jueves, 18 de junio de 2020

La importancia del decrecimiento (la aminoración) en el contexto actual

Y de pronto llegó la pandemia. Tarde o temprano, se extendió por todos los rincones del globo. Más allá del país donde nos encontremos, el tipo de gobierno que haya administrado la emergencia y los índices que nos bombardean a diario a través de las redes sociales, está situación de contingencia marca un antes y un después en nuestras vidas. 

En esta entrada, más allá de ahondar en explicaciones y responsabilidades, me gustaría aportar con algunas inspiraciones acerca de los desafíos y oportunidades que representa esta súbita interrupción en un mundo cada vez más intercomunicado y tecnologizado, consumidor y depredador. 

Particularmente, me gustaría hablar del hexagrama 41, la aminoración. 

Las colas en los supermercados en tiempo de aminoración.


En términos esquemáticos, y sin entrar a hablar de los diversos matices que en la práctica existen, para un sistema económico global, basado principalmente en el libre mercado y la apertura comercial, ya partiendo desde la teoría económica, toda contracción representa un momento de crisis que, en los peores casos, exige la intervención de un estado que, en circunstancias normales, debiese tender a ser acotado y no meterse mucho para no crear distorsiones. Las derechas e izquierdas en el mundo discuten incansablemente acerca del rol del estado en torno a la economía, pero ambos suelen estar de acuerdo en la importancia de crear las condiciones para un crecimiento positivo, o al menos un desarrollo sustentable. 

Sin embargo, la filosofía de muchos pueblos antiguos consignó la importancia del decrecimiento como condición sin equa non para el desarrollo sustentable de los territorios y las comunidades. Desde el viejo principio de la rotación de cultivos para no agotar la fertilidad de los suelos, pasando por el sueño de las 7 vacas gordas y las 7 vacas flacas que el profeta Daniel comunicó al faraón en tiempos bíblicos, la sabiduría popular ha señalado la importancia de los períodos de escasez para no agotar indiscriminadamente los recursos. El libro de las mutaciones no es la excepción, y así lo reflejan las siguientes líneas tomadas desde el texto de Ritsema Karcher:

Disminuir, poseer conformidad. 
Primavera propicia. 
Sin falta, permitir la Prueba. 
Cosechante: poseer dirigido el ir. 
Interpelar: tener provecho. 
Dos bandejas permiten aprovechar la ofrenda.

Wilhelm traduce, con algunos matices: 

La aminoración unida a sinceridad
trae excelente fortuna
Hay adelantos emprendiendo algo
¿Qué puede hacerse? 
Se pueden emplear dos escuelas para el sacrificio. 

Vamos a las imágenes. abajo tenemos Sun en el otoño, un ecosistema que duerme y entra en un dulce letargo al compás de las hojas secas y los primeros fríos del invierno. Frente a él una montaña, majestuoso lugar de silencio y reposo. La dulce y coqueta hermana menor es acogida por su sereno e introvertido hermano. Acurrucada, contenida dulcemente, sin violencia. Si vemos las líneas, la tercera línea del hexagrama La Paz, que comienza a tomar conciencia de la naturaleza cíclica del universo, decide resguardarse en las cumbres de la sabiduría, lejos de la actividad mundana.

Es una imagen que nos invita a aquietar nuestras ansias de crecer, emprender y desarrollarnos. Hay que poseer la conformidad para una próxima primavera propicia. Pero aquel intersticio es el momento de los ritos propios del retorno, como muestran los nucleares trueno y tierra. Es un momento sagrado, de mirarnos hacia adentro y encontrar la luz en nuestras profundidades, aquella que nos permitirá activarnos posteriormente. 

Quizás basta simplemente con aprovechar de escucharnos, de mirar alrededor y darnos cuenta de las consecuencias de vivir pensando constantemente en el mañana, en los proyectos, planes, ambiciones y sueños que ocupan parte importante de nuestros pensamientos cotidianos. Sacar nuestra atención de pantallas como ésta, apagar las noticias que nos angustian y quizás por un momento escuchar nuestro alrededor: las brisas que mueven los árboles, los pájaros y animales domésticos de nuestros barrios, los insectos, motores y ruidos de las pocas personas que aún transitan, y si nos toca estar afuera apreciar qué distinto se ve todo desde la cuarentena. 

En la línea uno aceptamos el decrecimiento sin chistar, sin detenernos a pensar en sus implicancias, de buena fe. No reparamos en lo que ocurre con nuestros vecinos y nos apresuramos a reproducir el slogan #quedateencasa. Obedecemos, como el joven necio consciente de su inexperiencia.

Esta placidez, no obstante, sólo nos dura mientras nadie depende de nosotros. En la línea 2, si bien no cuestionamos la necesidad de decrecer, comenzamos a tomar conciencia de la importancia de contar con resguardos para asegurar no sólo nuestra alimentación, sino la de nuestro clan. No dudamos en salir a buscar el sustento si es necesario, y ya no obedecemos como corderitos. Comenzamos a comprender que si nos quieren en casa los estados deben preocuparse de nosotros. 
Y así llegamos a la línea 3, dócil pero mucho más consciente de que no puede seguir a Dios y al diablo al mismo tiempo, y debe optar. O se libera de los condicionamientos e ideas preconcebidas y vive con apertura y confianza la aminoración, manteniendo los ritos y guardando la apertura y la independencia interior podremos descubrir a través de la experiencia colectiva e histórica el camino. 
La línea 4, también yin, nos invita a liberarnos de errores. Los errores en la aminoración tienen que ver principalmente con la falta de previsión y condiciones que hacen que este confinamiento no sea sincero, que en muchos países es consecuencia directa de la indolencia de las clases gobernantes que no se preocupan del bienestar de su pueblo. 
Gobernantes sabios, como el de la línea 5: receptivos, dúctiles que saben someterse a las circunstancias y no luchan por imponer su obstinación ambiciosa. Liderazgos de cualidades nutritivas, que aún en tiempos de escasez cuentan con la bendición de los arquetipos que indican que toda aminoración es un momento, si bien de pobreza, también de acumulación de fuerzas y trabajo interior. 
Y finalmente, el sabio de la sexta, incansable en su peregrinar, que no descansa en sus facultades porque sabe que la tarea es incansable y que luego de conquistar la bonanza vendrán nuevas aminoraciones en formas distintas, y así conserva la sabiduría de no comprometerse, de no aferrarse mucho a sus ideas y convicciones. 

En lo personal, adscrito a los economistas que señalan la importancia del decrecimiento en estos momentos, del simplemente no hacer nada y adaptarse al ritmo más pausado, al refugio de nuestros hogares, y encontrar en el cotidiano la luz que nos permita renovar los disminuidos recursos de este planeta agotado por el consumo y la ambición indiscriminada de la energía yang que en las alturas se vuelve soberbia y desconectada de sus orígenes. 





viernes, 1 de mayo de 2020

El artista proletario en medio de la sociedad de consumo: la línea 3 del hexagrama 7

Hace más o menos un año escribí una entrada inversa a ésta, la cual puedes revisar aquí.

Esta vez, respondiendo a una nueva pregunta personal, me respondió de la manera que intentaré desarrollar s continuación. 

El hexagrama 7 habla de nuestra necesidad de agruparnos para enfrentar los desafíos que implica la supervivencia. La mayoría de las culturas se formó cuando sus miembros de una forma u otra se vieron obligados a enfrentar necesidades colectivas. Si seguimos la secuencia del rey Wen vemos que el Ejército viene después del Conflicto: la inquietud rebelde de kan que lucha por existir ante su padre, que lo observa desde lejos, sin comprenderlo del todo. Entonces, lejos de agitarse, se hunde bajo las faldas de su madre tierra y forma las napas subterráneas (que en el 48, el pozo, son extraídas gracias al contacto con la madera) No es lo que quisiera, por cierto: preferiría ser fiel a su naturaleza y empujar a lo creativo de un lado a otro como lo hace dentro de su propia estructura con los atributos paternios. Sin embargo, se somete ante el cariño abnegado de su madre y se transforma en un pequeño tirano voluntarioso, capaz de multiplicar sus recursos de manera indirecta, asumiendo el mando. Un mando sin mayor perspectiva, por cierto, sino uno que posee una limitada visión de las cosas, pues lo contrario significaría perderse en pensamientos y reflexiones desgastantes.

El visionario e incomprendido artista callejero que aún no desarrolla las herramientas que le permitirían ser comprendido.


"Hay que trabajar, gobierne quien gobierne" dice la línea 2, y estimula a quienes lo rodean a mantener el ritmo, a continuar cultivando las tradiciones, porque así aprendió, así ha sido siempre, y por mucho que quisiéramos no depende de nosotros desarrollar una manera nueva, porque nuestra opinión no es relevante. 

Precisamente son los peligros del 7, un hexagrama que puede experimentarse de manera un tanto extenuante porque no es un momento para filosofar, y cuando lo intentamos en las líneas yin podemos experimentar diversos contratiempos. Uno no puede evitar pensar que quizás el camino de la tradición no es lo más correcto, pero es incapaz de encontrar razones prácticas que justifiquen su sentir y por ello es incapaz de enfrentarse al conductor y sólo puede aspirar a hacerlo indirectamente por medio de comentarios y rumores, disminuyendo así su capacidad de convocatoria, y convirtiéndose en un estorbo. 

Particularmente, la línea 3 nos previene acerca de lo peligroso que es llevar muertos en el coche. Se trata de una línea arrogante, que se siente mucho más instruida que la línea 2 que se encuentra al mando en esta situación y sin embargo no alcanza su nivel de influencia, por tanto comienza a minar su autoridad, aún bajo el riesgo de que el objetivo trazado no se cumpla. En el buen sentido (para aquellos que tendemos a buscar los aspectos positivos) esta línea adquiere la fortaleza para tomarse la ciudad vacía, que es siempre un arma de doble filo. Si está vacía es porque alguien la abandonó en algún momento, y si lo hizo seguro tuvo sus motivos. A veces, no queda otra que tomarla, quizás algún provecho pueda sacarse, pero aquello sólo lo sabe la línea 2, abocada en la tarea de organizar la supervivencia del clan. A veces puede lograr explicar sus utopías, y su opinión se vuelve respetada. Sólo entonces se alcanza la ciudad vacía, la utopía inquietante que no ofrece descanso porque siempre se encuentra un paso más allá.

Jugando un poco con las posibilidades de este hexagrama, desarrollaremos un poco aquello que ocurre en las otras líneas yin del Ejército.

La primera línea es el seguidor entusiasta y sin mayores perspectivas, que sigue sin chistar al conductor hasta que se cansa y se aburre en el octavo mes del hexagrama 19, y entonces vuelca su atención hacia otra cosa.

El funcionario de la línea 4, por su parte, reemplaza su falta de fundamentos con su experiencia, y es capaz de influir en el avance del ejército de una manera propositiva, ampliando la perspectiva del conductor permitiendo un aprovechamiento más racional y estratégico de los recursos, porque es capaz de indentificar y leer los momentos en que la lucha efectivamente es desesperada más allá de simples consideraciones emocionales e inspiraciones vacías.

Por su parte, el débil gobernante de la línea 5 bien puede volverse obstinado y utilizar su autoridad nominal para interponerse con el funcionamiento del ejércitoy llevarlo al más absoluto descontrol en el 29, donde sólo queda improvisar para salir a flote, y cualquier atisbo de conducción se pierde.

Finalmente, el sabio de la línea 6 combina el autodominio y la experiencia para conseguir el objetivo de una forma misteriosa, sin oponerse directamente al ejército, lo cual deja al conductor perplejo y lo hace consciente de su inexperiencia en la línea 4.  

Esta línea 3 carece de sentido práctico, y sin embargo no deja de realizar reflexiones interesantes, que en otro momento podrían resultar muy provechosas. Pero ahora no es el momento, es momento de tomarse la ciudad vacía y ahí veremos qué ocurre. No depende de nosotros o de nuestro control, sino de la conducción del líder designado para dicha tarea, aunque se lo desprecie. Lo más coherente para ella sería dejar de participar en el ejército, pero por algún motivo no puede, se ve impedida. La única esperanza es aquella ciudad vacía que no alcanzamos a vislumbrar, esas metas que para nosotros quizás no tengan mucho sentido, pero que la sociedad nos exige a seguir, por el momento.


sábado, 25 de abril de 2020

Hexagrama 5 y distanciamiento social

Que el Covid-19 sea un invento de los gringos para eliminar a los chinos, o un mandato subliminal da un poco lo mismo: de distintas maneras todos los países del mundo han adoptado grados de aislamiento social y aquello está modificando nuestras formas de vida y eso de por sí lo transforma en un factor inevitable dentro de nuestra convivencia social.

Por cierto, muchos mandatarios odiados y criticados en sus respectivos países, como en el mío, se encuentran utilizando todas sus herramientas comunicativas durante el encierro para reforzar sus propias nociones de control social y explotación indiscriminada de recursos, con mayores y menores grados de éxito.

Entonces, quise preguntarle al i ching ¿Cómo sobreponerse al distanciamiento social global?

La respuesta no pudo ser más sorprendente y amplia: el hexagrama 5 "la espera" seguido del hexagrama 50 "el caldero".

Las colas en los supermercados: tan necesarias como amenazantes.


Se me ocurren al menos dos posibles interpretaciones que ire desarrollando a lo largo de estos párrafos, pero todas desde el mismo punto de partida.

Es momento de prepararnos para un cambio profundo en nuestra manera de habitar este mundo.

Desde nuestros respectivos encierros podemos percibir que algo nuevo se nos viene encima, algo a lo cual no podemos ir al encuentro porque nuestras posibilidades se ven impedidas por la amenaza del contagio y las restricciones sociales que se nos imponen: no podemos cambiarnos de ciudad, ni de trabajo, ni de ocupación porque no sabemos cómo será eso que se nos aproxima.

Las cuatro líneas mutantes nos entregan información acerca de las diversas fases por las que atravesamos en medio de este paisaje opresivo, que bien puede despertar nuestras ansiedades o problemas más profundos.

No necesariamente, por cierto. En la línea 1 simplemente nos adaptamos: nos disponemos a cultivar nuestras rutinas, ocios y costumbres, quizás nos atrevemos a intentar cultivar alguna nueva, habitando en nuestro aquí y ahora sin complicarnos demasiado. ¿Podríamos quedarnos aquí y no complicarnos la existencia? Por cierto.

Sin embargo, la línea 4 profundiza mucho más hasta alcanzar las profundidades de este estado, lo peligroso y mayúsculo de este momento que estamos viviendo. Aguardamos en la sangre: la posibilidad es concreta. O bien nos vemos obligados a volver a nuestros trabajos presenciales para procurarnos sustento, o nos echaron del trabajo y el tiempo nos exige reconvertirnos, ingeniárnoslas, salir a la calle, desafiar el encierro. O bien de tanto aislamiento comenzamos a mirarnos hacia adentro y somos capaces de empezar a percibir y lidiar con nuestras sombras más recónditas. No nos queda más que fluir, exponernos a los peligros.

Y como el cliché exige, al mirar a nuestros demonios al rostro nos comenzamos a dar cuenta que quizás no son tan terribles como parecían. Nos vamos acostumbrando a las luces y sombras de este distanciamiento y a disfrutar de los pequeños momentos disponibles de paz, de belleza, de bienestar y de placer.

Pero inevitablemente podremos caer una vez más en la línea 6, casi al final de esta fase de peligro. El texto nos advierte de "3 visitantes no esperados", es decir, salir del peligro nos exige reinventarnos, acudir a las opciones que jamás estuvieron en nuestros planes.

Y en su conjunto, al recorrer esta senda, una de muchas posibles desde este hexagrama, llegamos hacia la transformación profunda que ocurre dentro del caldero en el hexagrama 50. Muchos levantan una ceja y advierten el peligro de un "nuevo orden mundial" en ciernes, pero eso de alguna manera son visitantes que esperaríamos, que las grandes mentes sabias y poderosas de nuestro mundo están intentando ejecutar. Esta lectura nos advierte que quizás no va por ahí la cosa. ¿Qué creen ustedes?

domingo, 29 de marzo de 2020

Nuevas reflexiones sobre el hexagrama 30 a la luz del Covid - 19


El I Ching, como todos los sistemas oraculares a lo largo de las culturas terrestres conocidas, es un libro de metáforas, que nos dirá muchas más cosas a medida que aceptemos que cada imagen ofrece un sinfín de posibilidades de interpretación.
Dicho esto, sólo nuestra propia experiencia nos irá mostrando cuáles interpretaciones se ajustan en mayor o menor grado a nuestras preguntas, y existen personas que van desarrollando una sintonía especial para encontrar aquella que se ajusta más a cada situación. En lo personal, creo que dialogarlas enriquece nuestra colección de metáforas, por ello a lo largo de mi camino utilizando este oráculo de forma terapéutica no destaco como uno de mis atributos la precisión sino estimular la capacidad de reflexión y resignificación de los hechos.
Por lo tanto, quisiera ofrecer un ejemplo de ello utilizando la entrada que escribí respecto al 2020, la cual puede revisar aquí 

.
Con todo el mundo detenido de una forma u otra por la pandemia del Covid-19, cualquiera de ustedes podría decir, con justa razón, “esa predicción no da cuenta de ello”. Alguien, más observador, podría decir “está implícito, pero no fue capaz de verlo”. Jugaré con ambas posibilidades. 

A primera vista, sigo no encontrándole sentido evidente. Asociar una mutación del virus de la gripe común, que se transmite por contacto de fluidos y que nos obliga a estar encerrados en casa, alejados de todo contacto físico, incluso de nuestras fuentes de trabajo, al revelador arquetipo del fuego, que en el I Ching es la luz que entra por los ojos, la llama que se enciende cuando encuentra un combustible, el fervor que cultivamos cuando nos contagiamos de alguna idea que encontramos fértil…
Quizás el arquetipo no esté tan alejado de la situación después de todo. ¿Verdad? Simplemente requiere mayor esfuerzo, alejarse de las lecturas obvias.
Y es que cualquiera de los 64 hexagramas nos aporta un punto de vista acerca de aquello que preguntamos, cualquiera. Sólo basta aceptar sus posibilidades implícitas y aplicarlas a nuestra pregunta particular, sin dejar que nuestras expectativas o miedos nos distraigan del hecho de que cuando consultamos elegimos someternos a un sistema donde la vida está representada en 64 momentos que derivan de un principio fundamental: lo importante es el movimiento entre ellos, el cambio. Por eso se llama libro de los cambios.
En el tarot, discurrimos a través de imágenes, muchas de ellas de personajes y objetos a través de los cuales el arcano 0, el loco, va encarnando en el mundo físico en su camino hacia el arcano 22, el mundo. En el I Ching, no hay un personaje, es  simplemente el pulso: dia/noche, ruido/silencio, abierto/cerrado. Es la alternancia lo que entrega el sentido de los símbolos, y cando fijamos un hexagrama como respuesta a nuestra pregunta, lo que obtenemos es una fotografía, que congelamos de este flujo para observar a la distancia sus detalles y particularidades.
Nuestra matriz cultural nos enseña a definir, a categorizar, a separar, a especificar, a desconectarnos unos de otros, a limitar nuestro campo de acción para que el quehacer no se vea interferido. El mismo I Ching nos enseña, en su hexagrama 60, que las limitaciones son penosas, pero necesarias, porque nos ayudan a ordenarnos.
Concordemos entonces que la limitación es una necesidad práctica.
Segundo principio: mientras más alejados del asunto, se multiplican nuestras posibilidades de interpretación. La especificidad, el puntillismo, nos ayudan a enfocarnos. Si preguntamos por un asunto que se encuentra dentro de nuestro espacio de experiencia será mucho más probable que el mensaje recibido sea provechoso. En este sentido, quienes nos dedicamos a mediar entre el oráculo y el consultante cumplimos la función de enfocar o ensanchar, dependiendo del caso, el alcance del mensaje.
Tercer principio: toda regla tiene su excepción, como todo yang tiene su yin. Las líneas yang funcionan en lugares impares, las líneas yin funcionan en lugares pares, excepto.
Siempre existe otra posibilidad que no hemos visto. De esto pueden dar fe todos los usuarios de i ching que no entienden una respuesta hasta que la situación por la que preguntaron efectivamente sucede y entonces ven ese matiz que en su momento no vieron verificado en los hechos. Se me ocurre un paralelo a la escritura de una novela: primero tienes el argumento, el arquetipo que vas a mostrar, y una cierta estructura de capítulos, cierto lenguaje que te interesa trabajar. Luego partes, en la escritura van apareciendo otras cosas, y si sí lo permites, ese argumento también muta en otra cosa. Lo que nuestra idea original pretendía ser va encontrándose con la experiencia, con el habitar la idea, y así se actualiza. Y una vez redactada, vas perfilando y embelleciendo los detalles con mayor o menor capacidad o fortuna hasta que en algún momento decretamos “basta, ya está” o surge una idea nueva, o cambian nuestras circunstancias o qué se yo.
Eso fue lo que me pasó con aquella consulta a la luz del Coronavirus. No tengo aún respuestas claras, lo que comparto son apenas bocetos, intuiciones, de lo que probablemente en diciembre sea un cuadro mucho más acabado.
Se me aparece que de acuerdo a la astrología 2020 marca un fin de ciclo, y en la secuencia de Fu Hsi el hexagrama 30 Li, Lo Adherido, concluye la primera parte del libro. Al representar al sol, el fuego también es descrito como ese punto de referencia en torno al cual giran los planetas. Una vez leí, y me hizo mucho sentido, que de las cualidades humanas Li representa la consecuencia y también a sus excesos. ¿Cómo cabe una pandemia en esta estructura?
El Covid-19 no es un virus nuevo, pertenece a una cepa que ha ido mutando a lo largo de los últimos años. Al ser una pandemia, nos recuerda que las pandemias son una constante cíclica e n la historia de la humanidad, una más de las cosas que la humanidad quiso pensar que había eliminado gracias a la ilustración antropocentrista y al desarrollo del método científico como forma de abordar los grandes problemas desde una perspectiva racional. De tanto sentirse arrastrado de un punto a otro incontrolablemente en el hexagrama 29, necesitamos encontrar un eje, un punto de referencia. En esta sociedad tan rápida, donde apenas tenemos tiempos para tomar conciencia de quienes somos porque hay tantas metas que perseguir, para poder sintonizar con un punto de referencia era necesaria una detención, una purga, un fuego metafórico que consuma las cenizas de ese viejo orden.
Entonces, la lectura podría sugerir que el Covid 19 representa precisamente ese fuego que nos permite terminar con un ciclo materialista y mecanicista que parecía un cuento de nunca acabar y nos obliga, desde la urgencia, a replantearnos qué tipo de sociedad queremos, si nos gusta esta, si intentamos otra, si revivimos viejas ideologías, si nos convertimos en cruzados fanáticos o finalmente comprendemos que todas las posibilidades tienen su momento y su hora de manifestarse, y que todo lo que se expande está destinado a contraerse.    
¿Y qué vendrá después? Esa fuerza irresistible que nos reúne por afinidad natural en el 31 y la conciencia de que sólo el cambio es lo permanente en el 32, que el aire en la atmósfera sopla más o menos fuerte en diversos lugares, con más o menos partículas distintas contenidas en su estructura pero siempre presente.  

lunes, 2 de marzo de 2020

Hexagrama 57 y el estallido social en Chile

Chile está viviendo un fenómeno, aparentemente sin precedentes. Desde que el 18 de octubre un grupo de jóvenes decidió evadir el metro, décadas de abusos explotaron en un inmenso estallido social que posee innumerables matices. Hoy intentaré un anàlisis general de la situación a través del i ching, ejemplificando cuando corresponda.

La pregunta de base fue la siguiente: 
¿Cómo interpretar el estallido social chileno y proyectar sus consecuencias?
Hexagrama N° 57, sun, lo suave, el viento.
Sun es uno de los 8 trigramas duplicados, y representa la energía de la primavera, una estación de renovación tras el frío gélido del invierno capitalista que, por décadas, ha mantenido a la mayoría de la población fuera de sí mismos, trabajando en pos del éxito personal a costa de infructuosos sacrificios y esfuerzos cuyos resultados apenas alcanzan a disfrutarse. En el 57, el viento penetra por debajo de la puerta, revelando los oscuros secretos bajo la alfombra de la transición a la democracia, un pacto social que permitió descender los índices de pobreza del país a costa de enormes garantías para los grandes capitales que, a partir de la constitución, tuvieron carta blanca para hacer y deshacer, no sólo en condiciones desiguales sino que además con enormes costos a nivel medioambiental, cognitivo y afectivo. 
Volviendo al mensaje del hexagrama, aquí se están fraguando grandes transformaciones que no logran percibirse a simple vista y crean la sensación, para quienes han salido continuamente a las calles, que “no se ha avanzado nada”. Lo primero que es preciso tener presente es que los grandes cambios, si bien urgentes,  no vendrán de un día para otro. Pero aquello, sin embargo, tampoco quiere decir que no haya que movilizarse hacia ello. En estos tiempos, todas las gotas son necesarias para formar un caudal, que como se ha visto está logrando abarrotar las calles, sobrepasar a cualquier fuerza del orden establecido e incluso ha logrado modificar la fisonomía de las ciudades principales, alterar sus ritmos “normales” de manera sutil, pero imborrable. 
El viento agita el polvo, esculpe las rocas, saca a la luz la podredumbre, los secretos, el autoritarismo patriarcal que ya no está interesado en disimularse y abiertamente condena, reprime e intenta aplastar esto que se le antoja una insurrección obstinada y rebelde. Pero ya no es el mismo chile de 1973, ahora cualquier ser humano de a pié tiene acceso a internet, a una cámara fotogràfica. Todo se registra, se evidencia y llegado el momento sale a la luz. Ha habido heridos, por cierto, muertos, torturados, vejados, qué duda cabe, pero muchos más se han salvado ante la vigilancia atenta de una ciudadanía que está comenzando a reconocerse, a mirarse a los ojos, a dejar de lado la competencia feroz para entender que todos compartimos un hogar, un espacio vacío que entre todos tenemos que habitar. 
Por cierto, no dejan de haber trampas, letras chicas, autoridades que avanzan y retroceden, vacilantes, indecisas, sin decidirse a ponerse del lado de la tradición republicana o del pueblo que está cansado de reproducir una estructura que se le ha hecho ajena, casi irreal. De tanta reflexión se terminan disparando en el pie, y sus palabras quedan fácilmente en entredicho. Los caudillos no logran entusiasmar, porque de tanto planificar terminan traicionando sus propios intereses de sacar partido. 
En la secuencia del i ching sun viene desde el hexagrama 56 “el caminante” que retrata la situación de aquel que es extranjero y se ve impulsado a adentrarse en terrenos desconocidos donde no tiene mucho dominio e influencia. El extranjero apenas logra descansar, no comparte ciertos códigos fundamentales y se ve obligado a adaptarse, a ser cauto y circunspecto para no llamar mucho la atención sobre sí. Dicha generalización podría aplicarse a la gran mayoría de la población que carece de influencia y se ve forzada a acomodarse como mejor puede, con mayor o menor grado de éxito. No obstante, ningún peregrinar es eterno y, eventualmente, terminamos volviendo a habitar un hogar. Ése es el trance en el que la gran mayoría de chilenos se encuentra actualmente. 
La tirada estuvo llena de mutaciones. De las 6 líneas sólo la cuarta no sufrió modificaciones, y en un hexagrama como sun esto conlleva un largo proceso de infiltración, que comienza vacilante e imperceptiblemente en la primera línea yin, anunciando que no será fácil destrabar la situación. Se exige perseverancia al actuar, y también al retroceder. No obstante, en la segunda, hay mucha información disponible para ayudar en la tarea de desentrañar este nudo ciego, tanta que en la tercera uno corre el riesgo de darle demasiadas vueltas al asunto y caer en la inmovilidad, y ahí radica el principal peligro de este momento.
Es decir, en la situación chilena el exceso de información es un arma de doble filo, que nos protege de las conspiraciones y abusos pero también puede sumirnos en la apatía y desesperanza tras no ver resultados.
En la línea quinta se habla de reformas, quizás no tan profundas ni radicales como muchos quisiéramos: un proceso constituyente decidido desde las cúpulas, que tiene un sabor demasiado parecido a una burla, pero que así y todo ofrece garantías concretas para comenzar a construir un país distinto a largo plazo, porque seamos realistas: la falta de educación, el individualismo, el cortoplacismo, la cultura del aprovecharse del más débil, del subterfugio, son costumbres demasiado arraigadas como para desconocerse y borrarse de un plumazo. Lo que se requiere es un tránsito generacional, que ya comenzó y que no puede detenerse, excepto en nuestras cabezas ansiosas e inquietas que, desde su desconfianza, amenazan precisamente con convertirse en profecías autocumplidas, transformando una oportunidad histórica en una nueva excusa para un apagón cultural, como ya les ha ocurrido a nuestros vecinos.
Recordemos entonces: lento pero seguro. Qué difícil es desde la urgencia, qué frustrante y poco heroico, pero así suelen ser los procesos profundos.
  1. Y ojo, sea como sea el resultado final es el hexagrama 24, el retorno, la posibilidad cierta de construirnos un país nuevo después de ese invierno de más de 30 años que comenzó con los militares tomando el país a la fuerza el año 73.

jueves, 9 de enero de 2020

2020, un año de fuego

Ya entramos al 2020. En esta oportunidad presento mi habitual pronóstico anual a través del I Ching con cierto desfase, que en este caso puede ser muy sospechoso a raíz del resultado que apareció. No está de más recordar que, tal como en años anteriores, la idea de realizar un pronóstico tiene más que ver con describir un cierto ambiente, un cierto patrón recurrente que de alguna manera se manifestará a distintos niveles durante el presente ciclo gregoriano. El año pasado, como bien podemos revisar aquí, estuvo marcado por la cualidad líquida. El agua, o su ausencia, fue la gran protagonista.

Este año, como ya lo empezamos a vivenciar, el protagonista es el fuego.

El fuego será protagonista.


En la nomenclatura del I Ching el fuego es la hija del medio, representa el sol. Una linea yin en medio de dos yang, que metafóricamente se lee como la luz que entra por los ojos e ilumina desde dentro. La claridad de la verdad, que como ya sabemos los usuarios del viejo libro se concibe como interior y se irradia a través de nuestras acciones más que a través de nuestras palabras. Es interesante el hecho de que las energías de este año son las opuestas complementarias del ciclo que recién pasó: donde el año pasado hubo un incesante e impredecible devenir, durante éste aquella experiencia comienza a consolidarse, a tomar forma,y nos exige tomar definiciones concretas.

Por tanto el año que comienza es un excelente caldo de cultivo para que todo tipo de doctrinas, religiones y filosofías comiencen a tomar forma, mientras otras definitivamente cumplan su ciclo y entren a una fase de letargo. Ideas populistas, soluciones mágicas, ensayos y errores colectivos serán protagonistas. Duros enfrentamientos ideológicos, guerras encarnizadas, debates a todo nivel se irán sucediendo. El peligro consiste precisamente en caer en fanatismos y posiciones dogmáticas e inflexibles.

Nuevos descubrimientos en el área de la ciencia que prometerán revolucionar nuestra existencia coexistirán con verdades incómodas que irán saliendo a la luz. Los incendios empezaron en Australia y seguramente se propagarán en diversos puntos del globo. Especies se extinguirán, otras nuevas saldrán a la luz. Nuestra comprensión se irá ensanchando a partir de los difíciles aprendizajes del 2019 al mismo tiempo que aquellos más radicales endurecerán sus posturas y llamarán a cruzadas fanáticas en pos de sus creencias.

En sintonía con los análisis astrológicos las fuerzas de cambio durante este año determinan que toda esta energía intensa y volcánica (a propósito, ojo con los volcanes también) provoque transformaciones profundas en nuestras vidas. La sequía, que ya ha comenzado a transformarse en un problema serio, intensificará sus efectos que se harán palpables en varios puntos del planeta, creando una sensación de urgencia, que me atrevo a calificar de apocalíptica, y que sin duda marcará un punto de inflexión en la historia de la humanidad en un proceso que inicia este año.

Porque hubo dos lineas móviles en esta tirada: la primera, que nos impulsará a la actividad, a encontrarnos, a explorar nuevas realidades, a experimentar nuevas perspectivas. Y la tercera, que nos acuciará con un sentido de urgencia, de sentir que si no empezamos ahora sí a hacer algo, no sólo nuestra civilización, sino la humanidad en su conjunto, podría irse al carajo. Serán tiempos de terror y de hedonismo, de fatalidad y urgencia y de mucha, pero mucha intensidad, de sentir la muerte pisándonos los talones. Y como nuestra cultura occidental ha vivido muchas décadas de espaldas a la muerte, eso significa tiempos difíciles.

Sin embargo, queda una esperanza, simbolizada por el hexagrama destino, aquel que surge al modificarse estas líneas. El 35, el progreso, que promete también oportunidades de encuentros inesperados, de conectarnos con aquello más sagrado, más trascendente que nosotros mismos como humanidad. La naturaleza, quizás abrirse a nuevos estadios de conciencia colectiva, otros mundos, otras realidades que iluminarán este momento urgente al cual como humanidad hemos llegado. Como pueden leer, y seguramente han experimentado, se viene muy movido. Y me permito una licencia, para aquellos que vivimos en ese lugar que insistimos en llamar Chile: los ojos que se han sacrificado durante el estallido social no serán en vano. 




martes, 3 de septiembre de 2019

Paradojas del i ching: hexagramas 46 y 7

Que el i ching exceda su mirada ante las preguntas de quienes insisten en mirar la vida y sus circunstancias en términos absolutos es uno de sus tantos misterios. Que exceda incluso ante los antiguos comentarios que acompañan a cada uno de los 64 hexagramas y 384 líneas, especialmente aquellas que prometen "ventura" o "desventura", es una experiencia conocida para muchos de sus usuarios. Tal como el momento de sentir una poesía, de utilizar un lenguaje de forma creativa más allá de sus limitaciones y elevar su uso a la categoría de arte, el momento en que un hexagrama excede las palabras que guían su comprensión deja su huella.

Quisiera compartir uno de aquellos momentos.

Desde hace mucho es un tema vital en mi vida el intervalo entre actuar y no actuar. A veces llego a comprender que puede ser una curva donde haces todo lo posible pero asumiendo que hay un porcentaje de lo que sucede que no depende en absoluto de tus esfuerzos. Identificar cuándo sí y cuándo no es un dilema insalvable frente al cual no existen respuestas absolutas.

Preguntándole al i ching cómo reconocer caso a caso me respondió con 46.3 al 7.

"Uno empuja hacia una ciudad vacía". Uno acumula experiencias, métodos, cultiva saberes, transita por caminos más o menos acostumbrados que te llevarán a las respuestas que necesitas... pero nada dice respecto a la naturaleza de esas respuestas.

Aquí importa el objetivo trazado, mantener el curso aún cuando el carro conduzca cadáveres, que es la polaridad inversa de ese tercer puesto voluntarioso que rivaliza con el capataz de la segunda línea en determinación, y por ello va un paso más allá.

Entonces me surgió la pregunta ¿ por qué esa línea yin del ejército suena tan trágica en los textos? Porque en ese ejército hay quienes les cuesta contagiarse de la visión de su teniente y se resisten a su autoridad. Empiezan a fortalecer sus posiciones, crean disenso y terminan provocando una situación nueva donde el avanzar ya no es en pos de un objetivo concreto y determinado sino atrae lo invisible y lo misterioso, los elementos incontrolables que tanta pesadilla causan al orden establecido. Y claro, los textos están escritos en el seno de un gran imperio, y están formulados para los nobles. Alguien en una consulta, creo que Marta Ortiz, preguntó a qué había venido el i ching a occidente, y creo, respondió con 52.6 al 15. Vino a hacerse invisible y cumplir su misión en el anonimato, con eficiencia, como un instrumento ya no para el noble, sino para el hombre común que empieza a despertar una conciencia superior.