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Ejemplo gráfico de claroscuro. |
El mundo reflejado por la prensa funciona precisamente de aquella manera: crea temas de discusión frente a los cuales se enarbolan distintas posiciones, con los dados cargados de acuerdo a las premisas ideológicas de cada medio. Asimismo, la imagen mental que el común de las personas posee del profesional de la información oscila entre el buscador de la verdad y el manipulador mentiroso que saca de contexto las frases con el sólo objetivo de crear polémica.
Si nos vamos a la contingencia, nos daremos cuenta cómo durante los últimos años han resurgido y se posicionan con fuerza posiciones extremistas respecto a diversos temas. Simplificando en extremo diremos que tenemos una izquierda progresista que constantemente apela a la razón, a la ciencia y epistemiología para defender sus posturas frente a una derecha conservadora que apela a la emoción y a la defensa irrestricta de las tradiciones haciendo imposible cualquier posibilidad de diálogo. Los memes refuerzan esta simplificación icónica de los fenómenos y se diseminan entre las personas que no leen, y las fake news logran propagarse aún entre las personas bienpensantes.
Por ello, en esta oportunidad quise preguntarle al i ching ¿Cómo aprender a integrar las contradicciones a nuestro cotidiano? Y la respuesta fue contundente: El hexagrama 36 "El ocultamiento de la luz" transitando hacia el 49 "La Revolución".
Claramente (disculpando nuevamente la paradoja de la expresión) podemos inferir que la contradicción inevitablemente algo nos muestra aunque no seamos capaces de apreciarlo a simple vista, algo que encierra la posibilidad de generar transformaciones profundas llegado el momento. Una fractura en nuestro razonamiento, un tesoro oculto.
En palabras de Ritsema-Karcher:
El Esplendor Oculto, Cosechante: trabajo-pesado, Prueba.
Lo adverso es la prueba, una prueba difícil que promete valiosos frutos. Adentrarse en la contradicción, tomar conciencia de ella, no es algo fácil, ni liviano. Wilhelm traduce "es provechoso ser perseverante en la adversidad" enfatizando la dicotomía judeocristiana entre bien y mal. Hay algo de eso por supuesto, pero el desafío se trata precisamente de descubrir esa luz en medio de la oscuridad que nos nubla y no nos permite recurrir a las estrategias acostumbradas.
Veamos. Li, el fuego, representa la claridad que el razonamiento adquiere cuando está adherido a algo (una idea, una convicción, aire condensado en acciones fervorosas y convencidas) y también la perspectiva al hacer conciencia del paso del tiempo y lo efímero que puede resultar. No hay fulgor que arda eternamente y sin embargo al arder ilumina, y a veces quema. Este fuego en el 36 se encuentra oculto, incomunicado como el magma que no se libera en erupciones y permanece enterrado bajo la tierra hasta que logra manifestarse. La contradicción es una posibilidad no manifestada que permanece ahí, disimulada frente a nuestros ojos y no obstante sigue siendo luminosa. Es la posibilidad que no nos permitimos, aquella que conscientemente negamos y bloqueamos porque no creemos en ella ni le damos validez, pero que inevitablemente existe. Nos encontramos con ella cada vez que se manifiesta a través de los otros, de situaciones incómodas, de aquello que para nuestros ojos es inaceptable e injustificable pero que no por ello deja de existir y jamás podremos neutralizar del todo. Para que exista un ritmo debe existir alternancia, contrastes, movimiento y flujo, y sin embargo vivimos constantemente eligiendo entre una opción u otra. Nuestra matriz cultural nos impulsa a ello. Y todo lo que no elegimos permanece allí, sin manifestarse.
Marta Ortiz en su blog propone la analogía del 36 con las artes escénicas, que nos muestran arquetipos y situaciones que quizás jamás experimentaremos por nosotros mismos y se despliegan ante nosotros en medio de un cuarto oscuro, creando una realidad circunscrita a aquel instante misterioso y mágico de representación que no deja de despertar nuestra curiosidad y que en última instancia es un rito que nos permite conectar con esos arquetipos crudos e inexplorados por un momento, por un espacio sagrado que esta fuera del alcance de nuestro cotidiano. Allí podemos identificarnos con nuestros fantasmas, con todo aquello que no alcanzamos a manifestar conscientemente pero que nos interpela.
Y en esta consulta en particular nos hallamos en el meollo del misterio, en los puestos cuatro y cinco, aquellos donde la comprensión de aquello que está oculto resulta más cabal, más descarnada.
En particular la línea cuatro suele asustarnos. Cómo no hacerlo:
a) Entrar tendiendo-hacia la entraña izquierda.
Apresar del Esplendor Oculto el corazón.
Tendiendo-hacia emerger-del portal de los aposentos.
b) Entrar tendiendo-hacia la entraña izquierda.
Apresar el corazón, la intención por-cierto.
Apresar del Esplendor Oculto el corazón.
Tendiendo-hacia emerger-del portal de los aposentos.
b) Entrar tendiendo-hacia la entraña izquierda.
Apresar el corazón, la intención por-cierto.
La contradicción nos ataca directo al corazón, nos descompone. Nos saca de nuestras convicciones, de nuestro fuero más íntimo y así accedemos a la médula de nuestras convicciones. No es casualidad que de aquí nos peguemos el salto al 55, que de este lugar incómodo logremos encontrar una comprensión tremenda e inusitada que nos deja lúcidamente pasmados y nos otorgue las energías necesarias para actuar, una vez develado el misterio. Es el ejercicio de estar inmersos dentro de aquello que rechazamos con todo el corazón, esa sensación que nos invade cuando leemos alguna declaración que rechazamos por absurda, desinformada o ridícula, o nos encontramos frente a frente con aquello que nos hirió. Imposible no salir de ese trance transformados y enriquecidos. Para bien y para mal.
Y una vez que ya comprendemos íntimamente ese lado oscuro de nuestra verdad comprendemos que el monstruo no resulta tan terrorífico, y aprendemos a convivir con él porque ya no puede dañarnos, pues logramos aceptarlo y reconocerlo, identificarlo también como posibilidad dentro de nosotros.
a) Del hijo aventador el Esplendor Oculto.
Cosechante Prueba.
b) Del hijo aventador lá Prueba.
El Esplendor no permitiendo pausar por-cierto.
Cosechante Prueba.
b) Del hijo aventador lá Prueba.
El Esplendor no permitiendo pausar por-cierto.
En esta línea quinta aparece un concepto muy hermoso: Aventar.
CHI: separar el grano de la cáscara arrojándolo al viento; separar lo valioso de lo que no tiene valor, lo bueno de lo malo; cedar, cesta para aventar; abrirse en abanico.
Aprendemos a familiarizarnos con el monstruo, aceptamos a que no podemos deshacernos de él, porque la contradicción es inevitable. Nos vemos obligados a sobrellevarlo y lo hacemos como lo hizo el príncipe Chi: nos hacemos los locos. A más de alguno nos ha tocado aquel ejercicio de tolerancia en el trabajo, en alguna reunión familiar no deseada. No quiere decir que nos obliguemos a modificar nuestras convicciones sino que simplemente las omitimos considerando que en dicha situación no es prudente desplegarlas, lo cual puede tomarse como un sacrificio que nos lleva directo al hexagrama 63, después de la consumación. El éxito de dicho sacrificio,superior, que en otras palabras es exponerse voluntariamente a una contradicción por un motivo aparece relacionado con nuestra convicción en realizarlo y no con su magnitud.
Tal como ya anticipábamos, este viaje por las profundidades de nuestras contradicciones nos lleva al hexagrama 49, a la revolución que consiste en un reordenamiento, un necesario cambio de piel que se realiza al integrar las contradicciones como parte de nuestra experiencia y nos libera de la rigides monolítica de las verdades tajantes, y a la posibilidad de aceptar que las grandes verdades se contruyen colectivamente y asumir la responsabilidad que a nosotros nos cabe como sujetos sociales, miembros de una comunidad.