, que representa lo que hay de divino en nosotros, la fuerza creadora yang en el quinto y en el sexto puesto.

El 19, en tanto, representa el impulso de crecer, nuestros deseos de llegar a la cúspide que desde aquí se presenta misteriosa e inescrutable. A ella nos acercamos con alegría, revitalizados después de cumplir con las tareas que nos impuso el hexagrama anterior, El Trabajo en lo que está Corrompido.

Lo interesante es que las imágenes que ofrecen los trigramas permiten otras interpretaciones muy diversas: Si lago está abajo y tierra está arriba, podríamos decir que Lin es un manantial de aguas subterráneas, y la advertencia del octavo mes quizás podría leerse como una advertencia de que dicho manantial, que a diferencia de aquél representado en el hexagrama 48 aún no es habilitado para su uso, podría secarse si consumimos más agua de la cuenta.

Otra manera de interpretarlo puede ser la promoción de aquellos ciudadanos de clase inferior que muestran iniciativa y ambición, siendo favorecidos por las clases dirigentes receptivas y benevolentes que gobiernan con guante de seda, casi sin hacerse notar. Recordemos que el I Ching era un oráculo utilizado por la aristocracia, y en hexagramas como éste parece promover la idea de un gobierno que no se impone por la fuerza y estimula la iniciativa de sus súbditos en pos del desarrollo del imperio, pero sólo hasta cierto límite, hasta este octavo mes que en este caso cumpliría una función disuasiva.

Las líneas de este hexagrama caracterizan las fases de este acercamiento, que en general no presenta más dificultades que aquellas derivadas de la  hasta extremos eternos. Sabiduría práctica: cuando uno estira mucho el elástico, se corta. El sujeto de la línea 3, debil y cómoda, es quizás el más confuso en su ilusión de que las cosas le llegarán en bandeja, ilusión que de todos modos se rompe y finalmente lo lleva a la añorada paz, que tampoco dura para siempre, pero ya no se desgasta en lamentarlo y la aprovecha.   

 



jueves, 16 de agosto de 2018

El I Ching, lo receptivo y la Magia (y algo de lo creativo también)



El termino "magia" es uno de aquellos que más se ha ido desdibujando a lo largo del tiempo. Para una persona común y corriente, entre otras cosas, puede aludir tanto a proezas pirotécnicas e inverosímiles, a una suerte de deus ex machina que nos permite obtener resultados sin esfuerzo o torcer las reglas de la realidad, una superstición sin sentido o un punto de vista particular que nos asombra y nos saca de lo acostumbrado. Lo asociamos tanto a oscuros personajes del lado oscuro del judeocristianismo como a brillantes héroes de novelas y superproducciones hollywoodenses, a toda clase de charlatanes e ilusionistas que realizan proezas imposibles.

Personalmente me gusta definir el término como una manera oblicua de operar entre las realidades, que se distancia de las relaciones causales, las explicaciones lógicas y las verdades incuestionables. Consultado al respecto, el I Ching indicó que la magia es el hexagrama 2, Lo Receptivo.

Me gusta pensar que con los dos primeros hexagramas, el I ching designa las dos fuerzas primordiales del universo: Lo creativo, claro, luminoso, impetuoso y transformador  en Ch'ien, y lo Receptivo, oscuro, misterioso y profundo en K'un. La Inteligencia creativa que actúa sobre la realidad moldeándola a su imagen y semejanza, y la intuición misteriosa que se somete a los ritmos de la naturaleza y actúa en conformidad a ellos.

La magia tiene mucho de eso, de observar y sentir cada porción del universo como algo que está en constante diálogo con nosotros, que habitamos y estamos circunscritos a esta esfera, rodeados de elementos, fenómenos naturales, animales, otras culturas, energías y una infinidad de aspectos que impactan en nosotros al unísono sin que seamos capaces de controlarlos por completo. La magia tiene mucho de escuchar y relacionarse sometiéndonos voluntariamente a aquella conjunción de fuerzas, y en ese someterse encontrar los momentos adecuados para que nuestra voluntad se manifieste.

Ritsema-Karcher traducen el ideograma como "Campo" aquello a lo que estamos circunscritos, la extensión espacial que nos rodea, determina y frente a la cual somos dependientes. La misteriosa naturaleza y sus caprichosos modos que la ciencia intenta incansablemente desentrañar, y cada vez que parece hacerlo nuevas contradicciones e interrogantes surgen en un eterno juego que el cineasta chileno Raúl Ruiz caracteriza en su Poética del Cine como "ministerio" y "misterio" y otros pensadores han encontrado en la dialéctica occidental entre la civilización y la naturaleza.

El Misterio bellamente retratado en "El despierto del Puente del Alma" de Raúl Ruiz

Hilando más fino, de acuerdo a ello podríamos agregar que aquello que llamamos magia es una de las formas primordiales de interacción con el mundo, que consiste en comunicarnos con aquello que nos rodea de una forma íntima, asumiéndonos dependientes, y asumiendo esa dependencia de forma voluntaria y constructiva vamos aprendiendo a escuchar y a movernos al unísono. Y así podemos llegar a identificar aquellas ventanas donde  podemos llevar a cabo aquellas transformaciones que provienen desde nuestra voluntad, adoptando la energía primordial de aquel dragón del hexagrama 1.

La respuesta que el I ching me entregó no acaba aquí. En ella aparecieron dos líneas móviles: la línea dos,  regente, costituyente y fundamental. Aquella nos habla de "enderezar" en los cuatro puntos cardinales, y añade un elemento fundamental: no repetir, no caer en los patrones automáticos y respetar las formas, esto es, los rituales en su esencia más pura, cuando logramos identificarnos con ellos más allá de la repetición mecánica de actos que implican y cobran un sentido que nos entrega orden y nos motiva a fluir como el agua, desde el corazón.  El peligro del ritual es que tiende a utilizarse en pos de algún poder, y por eso esta segunda línea al aparecer en el hexagrama 13 nos previene acerca de las relaciones secretas, de las consecuencias de los amarres realizados a partir de esta sabiduría.

La segunda línea, la cuarta, habla de una bolsa atada, esto es, la importancia de guardarse la fe, de no predicar ni intentar convencer a los demás de aquello que nos moviliza, aquello que hemos encontrado y nos ha encontrado. Aquella cuarta línea yin que en el hexagrama 9 promete apartar la sangre y el miedo a partir de su veracidad interior, da lo mismo si nadie más lo percibe. ¿Existe la magia o no? La respuesta se vuelve poética. ¿Qué lleva cada uno de nosotros en su bolsa? Y al mutar y convertirse en yang se transforma en el daimon que nos inspira y arroja a enfrentar lo desconocido con confianza en el 16 con la impetuosidad y la convicción del trueno, del hijo mayor.

Son ambos hijos que aparecen en el hexagrama proyectado, el 40, la Liberación o "desintegración" de aquello que obstruye nuestro camino, mostrandonos que las obstrucciones suelen provenir de las resistencias que son vencidas mágicamente mediante el rito y el silencio, entregándonos la impetuosidad del agua y el fervor del trueno. Inevitable citar a otro grande, Andrei Tarkovsky, en su última película "El Sacrificio" 

Si quiere saber de rituales, El Sacrificio de Tarkovsky es una tremenda guia.




 

martes, 7 de agosto de 2018

Experimentando la desazón en el hexagrama 47

Vivimos en una sociedad orientada hacia la acción, hacia lo luminoso, que poco ha aprendido a hacerse cargo de sus oscuridades desde que irradió por todo el globo sus ideales de progreso y bienestar, haciéndonos difícil la tarea a los seres humanos que en algún momento u otro, en mayor o menor medida, debemos enfrentar situaciones desfavorables que parecen conspirar contra nuestra felicidad y buen vivir.

El i ching, representante de tiempos más arcaicos, es un constante recordatorio que nuestras valoraciones personales no son ni más ni menos que puntos de vista que se alternan en compleja e inexorable sucesión, determinando temporadas de abundancia o escazez, de luz y oscuridad, que con  variaciones todos experimentamos a lo largo de nuestras vidas.

Hoy analizaremos uno de estos momentos de oscuridad, uno de estos hexagramas difíciles que tantos miedos y quebraderos de cabeza nos despiertan. El hexagrama 47, la desazón.

El Río Choapa pasaba con un caudal enorme por Salamanca, hoy esto es lo que queda gracias a la acción de las mineras. Es lo que nos ocurre a nosotros en tiempos de desazón.


La imagen por sí sóla es muy descriptiva en términos de los trigramas: el agua del lago se escurre, el lago, lo alegre, se seca. Nos vemos enfrentados al aislamiento, la incomprensión. Lo único que nos sostiene es el corazón, que sin embargo flaquea a la luz de los acontecimientos. "Cosechante prueba" dice en la versión de Ritsema Karcher, más cercana a las complejidades semánticas del chino arcaico. Nuestra propia entereza se ve amenazada por las circunstancias.

Se trata de una situación que puede ser temporalmente muy persistente, como reza la primera línea. "durante tres años no ve nada" y son palabras que indudablemente nos ponen en guardia. Nadie quisiera vivir tres años de dificultades ininterrumpidas. No obstante, se trata de una advertencia: cuando las circunstancias no nos acompañan por algún tiempo no es fácil descartar que se trata de una mala racha persistente, aunque probablemente la impaciencia y la agitación propia del trigrama kan sea aquella que determine estos tres años. Cuando cambia esta línea nos vamos al hexagrama lo alegre, el lago, hacemos un cambio de switch y la situación de inmediato despliega la posibilidad de aceptar con alegría la dificultad y no dejar que las fuerzas flaqueen. Esto es más simple de decir que de hacer, pues estamos recién entrando a la situación y no hemos experimentado sus alcances. Cualquier persona que haya sufrido de depresión sabe que lo que menos ayuda es cuando tus amistades y cercanos, con la mejor intención, te piden "estar bien" llenándonos de impotencia y de una sensación de inutilidad. Aquí, al comenzar, el oráculo nos advierte que nuestra visión está nublada y las palabras se limitan a caracterizar la situación. El cambio de switch depende exclusivamente de nosotros, y quizás sea muy pronto aún.

En la segunda línea empezamos a comprender que pese a lo mal que nos sentimos las cosas no andan tan mal. Tenemos comida y bebida, estamos sobrellevando la situación y sin embargo nos sentimos oprimidos por ella. Tratar de salir a toda costa, de escabullirse, nos lleva al peligro de no apreciarla y de realizar cálculos optimistas. El desafío aquí es alcanzar el centro, descubrir qué nos enseña la situación antes de intentar refugiarnos en las olvidadas e injustamente menospreciadas instancias colectivas que representa el hexagrama 45, "La Reunión" agradeciendo que aún no somos doblegados.

La tercera línea, como muchas en este puesto, es porfiada. No acepta la situación y quiere estar bien a toda costa y por ello anda por la vida buscando cómo salvarse, desesperadamente y aquello lo lleva al error, al desequilibrio, al desbalance en el cual radica el sentido del peligro dentro de este oráculo. La monumental presión del hexagrama 28, la preponderancia de lo grande, que provoca que la viga se rompa, metáfora muy atingente. Se trata, quizás, de la línea más difícil del hexagrama, pero como vemos, esta dificultad nace de una forma poco adecuada de enfrentar una situación de desazón.

Las líneas superiores de este hexagrama suelen ser aún más crípticas para nosotros los occidentales, impacientes buscadores de la felicidad. En la cuarta línea se nos advierte que ahora sí es momento de moverse, que la situación alcanzó un punto de inflexión que precisa nuestra acción, aunque no existan fuerzas. Aquí ya somos conscientes de la enseñanza y los motivos de nuestro confinamiento, experimentamos en nosotros mismos aquella sensación a la cual llegamos desde el 46, al empujar más arriba de donde correspondía al tiempo y de a poco empezamos a movilizarnos para dejar atrás este estado temporal de la existencia gracias a la acción del 29.

Pero ocurre que este movimiento puede que aún no sea suficiente para sacarnos de la situación y aún nos quede la parte más amarga de la torta, aquella que nos asfixia y oprime más que cualquier otra. En la quinta línea hemos tocado fondo, y no queda más que aceptar la situación infausta hasta que finalmente se disipe en el 40. Se nos pide aquí tener fe en lo invisible, porque lo visible está bloqueado, y es fácil bajar los brazos.

Finalmente ocurre que llegado un momento naturalmente la situación comienza a ceder, los bloqueos comienzan a liberarse aunque nuestra fe quebrantada aún no lo acepta, desconfía de la situación. En este caso la cautela es demasiado escrupulosa, y corremos el riesgo de quedarnos atrapados dentro de un eterno conflicto interior, o bien podemos hacernos la idea de trascender la situación ingrata y seguir nuestro camino hasta el 48, el pozo de agua, donde nos toca examinar nuestros fundamentos, aquello que llamamos "esencia" y que paradójicamente está formado por trigramas fluentes.