jueves, 28 de septiembre de 2017

El hexagrama 23 y nuestra resistencia a los cambios

Quienes nos acercamos a estudiar y utilizar sistemas arquetípicos como el i ching y el tarot desde nuestra cultura occidental a menudo manifestamos la tendencia a atribuir una escala de valores. Nos interesa ante todo si el mensaje que recibimos es positivo o negativo, si podremos conseguir o no nuestro deseo, si la sentencia es favorable o desfavorable. Los textos antiguos utilizan expresiones como "buena fortuna" "mala fortuna" y otras que entregan orientaciones generales al respecto que suelen tendenciar nuestras interpretaciones. Hay hexagramas que celebramos, otros que simplemente nos aterran. Hoy me referiré a uno de ellos: La Disgregación.

Pedazos de nuestro ser que son independientes y cuya voluntad tarde o temprano se manifiesta y derrumba nuestra estabilidad.


Ya el nombre nos trae asociaciones terribles. Se trata, literalmente de hacerse astillas. La energía oscura representada por las cinco líneas yin que ascienden a través de los distintos puestos se encuentra a punto de derribar a la única línea firme que permanece en esta situación. El dictamen advierte: no es propicio ir a ninguna parte. Detengámonos ahí.

El libro de las mutaciones habla de la interacción y la alternancia entre las energías fundamentales: yin y yang. Ambas son indispensables para la vida y el curso al menos de nuestro planeta, el hecho de separarlas obedece más a una reducción metodológica  y espacio/temporal que a una oposición dialéctica y tajante. Decimos entonces que la energía yin es receptiva, inmóvil y, por el contrario, la energía yang es creativa, móvil. Se trata de cualidades, comportamientos de una misma energía que alterna entre estas dos polaridades con distinta intensidad, conformando una multiplicidad de ritmos que podemos observar y medir y que no obstante en ocasiones se apartan de la norma.

Cuando se nos recomienza "no es propicio ir a ninguna parte" no se trata de que no podamos, o debamos movernos por alguna clase de imperativo categórico. No nos movemos porque no es momento de moverse, porque lo que se está moviendo es nuestro interior, que se está resquebrajando por dentro.

Sin embargo, como sabemo que la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma, esta disgregación puede equipararse a aquello que ocurre cuando los diversos elementos que constituyen nuestro yo aparecen y exigen su derecho a existir, rebelándose contra esta dictadura de un yo estable y coherente que se ha vuelto opresor y tiránico, que allá arriba ha perdido su contacto y su relación con los otros aspectos de si a los cuales ha tendido a reprimir. Este hexagrama puede leerse como la vocecita de nuestro yo consciente advirtiendo "este orden ya no funciona, deja que se destruya, no te aferres" y como el lado yang es predominante en nuestra cultura nos aterra el caos resultante de esta multitud de vocecitas demandantes.

Resulta muy curioso que pese a esta imagen los dos trigramas constitiuyentes sean la tierra y la montaña, elementos que pueden moverse, hundirse y resquebrajarse a lo largo de eras geológicas pero permanecen inalterables. No podemos reprimir eternamente aquello que esta dentro de nosotros, no nos queda otra que ordenarlo y acomodarlo constantemente de manera que los derrumbes y disgregaciones no sean bruscos. Por lo tanto, este hexagrama será tanto mas desastroso en la medida de qué tan rígidas sean nuestras construcciones e ideas sobre aquello que preguntamos.

Por eso la imagen aconseja: "así los hombres superiores pueden asegurar sus posiciones sólo con generosos donativos a los que están en posiciones inferiores". Este párrafo, atribuido a Confucio, suele confundirnos hasta que un día prestamos atención y nos damos cuenta: el hombre superior es aquel que se separa del pueblo para establecer parámetros de orden, pero no debe olvidar jamás de dónde viene, porque si lo olvida y se aísla cualquier realización que pueda conseguir se termina destruyendo y así ha sido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Ocurre lo mismo cuando nuestro interior está lleno de tendencias reprimidas que se vuelven antagónicas: cuando por ejemplo descansamos nuestra seguridad y bienestar en otros, cuando el sentido del deber nos impulsa a anular aspectos de nuestro ser y tantas otras situaciones más.

Lo primero que se disgrega son las patas del catre: perdemos nuestra posición elevada, nuestro modo de vivir se desacredita ante los ojos del pueblo, de los "inferiores" que comienzan a perdernos el respeto. Volvemos a sentirnos a su nivel y mientras más insistamos en conservar nuestras prerrogativas más cierta es la posibilidad de recibir daños. La única salida es volver a adaptarnos a aquello que nos repugna, aprender a alimentarnos y nutrirnos de aquello que en un principio rechazamos, y así volvemos a recuperar nuestra tortuga mágica: nuestra capacidad de adaptación.

Cuando ya nos encontramos al nivel de los "inferiores" quedamos desprotegidos, a merced de sus demandas. Ellos ahora nos miran cara a cara y nos podemos dar cuenta que nuestros mecanismos de defensa son inútiles. Es momento de "hacernos los lesos" o más bien reconocer nuestra completa inexperiencia. Desaprender lo aprendido para poder integrar aquello que se requiere, como lo muestra el hexagrama 4 y poder volver a hacernos cargo de nuestros asuntos, tal vez no como querríamos, sino que como corresponde a nuestra nueva situación.

La tercera línea, a diferencia de las anteriores, es mucho más práctica y empática. Se adapta a su nueva situación sin esfuerzos y encuentra la paz en el silencio y la introspección en el hexagrama 52, el aquietamiento. La situación podría representarse como aquellos revolucionarios que tras ser derrotados encuentran asilo en un convento y sin embargo adentro no encuentran la paz pues en su interior continúa agitándose la arrogancia de sus convicciones que se rehúsan a abandonar.

La cuarta es la advertencia más rotunda, y que resulta más contradictoria al comprobar su mutación. Aquí ya no hay manera de evitar el daño, la fractura, la confrontación. Hemos sido muy rígidos, muy altaneros, tercos y obstinados, la turba nos lincha y pese a ello nos convertimos en mártires de la causa. Si aceptamos el daño como prueba de fe y lo transformamos en una medalla y logramos sobrevivir el progreso seguramente estará a la vuelta de la esquina. En el hexagrama 35, su linea 4 habla de las ratas acaparadoras. ¿Qué otra cosa podemos admirar de las ratas sino su capacidad de supervivencia?

En las dos últimas líneas el sentido del hexagrama cambia. La quinta línea habla de matriarcado, de un cardumen. La revolución ha triunfado, las masas victoriosas y alegres dejan atrás la rabia y disfrutan de su esperado momento de plenitud. Nuestro ego se disgrega, y finalmente se establece el diálogo. Prima la sabiduría, priman los acuerdos, se establece una transición ordenada y recuperamos el orden en la contemplación sabia de quien se conoce a sí mismo, reconociendo cada aspecto de sí y obrando en consecuencia en el hexagrama 20.

Finalmente el hombre terco, el sabio, aquél en las alturas, las cualidades más luminosas y grandes de aquella personalidad que debe destruirse se enfrenta a a la encrucijada de abandonarse a sí mismo, a aquellos triunmfos morales, a todo el legado y el trabajo que luchó años por construir. Es hora de construir otra cosa, porque hay un fruto que aún no ha sido comido y que florecerá a su debido tiempo. Reconocer esta situación implica una tremenda grandeza de espíritu. Renunciar, asumir que ya no se puede resistir más, que es inútil, que se perdió equivale a conseguir el coche, Pretender mantenerse es equivalente a la autodestrucción. No fue el destino adverso, sino simplemente la tozudez.




domingo, 3 de septiembre de 2017

La obstinación y sus matices: el hexagrama 28



A menudo encuentro publicaciones o comentarios a publicaciones donde se discute cuál es el significado correcto de tal o cual hexagrama o qué hexagrama se utiliza para denominar un concepto determinado. Yo adscribo a la opinión de que cada hexagrama es una metáfora que puede adecuarse a casi cualquier situación o posibilidad interpretativa cuyo objetivo principal es entregar elementos de reflexión frente a algún asunto que nos preocupa. Establecer la correspondencia entre pregunta y respuesta  es el recurso que nos permite vincularlas en una explicación constructiva que ayude al consultante a transitar por ese asunto.
El hexagrama 28 “La preponderancia de lo grande” muestra la imagen de un humedal, un ecosistema de transición entre los continentes y las playas que se convierte en refugio de gran cantidad de juncos y líquenes que a su vez albergan los nidos de cientos de especies de aves, muchas de las cuales recorren miles de kilómetros desplazándose de humedal en humedal durante sus procesos migratorios periódicos. Abajo el agua pantanosa (dui, lo alegre) y arriba los juncos que dentro de ella crecen y proliferan (sun, lo suave) Es lo que ocurre cuando eso que nosotros creemos "correcto" deja de serlo, y nos muestra una forma de deshacernos de ello para construir una nueva visión, y también aquellas que nos pueden ayudar a mantenernos aferrados si es lo que deseamos. Porque no deja de tratarse de una opción personal. 
Ellos, los muñecos, persisten en aferrarse a la vida prestada que la artista les entrega.

Los chinos vieron en esa metáfora la imagen de un ataúd, un objeto que sirve como vehículo de transición entre la vida y la muerte, construido precisamente de madera (sun)  que en este caso ha sido arrastrado hacia el humedal (dui) donde tanto el ataúd como el cuerpo se descomponen y permiten alimentar otras vidas. El humedal está lleno de desechos orgánicos que nutren a las plantas y son el medio de reproducción de miles de microorganismos y algas que sirven de alimento a toda clase de insectos, aves, anfibios y criaturas marinas.  
La idea implícita es la de transición. La necesidad de pasar a otra cosa, a otro estado, porque la viga se dobla, porque los cimientos no están firmes. Suele referirse a situaciones estresantes, opresivas, que exigen ser confrontadas porque uno ya no es capaz de pasarlas por alto, porque ya alcanzaron cierto límite. Hay mucha energía ahí, puede que demasiada. Se trata de momentos extraordinarios, y toda la información contenida en las líneas nos sugiere distintas maneras de enfrentar la transición, aprovechar la energía para dirigirnos en pos de algún objetivo o bien dejar que nos desborde y nos enseñe la lección que nos toca aprender.
Por supuesto, antes de que sobrevenga el desborde siempre puede evitarse si uno es extraordinariamente cuidadoso en los detalles. Los juncos necesitan raíces blandas que puedan adentrarse en la tierra seca y firme que está debajo del pantano. La primera línea yin, débil y flexible, se vuelve crucial para permitir que el junco permanezca en su lugar y pueda resistir las crecidas e inundaciones periódicas representadas en el hexagrama 43, el desbordamiento, que a su vez alude al pie descuidado que se hunde en el fango. Los juncos sostienen el humedal, por eso los chinos mediante la observación de este fenómeno ponían una pila de juncos debajo de los ataúdes para afirmar la viga maestra que también representa el hexagrama.
Luego la segunda línea, cuyo texto está cargado del sesgo machista de la china imperial, nos incita a la unión, a establecer vínculos. “Un álamo seco genera un retoño”. Hasta ahí bien. Puede tomarse como una referencia literal a los nutrientes generados por un cadáver que pueden ser reabsorbidos y servir para alimentar una nueva vida, siguiendo con la cadena alimenticia. “Un venerable desposa a una joven, buena fortuna”. Aquí se valora la posible fertilidad de dicho anciano. Bajo el contexto general del hexagrama, puede aludir, entre otras imágenes, a la reactivación de un proceso mediante un suceso inesperado. El hecho de que esta segunda línea, caprichosa, dirija la situación hacia el hexagrama 31 “La influencia” sugiere que la misma energía que hizo caer a ese álamo viejo ofrece la posibilidad de renovación, de un cambio de vida.  
La tercera línea, por el contrario, está más cerca del agua, a menor profundidad y por tanto cede, siendo arrastrada por la corriente, algo muy común en los momentos de crisis. “Peligro” advierte el i ching. La viga se rompe, no logra sostenerse porque no estaba bien firme y bastó la crecida para denunciar la fragilidad de la situación. Hay una terquedad ahí, una dureza que en vista de las circunstancias aparece como una debilidad y puede traer consecuencias no deseadas.
La cuarta línea estaba mejor afirmada y por tanto logra mantenerse en su sitio a duras penas. “No aflojar” traduce Ritsema. Aún podría romperse si la presión es excesiva. Es una advertencia: lograste superar la tormenta, pero no abuses. “Si hay segundas intenciones, es humillante” advierte Wilhelm en su traducción.  Aquí el sujeto reconsidera y logra dejar atrás la terquedad, domina su impulsividad y hace suya la idea del hexagrama de no desanimarse cuando es necesario renunciar al mundo, al punto de vista que uno hasta el momento ha alimentado.
La quinta, por su parte, hace notar el machismo de la época en su contraste con la segunda. Aquí el álamo da flores, no sólo un brote. Las flores son bellas, pero de vida breve. Una mujer vieja (venerable, para Ritsema) encuentra un marido más joven. La mujer ya no es fértil, no dará hijos al joven pero sí puede entregarle refinados placeres. “No hay mácula, no hay elogio” dice el texto. Aquí la interpretación es absolutamente subjetiva, sobre todo si tomamos en cuenta que su mutación nos lleva directo al 32, a  un esquema en constante y continua renovación. Aquí no se produce directamente una vida nueva, sino en forma indirecta a través de las semillas que soltarán las flores y desde el pragmatismo de los comentaristas del i ching esta opción  pareciese ser menos deseable.  
La sexta línea débil representa el agua al desbordarse. “Del excesivo vadear el peligro, sin falta”. El peligro radica en ahogarse, quedando hundido per sécula durante este momento de exceso porque no logró adaptarse a la situación y se mantuvo en su postura firme e inalterable. Consuelo de tercos que al verse superados por las circunstancias se aferran a su capacidad de persistencia aunque las consecuencias pudiesen perjudicarles. Las consecuencias desfavorables vienen desde el hecho de aferrarse a un dogma, a diferencia de la línea 3, que es simplemente caprichosa y obstinada. Por eso “no hay mácula”. Esta es la línea que representa a los mártires, aquellos que se sacrifican a sí mismos en pos de un interés superior.  

sábado, 26 de agosto de 2017

El no saber y el hexagrama 3 "Las Dificultades del comienzo"



El hexagrama Nº 3 del Libro de las Mutaciones, al menos de acuerdo al orden tradicional que ha llegado a nuestras manos, se hace llamar Las Dificultades del comienzo. Los dos hermanos mayores: trueno abajo, impetuoso  y determinado a subir al cielo, y arriba agua, cayendo decididamente hacia la tierra. Dos movimientos poderosos enfrentándose cara a cara en el primer encuentro de las energías mezcladas de los trigramas, tal y como las percibimos en nuestra cotidianeidad.
Un tallo de hierba creciendo en medio de la lluvia, abriéndose paso en medio de la tierra, el trigrama nuclear inferior, que debe atravesar grandes alturas, como lo indica el trigrama nuclear superior montaña. El tercer hermano, silencioso y apacible, mediando entre estos dos hermanos de energías potentes que se encuentran por primera vez en el mundo.


La claridad suele estar detrás de la tormenta, si logramos resistirla.

Un llamado espiritual que atraviesa el abismo. Todos los asuntos parecen confusos, la información contradictoria y es difícil saber qué rumbo tomarán los asuntos. No sabemos, nos acercamos al i ching porque quisiéramos saber, despejar los enigmas como buenos buscadores de la verdad, entrenados en los caminos del dragón, y como de costumbre, su respuesta nos confunde: no hay claridad, es un momento oscuro, y los momentos oscuros suelen desconcertarnos.
No aceptamos no saber, desconocemos cualquier tabú y no entendemos la necesidad de tantas civilizaciones de esconder cosas, de oscurecer otras y negar la racionalidad por medio de actos que nos parecen bárbaros y sin sentido desde nuestra educación y valores.
Aquí el i ching parece decirnos “no es momento de saber, simplemente atraviesa la tormenta, ya irás enterándote en el camino”. En el blog del abate soderini Marta Ortiz establece la analogía con la intuición, ese rayo fulminante que atraviesa la conciencia y nos insta a actuar, a oscuras.
La promesa es el éxito supremo, según la traducción de Wilhelm. “Cosechante prueba” aparece en Ritsema, similar a los hexagramas precedentes, ni más ni menos que el Cielo y la Tierra. La condición es no emprender nada, sino designar ayudantes. En síntesis no correr sin más en pos de lo deseado, porque su naturaleza aún no está clara. Nos toca aprender, nos toca buscar ayuda y estar preparados, porque no sabemos, Acá el peligro pareciese estar en saber, porque estamos siendo guiados, arrastrados por una voluntad superior y si nuestra voluntad interfiere es posible que se produzcan distorsiones. Le hacemos el quite a las dificultades y tendemos hacia una vida sin sobresaltos, a una zona de confort que una vez conseguida inexplicablemente termina por inquietarnos.
Al principio nos llega la cosa sin forma, sin dirección y sin indicaciones. La primera línea yang, impetuosa, precipitada. “Columna de piedra” traduce Ritsema. Wilhelm habla de refrenación y ambos rescatan la idea de buscar ayuda para sortear las dificultades que están recién asomándose. Su mutación nos lleva al hexagrama 8, la solidaridad con los hombres. El sujeto de esta línea es inexperto, está solo y necesita ayuda, necesita un centro de gravedad que lo inspire. Es alguien que siente el llamado de lo colectivo.
El trabajo es largo. Diez años, informa el texto, pero es una metáfora que indica un ciclo de dificultades. El caballo y el coche que se separan expresan desavenencias de opinión, tendencias contrarias y divergentes que deben pasar un tiempo de antagonismo hasta que logren encontrarse. Al mutar esta línea y sólo esta línea llegamos al hexagrama 60, La Limitación, que nos lleva al gran dilema de cómo establecer límites conscientes a la propia naturaleza. Aceptar la disparidad y el conflicto sin hacer nada para zanjarlo, dejar que las cosas pasen y luego aprovechar la oportunidad de resolverlo.
En cambio la tercera pierde su rumbo. Busca donde no hay, se afana inútilmente al no aceptar la dificultad. Avanza sola y así se pierde, y no encuentra lo que busca. “No hay cautela” y se enreda. Aparece entonces el hexagrama 63 “Después de la consumación” donde se afana en mantener el orden, en castigar al país del demonio durante 3 años empantanado a su suerte, abriéndose paso dificultosamente pese a obtener la claridad que buscaba. Ciertamente a partir de su falta de precaución se terminó enredando en un asunto complicado y difícil de resolver.
Las líneas superiores ya están de lleno en las dificultades. No obstante la cuarta es un respiro en medio de la tormenta, es la ayuda prometida en la primera línea. A diferencia de lo indicado por la segunda, acá la ayuda que nos refrena nos fortalece y nos templa, no es difícil reconocerla y no nos cuesta dejarnos conducir a menos que el orgullo de pensar que nosotros mismos fuimos quienes condujimos la situación y así tratar de tomar ventaja de ésta.
La quinta es una de las más crípticas: “Dificultades al dar la bendición” advierte el texto. Acá, a diferencia de las anteriores, se trata de una línea fuerte, el centro de la tempestad, el ojo del peligro. Se trata de permanecer sumamente cauteloso ante la información que recibimos del medio, tratando de abrirse paso silenciosamente, sin hacerse notar, con pequeña perseverancia. De lo contrario podría haber una desgracia, un revés, un sinsabor. Más nos conviene regresar a la luz, a la aceptación del misterio que nutre lo creativo en su ascenso.
Finalmente la sexta avanza más allá de la dificultad y en ello se agota inútilmente. Lágrimas de sangre se derraman. Las lágrimas ayudan a liberar el orgullo y el egoísmo del que fuimos presos. Esta línea es una indicación clarísima: no era por ahí por donde empujamos, y nos duele el resultado. El aferrarnos a nuestro ego sólo terminará enredando más las cosas, como nos advierte su reflejo al mutar en el hexagrama 42 “El Aumento”. No debemos quedarnos ahí, si podemos aprender de los errores y volver a intentarlo por otro lado.
Aceptar el no saber y confiar que la incertidumbre es parte de la experiencia de la vida nos otorgará ese éxito prometido a partir de la ayuda que se nos pondrá en el camino. Un camino muy distinto al del héroe impetuoso que no cuenta más que con su determinación, como en las películas de Hollywood. El Libro de los Cambios advierte repetidas veces contra la obstinación y suele recomendar dejarnos llevar y actuar sólo cuando la situación lo exige, por eso suele ser un tanto incómodo y confuso para nuestra cultura acostumbrada a prevalecer a toda costa, aún si necesita arrasar todo el planeta para ello.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Las espinosas verdades y la Verdad Interior

Me gustaría partir este artículo aclarando que lo expuesto en su interior no es ni más ni menos que un punto de vista personal construido a partir de una interpretación de un hexagrama del libro de las Mutaciones chino junto con algunas lecturas dispersas. Esta formaa  de escribir no la inventé yo y entre sus ilustres cultores se encuentra el extinto y prolífico realizador chileno Raúl Ruiz quien construyó su obra a partir de lúcidas divagaciones, muchas veces sin una conexión lógica lo cual permite hacer brotar analogías como agua de manantial si eliges dejarte llevar por dicho flujo.

Y es que mi intención es referirme al concepto de "Verdad" el cual se encuentra experimentando una aguda crisis en esta época llena de conflictos multiplicados exponencialmente hasta el infinito.

La verdad de una obra de arte suele ser incomunicable en términos objetivos, pero ahí está disponible para quien sea capaz de percibirla.


Hace 5 mil años la cultura china desarrolló, a partir de minuciosas observaciones de los fenómenos naturales el I Ching o Libro de las Mutaciones donde, haciendo uso de la analogía, traslada los ciclos naturales reflejados en las estaciones del año a toda clase de niveles y situaciones. Este sistema, como ya saben muchos que siguen este blog, consta de 64 hexagramas que en términos sencillos muestran las relaciones entre dos fuerzas complementarias y sus implicancias.

Uno de estos hexagramas es el 61, Dshung Fu o, como comúnmente se ha traducido, como la verdad INTERIOR. El ideograma muestra la garra de un pájaro incubando un huevo. A lo largo de sus seis líneas las líneas fuertes al exterior y al interior dejan un hueco vacío en las dos líneas del medio. Sus dos trigramas constituyentes son el Lago y el Viento. Lo alegre abajo, que representa la energía apaciguadora del otoño cuando el año comienza su reposo y suele estar asociada al placer, a la seducción, al compartir y encontrarse. El viento arriba, por su parte, representa la brisa primaveral que esparce las semillas que se hundirán en el suelo y germinarán durante el próximo ciclo. También habla de un carácter suave, silencioso, sutil pero inquisidor, profundo en su mirada.

Los trigramas nucleares, a su vez, forman los trigramas trueno y montaña. Trueno, que representa la renovación de energías del año que comienza y muestra un carácter impetuoso y decidido, y Montaña que es el último remanso del año que se acaba, el lugar de santuario y paz donde todo movimiento se acalla.

Dejémonos llevar simplemente por la poesía de las imágenes. Aparece la idea de incubación, de protección, de un ambiente seguro y acogedor que permite que la vida se despierte y se desarrolle. Una verdad necesita INCUBARSE en un ambiente propicio, colectivo, donde los distintos miembros de la comunidad acuerden honrarla y transmitirle cierto peso. Siguiendo la sugestión tenemos que la verdad es un PRODUCTO cultural que logra extenderse y diseminarse en la medida que sea alimentada y esitimulada en un ambiente propicio, que puede ser un grupo determinado de personas, una tribu, una cultura, una civilización, una religión, una filosofía, un teorema científico, un dogma.

Es fácil comprender que no existe una sola cultura en la tierra. La diversidad, más allá de las distintas opiniones al respecto, es un hecho incuestionable con el cual debemos convivir y lo hacemos con mayores o menores niveles de apertura y aceptación.
 
La primera línea nos muestra el primer escalón de aquello que consideramos como verdad. Hay verdades que son convenientes a algún grupo y sus intereses particulares y pueden ser utilizadas para afirmar un poder. Por eso advierte "estar preparado trae buena fortuna, cuando hay segunda intención ES INQUIETANTE". El i ching no valora dicha posibilidad, como en otros hexagramas y líneas, simplemente la muestra. El ego y la verdad son una mezcla potencialmente peligrosa en términos de comunicación y por esto al mutar esta línea el agua se convierte en un torrente que finalmente nos lleva al mar, a la conciencia colectiva cuyo sendero está ilustrado en el hexagrama 59, la Dispersión.

La segunda línea es más amable en su seducción. Aparece descrito como el llamado que la grulla hace a sus polluelos, un llamado irresistible que sobrepasa las barreras de lo racional y obedece a afinidades inclasificables. Es el poder invisible e irracional de toda verdad al revelarse e impulsarnos a mejorar en el hexagrama 42, el Aumento. Es esa fuerza irresistible que nos impulsa a agruparnos de la cual la mente racional tanto desconfía por sus posibles nefastas consecuencias. Si ambas líneas cambian nos encpontramos con la sabiduría del hexagrama 20, la Contemplación, donde desde lo Alto (entendido como el lugar que nos otorga una perspectiva más amplia) el sabio se muestra como eje mplo y puede observar la vida del pueblo sin implicarse en sus recovecos.

Al medio, las dos lineas yin representan al hombre en su relación con las verdades, o cómo éstas lo afectan. Bien ocurre que nos refugiemos en ellas para evitar la angustia de la soledad conduciéndolo a una voluntaria dependencia a las circunstancias imperantes donde el centro de gravedad está puesto en aquello que esperan los demás, esas verdades colectivas que parecen existir per se, aquellas dentro de las cuales fuimos educados desde niños como precisamente la idea de las verdades incuestionables y las cruzadas en pos de la verdad. Es el incómodo callejón del hexagrama 9 "La Fuerza Amansadora de lo pequeño" donde permanecemos a merced de instrumentos como la opinión pública y no nos queda otra que someternos a sus dictados que parecen ser los del "sentido común" a riesgo de ser condenados al ostracismo de no ser tomados en cuenta por el colectivo.

Por cierto existe la opción de apartarse de aquellas convenciones, renunciar a la aprobación democrática y emprender el difícil y espinoso camino de la búsqueda de sentido representado en el hexagrama 10, Sentar el Pie. Se trata de una senda personal, introspectiva, que paradójicamente busca romper las cadenas del ego.

Cuando ambas líneas cambian y el sujeto es capaz de comprender y adaptarse a las fluctuaciones públicas de la verdad para sobrevivir y al mismo tiempo mantiene la opción de iniciar una senda de descubrimiento interior, la energía creativa del yang puro se desploega en todo su esplendor y se adquiere la fuerza transformadora que, para bien o para mal, se convierte en el motor de nuestra sociedad orientada hacia el crecimiento ilimitado e indiscriminado. La senda del dragón.

Finalmente, las líneas superiores exponen las actitudes que surgen tras haber accedido o encontrado alguna de estas verdades. La quinta, la línea del soberano, expresa "Posee la verdad que entrelaza, sin mácula". La verdad no suele ser muy popular o necesitar de propaganda para vivirse porque suele tratarse de algo PERSONAL. La verdad se revela a través de las acciones que cada sujeto lleva a cabo de forma espontánea y son observables por el resto. Quien la posee no siente la necesidad de convencer a nadie, es más, a menudo resulta difícil siquiera acceder a ella sin antes estar dispuestos a sacrificar unas cuantas ideas y nociones preconcebidas, aquellos blancos y negros culturales que suelen encapsular nuestras percepciones del mundo y tanto cuesta sacárselos de encima. La verdad no promete recompensas, por el contrario, exige sinceridad y nos traslada al tiempo de la aminoración, tan incómodo de transitar, y tan valioso en cuanto al aprendizaje.

Por el contrario, cuando el énfasis está en el proselitismo de las verdades y soluciones mágicas, en la revelación de conspiraciones ocultas y la fuerza de las denuncias públicas esa estridencia del cacareo madrugador del visionario muchas veces causa el efecto contrario. Quien aspira a despertar al mundo con las verdades que predica a menudo causa sobre sí una tremenda frustraciòn y se atrae un destino funesto. En nuestra cultura son los héroes, incomprendidos en su consecuencia que terminan atrayendo sobre sí la tragedia de convertirse en mártires. ¿Por qué ocurre esto? Porque la verdad es interior, o hay nadie que pueda mostrárnosla, es algo que es preciso experimentar por nosotros mismos y nadie más. Los adelantados sólo pueden mostrarnos un camino, pero va en nosotros transitarlo y también podemos entenderlo al menos desde una dimensión más: podemos escuchar muchas verdades, incluso adoptarlas, pero no se extenderán hasta que las hagamos carne.

lunes, 10 de julio de 2017

La rabia colectiva, una manifestación más de la necesidad de la Reunión

Se está percibiendo un pulso de rabia profunda, acumulada muchas veces durante toda una vida de abusos y menosprecios. Conozco esa rabia intimamente y sin embargo me cuesta empatizar con sus manifestaciones en el universo de los acontecimientos sociales fabricados a partir de la accion de los medios de comunicación.

Dicha rabia genera poderosos impulsos colectivos que se hacen sentir a través de ,manifestaciones sociales de todo tipo, como el agua que se acumula en torno a una represa y exige taxativamente traspasar las barreras de forma controlada para beneficio de la comunidad  o amenaza con desbordarse y derribar las murallas que contienen el agua. El hexagrama 45 representa esta acumulación y nos sugiere el trabajo colectivo en su canalización, el abrir las compuertas para permitir la salida del excedente de agua para así mantener el nivel de agua necesario para nutrir a todo el valle durante unos cuantos años hasta el próximo desborde.  En el libro de los cambios este desborde está representado con el hexagrama 43 donde el lago sobrepasa las compuertas y nada logra detener la inundación.

En la reunión todos tenemos un rol que cumplir, a nadie se excluye por su clae social, raza, credo, ideología, equipo de fútbol, orientación sexual. Todos somos gotas acumuladas dentro de una gran represa desde donde aparecen los movimientos sociales reivindicatorios de los últimos años.


El 45 entoinces representa la idea de canalizar, de mantener aceitadas las válvulas que permitan aprovechar este excedente de agua para conseguir ciertos cambios sociales. Después de décadas del reinado indiscutibñe del individualismo, las manifestaciones colectivas están logrando revivir en ciertos grupos que representan con mayor o menor exactitud antiquísimos rituales, algunos de los cuales logran colarse dentro del circuito mediático controlado a través de los medios de comunicación.

Aparecen así las denuncias públicas a los agresores de mujeres, las detenciones ciudadanas y golpizas colectivas llamando la atención del estatus quo que intenta normalizar estas situaciones condenando públicamente los actos mientras en los tribunales el apatrato se encarga de rebajar las penas para bajarles el perfil. Sin embargo, el tema no dejó de generar una discusión que se va propagando de forma líquida e irregular en las distintas capas de la población y paulatinamente permite introducir en los hogares la discusión la idea que la violencia en contra de la mujer en contextos cotidianos está lejos de ser aceptable y no puede tomarse con la ligereza que se acostumbró durante décadas.

Surgen también las posturas radicales que no obstante tienen mucho en común con los postulados de una verdad única y destrucción absoluta del polo contrario propios de las ideologías patriarcales y muchas otras variantes que al multiplicarse permiten asimilar. Cada una de ellas tendrá algún valor y alguna contraindicación, sin embargo todas ellas son mecanismos que permiten la canalización del mensaje y logran introducirse al rango de lo aceptable.

Sin embargo, lo que está ocurriendo es que existe una resistencia que está retardando ese proceso y esa resistencia consiste precisamente en la radicalización de posturas, una vieja costumbre patriarcal. Las tribus entonces se convierten en islas cerradas que retardan y excluyen a ciertos sectores de la sociedad a través de prácticas como la xenofobia y el sectarismo que impiden una unión efectiva a través de la aceptación y coexistencia de un núcleo de posturas convergentes que permutan una cierta convergencia. Aceptar que la radicalización y demonización de quien piensa diferente generan fanatismos ciegos y desesperados que poco aportan a la reconstitución de la tribu que aparece en la tercera línea del hexagrama 31, su proyección directa, y sin embargo inevitablemente se manifiestan como parte del tejido que son.


lunes, 26 de junio de 2017

La Espera, esencial para las preguntas ansiosas



Existen momentos de nuestras vidas en los cuales nos encontramos bloqueados por toda clase de ansiedades, miedos y esperanzas determinados por las circunstancias que estamos viviendo. Muchas veces es el momento en el cual muchxs de nosotrxs, que trabajamos con oráculos, recurrimos a ellos con la esperanza de que nos ayuden a aclarar un poco el panorama. 
La gente se agrupa para esperar, no puede hacer otra cosa.

El tema es hacerlo con la debida disposición, ser capaces de cambiar el switch, quizás una pequeña meditación o ejercicio físico antes de consultar, pues de otra manera estas sesiones están condenadas a la improductividad.
Estamos invadidos, apremiados por el problema. Muchas veces queremos una respuesta específica y tememos otra. Si partimos consultando con nuestro deseo en mente de alguna manera podemos torcer la interpretación para que se acomode a nuestros miedos o temores, podemos preguntar de nuevo de otra manera para ver si la respuesta se corresponde con la anterior, y en algún momento es posible que la respuesta no refleje más que nuestro propio estado de confusión mental sin añadir información como nos gustaría. En esos casos un mediador imparcial puede ser una ayuda importante que supla nuestra estrechez de visión.
“Aguardar con vino y alimento” recomienda el I Ching. Crear un ambiente relajado, agradable, que nos permita la apertura de aceptar cualquiera sea el mensaje que recibamos. Yo añadiría como recomendación tratar de desconectar, en lo posible, nuestra implicación personal en dicho asunto. “¿Qué debo aprender de esta situación?” “¿Qué me está mostrando?” “¿Cuál es la manera más adecuada de enfrentarla?” “¿Cómo mis propios intereses están afectando mi percepción de la situación?” Recordemos que el I Ching habla el lenguaje de la naturaleza, que es impersonal y nos trasciende como individuos. Las situaciones que nos implican directamente suelen hacernos olvidar su transitoriedad.
En el hexagrama “La Espera” el Libro de los cambios aconseja calma y paciencia, aún cuando el peligro se vea a lo lejos. Mientras más cerca se ve más difícil mantener la tranquilidad, la mente se llena de urgencias, miedos que nos hacen dudar de nuestra posición y ofrecen la posibilidad cierta de cometer errores. A veces no nos queda otra que cometerlos y aceptar sus consecuencias. Es entonces cuando un destino se vuelve inevitable: no porque no tengamos la opción de evitarlo, sino porque estamos cegados a entender que sí podemos y elegimos no hacerlo, conscientes del riesgo.
La calma nos permite observar las circunstancias desapasionadamente, separando nuestro punto de vista subjetivo que piensa en términos de ganancias y pérdidas. Nos aporta contexto, una visión más amplia que no se circunscribe a lo inmediato, sino que nos permite conectar con la situación desde un punto de vista más impersonal.
Aquí estoy, al acecho. Algo está pasando que amenaza mi bienestar y debo actuar, pero para poder actuar debo estar tranquilo y saber bien hasta dónde puedo llegar sin arriesgarme a empeorar la situación más de lo que está. Las líneas nos irán indicando que tan presionados estamos, porque hay veces (como en la línea 4) que pese al peligro no queda otra que hacerle frente como sea, y otras que este aparente peligro trae consigo vueltas de tuerca absolutamente impredecibles (como en la línea 6) Sea como sea, es la energía creativa la encargada de aportar la calma necesaria para enfrentar la sesión de lectura ante una emergencia con la cabeza fría para obtener la guía que necesitamos y que encontraremos si ponemos de nuestra parte.

sábado, 17 de junio de 2017

El aquietamiento del año

Vivo en la Quinta Región de Valparaíso, donde fuera del enjambre sísmico que nos ha tocado vivir hemos experimentado bruscas oscilaciones climáticas: días de calor intenso seguidos de húmedos días de frío, marejadas e incendios que se han convertido en pan de cada día. Me encontraba en la ventana observando el paisaje y escuchando el viento y surgió la inevitable pregunta ¿Qué está ocurriendo con las estaciones del año?

Mucho se ha escrito desde diversas áreas sobre el cambio climático. Si aceptamos o no su misma existencia, enfrentándolo a la imposibilidad de conocer los ritmos planetarios en términos de eones pese a todos los adelantos científicos que han permitido medir el clima en rangos de millones de años atrás y las numerosas y nefastas proyecciones en base a los datos actuales, cómo podemos explicar su aparición y acaso lo más importante: ¿Podemos hacer algo al respecto?

La respuesta fue el trigrama 52, Ken, El Aquietamiento, La Montaña.

Ken es uno de los trigramas duplicados, es el hermano menor, el fin del movimiento en el reposo. Es un lugar de peregrinaje, de difícil acceso, un lugar de poder desde el cual es posible dominar todo alrededor. En muchas culturas inaccesibles montañas han alojado toda clase de templos y ciudades enteras, también centros de esquí, antenas de telecomunicaciones y telescopios de toda clase. Prisiones y fortalezas que dentro de sí albergan grandes tesoros (como el hexagrama 26, que nos presenta lo que hay al interior de las montañas)

En el aquietamiento vida y muerte se encuentran. Es un lugar de descanso, de protección. Una puerta nos protege del exterior también, en nuestro cuerpo las manos cumplen esa función aunque en nuestra cultura resulta difícil aceptar esta metáfora siendo la mano una de nuestras herramientas principales para transformar nuestro entorno. 

En el arreglo del cielo posterior el trigrama Ken aparece al final del invierno, señalando el momento de inicio del año en curso, para nosotros el mes de agosto. "La montaña y el lago mantienen la unión de sus fuerzas" en el mundo de las ideas, donde montaña aparece en el otoño obrando la detención, el replegarse hacia sí mismo.

Resulta curioso que el i ching elija contestar con el aquietamiento cuando pareciese que ocurre todo lo contrario y los elementos se desatan inclementes y sin control. Se me ocurren algunas posibles explicaciones que iré fundamentando a partir de las cualidades correspondientes a las líneas móviles dos (yin) y seis (yang)

Agosto en la zona centro norte de Chile es el penúltimo mes de invierno, el punto de inflexión donde las condiciones empiezan a revertirse para dar paso a la primavera. Si el invierno fue lluvioso agosto suele serlo, si fue seco, puede que caiga algún aguacero aislado. Es un estado transicional, de entrada y salida, una especie de puerta por la cual entran las energías del nuevo año y se retiran los últimos vestigios del viejo. Si subimos unos cuantos niveles nos encontramos con las yugas o ciclos galácticos descritos por los hindúes. De acuerdo a algunas interpretaciones nos encontramos saliendo de kali yuga, una edad oscura y de decadencia, invernal, donde nuestros sistema solar comienza a volver a acercarse al sol central de la galaxia, que los mayas llamaron hunab ku.

Dice la traducción de Wilhelm:
Él está tranquilo
Mantiene quieta su espalda
ya no siente su cuerpo
Se dirige a su patio, no ve a su gente
No hay mácula.

Cuando los ritmos acostumbrados dejan de funcionar nos sorprendemos, las redes sociales hacen eco ofreciendo explicaciones de todo tipo, algunas naturalizando la situación, otras generando alarmas y toda clase de teorías conspirativas. La milenaria sabiduría del i ching nos invita a escucharnos, a ponernos atención a ver si quizás en nuestro interior descubrimos algunas claves para comprender este aparente desorden. 
El hexagrama 52 invita al aquietamiento, los comentarios de Wilhelm infieren alguna relación con la práctica del yoga y la meditación, cuyo sentido es escuchar nuestro cuerpo, el flujo de la sangre, del alimento, de la respiración, hacer consciente todos esos procesos que mantienen con vida a nuestro cuerpo y que tienen su correspondencia en los fenómenos naturales con los cuales comparten no pocas similitudes. 

La línea dos, yin en segundo puesto, es débil. Corresponde a las piernas, que siguen los impulsos del pie y no pueden moverse con independencia. 

Mantener quietas las pantorrillas
Él no puede salvar a quien va siguiendo
su corazón no está alegre.

Se trata de consecuencias desatadas, movimientos que ya no podemos detener y que nos llenan de angustia. Ese sentimiento de pequeñez e impotencia infinita ante la voluntad de los poderosos en el plano material que ha sido capaz de transformar drásticamente el planeta en unos pocos siglos que a ratos nos llega y nos oprime el pecho. No podemos evitar sentirla, aunque seamos capaces de detenernos para considerar un rumbo distinto, y un comienzo es aceptar que los cambios han llegado para quedarse. 
No obstante, la línea seis, yang, nos entrega un poco de esperanza. Se trata de una detención lúcida, de quien ya ha atravesado todas las etapas del aquietarse y finalmente acepta sus circunstancias tal y como son.

Un generoso mantenerse quieto
Buena Fortuna,

No hay cuestionamiento, no hay duda, ansiedad ni incertidumbre. Las cosas son como son y ya. Se acepta el aquietarse, uno se detiene y comienza a escuchar sin acelerarse, asumiendo que esta detención no es ni más ni menos que un estado de polaridad, una acumulación de energías, un momento de transición que nos recomienda calma para enfrentar lo que se nos viene encima, representado por el hexagrama 46 "Empujar hacia arriba" que representa con elegancia el crecimiento de la planta desde la semilla, y por qué no, la secuencia fibonnaci.