lunes, 10 de julio de 2017

La rabia colectiva, una manifestación más de la necesidad de la Reunión

Se está percibiendo un pulso de rabia profunda, acumulada muchas veces durante toda una vida de abusos y menosprecios. Conozco esa rabia intimamente y sin embargo me cuesta empatizar con sus manifestaciones en el universo de los acontecimientos sociales fabricados a partir de la accion de los medios de comunicación.

Dicha rabia genera poderosos impulsos colectivos que se hacen sentir a través de ,manifestaciones sociales de todo tipo, como el agua que se acumula en torno a una represa y exige taxativamente traspasar las barreras de forma controlada para beneficio de la comunidad  o amenaza con desbordarse y derribar las murallas que contienen el agua. El hexagrama 45 representa esta acumulación y nos sugiere el trabajo colectivo en su canalización, el abrir las compuertas para permitir la salida del excedente de agua para así mantener el nivel de agua necesario para nutrir a todo el valle durante unos cuantos años hasta el próximo desborde.  En el libro de los cambios este desborde está representado con el hexagrama 43 donde el lago sobrepasa las compuertas y nada logra detener la inundación.

En la reunión todos tenemos un rol que cumplir, a nadie se excluye por su clae social, raza, credo, ideología, equipo de fútbol, orientación sexual. Todos somos gotas acumuladas dentro de una gran represa desde donde aparecen los movimientos sociales reivindicatorios de los últimos años.


El 45 entoinces representa la idea de canalizar, de mantener aceitadas las válvulas que permitan aprovechar este excedente de agua para conseguir ciertos cambios sociales. Después de décadas del reinado indiscutibñe del individualismo, las manifestaciones colectivas están logrando revivir en ciertos grupos que representan con mayor o menor exactitud antiquísimos rituales, algunos de los cuales logran colarse dentro del circuito mediático controlado a través de los medios de comunicación.

Aparecen así las denuncias públicas a los agresores de mujeres, las detenciones ciudadanas y golpizas colectivas llamando la atención del estatus quo que intenta normalizar estas situaciones condenando públicamente los actos mientras en los tribunales el apatrato se encarga de rebajar las penas para bajarles el perfil. Sin embargo, el tema no dejó de generar una discusión que se va propagando de forma líquida e irregular en las distintas capas de la población y paulatinamente permite introducir en los hogares la discusión la idea que la violencia en contra de la mujer en contextos cotidianos está lejos de ser aceptable y no puede tomarse con la ligereza que se acostumbró durante décadas.

Surgen también las posturas radicales que no obstante tienen mucho en común con los postulados de una verdad única y destrucción absoluta del polo contrario propios de las ideologías patriarcales y muchas otras variantes que al multiplicarse permiten asimilar. Cada una de ellas tendrá algún valor y alguna contraindicación, sin embargo todas ellas son mecanismos que permiten la canalización del mensaje y logran introducirse al rango de lo aceptable.

Sin embargo, lo que está ocurriendo es que existe una resistencia que está retardando ese proceso y esa resistencia consiste precisamente en la radicalización de posturas, una vieja costumbre patriarcal. Las tribus entonces se convierten en islas cerradas que retardan y excluyen a ciertos sectores de la sociedad a través de prácticas como la xenofobia y el sectarismo que impiden una unión efectiva a través de la aceptación y coexistencia de un núcleo de posturas convergentes que permutan una cierta convergencia. Aceptar que la radicalización y demonización de quien piensa diferente generan fanatismos ciegos y desesperados que poco aportan a la reconstitución de la tribu que aparece en la tercera línea del hexagrama 31, su proyección directa, y sin embargo inevitablemente se manifiestan como parte del tejido que son.


lunes, 26 de junio de 2017

La Espera, esencial para las preguntas ansiosas



Existen momentos de nuestras vidas en los cuales nos encontramos bloqueados por toda clase de ansiedades, miedos y esperanzas determinados por las circunstancias que estamos viviendo. Muchas veces es el momento en el cual muchxs de nosotrxs, que trabajamos con oráculos, recurrimos a ellos con la esperanza de que nos ayuden a aclarar un poco el panorama. 
La gente se agrupa para esperar, no puede hacer otra cosa.

El tema es hacerlo con la debida disposición, ser capaces de cambiar el switch, quizás una pequeña meditación o ejercicio físico antes de consultar, pues de otra manera estas sesiones están condenadas a la improductividad.
Estamos invadidos, apremiados por el problema. Muchas veces queremos una respuesta específica y tememos otra. Si partimos consultando con nuestro deseo en mente de alguna manera podemos torcer la interpretación para que se acomode a nuestros miedos o temores, podemos preguntar de nuevo de otra manera para ver si la respuesta se corresponde con la anterior, y en algún momento es posible que la respuesta no refleje más que nuestro propio estado de confusión mental sin añadir información como nos gustaría. En esos casos un mediador imparcial puede ser una ayuda importante que supla nuestra estrechez de visión.
“Aguardar con vino y alimento” recomienda el I Ching. Crear un ambiente relajado, agradable, que nos permita la apertura de aceptar cualquiera sea el mensaje que recibamos. Yo añadiría como recomendación tratar de desconectar, en lo posible, nuestra implicación personal en dicho asunto. “¿Qué debo aprender de esta situación?” “¿Qué me está mostrando?” “¿Cuál es la manera más adecuada de enfrentarla?” “¿Cómo mis propios intereses están afectando mi percepción de la situación?” Recordemos que el I Ching habla el lenguaje de la naturaleza, que es impersonal y nos trasciende como individuos. Las situaciones que nos implican directamente suelen hacernos olvidar su transitoriedad.
En el hexagrama “La Espera” el Libro de los cambios aconseja calma y paciencia, aún cuando el peligro se vea a lo lejos. Mientras más cerca se ve más difícil mantener la tranquilidad, la mente se llena de urgencias, miedos que nos hacen dudar de nuestra posición y ofrecen la posibilidad cierta de cometer errores. A veces no nos queda otra que cometerlos y aceptar sus consecuencias. Es entonces cuando un destino se vuelve inevitable: no porque no tengamos la opción de evitarlo, sino porque estamos cegados a entender que sí podemos y elegimos no hacerlo, conscientes del riesgo.
La calma nos permite observar las circunstancias desapasionadamente, separando nuestro punto de vista subjetivo que piensa en términos de ganancias y pérdidas. Nos aporta contexto, una visión más amplia que no se circunscribe a lo inmediato, sino que nos permite conectar con la situación desde un punto de vista más impersonal.
Aquí estoy, al acecho. Algo está pasando que amenaza mi bienestar y debo actuar, pero para poder actuar debo estar tranquilo y saber bien hasta dónde puedo llegar sin arriesgarme a empeorar la situación más de lo que está. Las líneas nos irán indicando que tan presionados estamos, porque hay veces (como en la línea 4) que pese al peligro no queda otra que hacerle frente como sea, y otras que este aparente peligro trae consigo vueltas de tuerca absolutamente impredecibles (como en la línea 6) Sea como sea, es la energía creativa la encargada de aportar la calma necesaria para enfrentar la sesión de lectura ante una emergencia con la cabeza fría para obtener la guía que necesitamos y que encontraremos si ponemos de nuestra parte.

sábado, 17 de junio de 2017

El aquietamiento del año

Vivo en la Quinta Región de Valparaíso, donde fuera del enjambre sísmico que nos ha tocado vivir hemos experimentado bruscas oscilaciones climáticas: días de calor intenso seguidos de húmedos días de frío, marejadas e incendios que se han convertido en pan de cada día. Me encontraba en la ventana observando el paisaje y escuchando el viento y surgió la inevitable pregunta ¿Qué está ocurriendo con las estaciones del año?

Mucho se ha escrito desde diversas áreas sobre el cambio climático. Si aceptamos o no su misma existencia, enfrentándolo a la imposibilidad de conocer los ritmos planetarios en términos de eones pese a todos los adelantos científicos que han permitido medir el clima en rangos de millones de años atrás y las numerosas y nefastas proyecciones en base a los datos actuales, cómo podemos explicar su aparición y acaso lo más importante: ¿Podemos hacer algo al respecto?

La respuesta fue el trigrama 52, Ken, El Aquietamiento, La Montaña.

Ken es uno de los trigramas duplicados, es el hermano menor, el fin del movimiento en el reposo. Es un lugar de peregrinaje, de difícil acceso, un lugar de poder desde el cual es posible dominar todo alrededor. En muchas culturas inaccesibles montañas han alojado toda clase de templos y ciudades enteras, también centros de esquí, antenas de telecomunicaciones y telescopios de toda clase. Prisiones y fortalezas que dentro de sí albergan grandes tesoros (como el hexagrama 26, que nos presenta lo que hay al interior de las montañas)

En el aquietamiento vida y muerte se encuentran. Es un lugar de descanso, de protección. Una puerta nos protege del exterior también, en nuestro cuerpo las manos cumplen esa función aunque en nuestra cultura resulta difícil aceptar esta metáfora siendo la mano una de nuestras herramientas principales para transformar nuestro entorno. 

En el arreglo del cielo posterior el trigrama Ken aparece al final del invierno, señalando el momento de inicio del año en curso, para nosotros el mes de agosto. "La montaña y el lago mantienen la unión de sus fuerzas" en el mundo de las ideas, donde montaña aparece en el otoño obrando la detención, el replegarse hacia sí mismo.

Resulta curioso que el i ching elija contestar con el aquietamiento cuando pareciese que ocurre todo lo contrario y los elementos se desatan inclementes y sin control. Se me ocurren algunas posibles explicaciones que iré fundamentando a partir de las cualidades correspondientes a las líneas móviles dos (yin) y seis (yang)

Agosto en la zona centro norte de Chile es el penúltimo mes de invierno, el punto de inflexión donde las condiciones empiezan a revertirse para dar paso a la primavera. Si el invierno fue lluvioso agosto suele serlo, si fue seco, puede que caiga algún aguacero aislado. Es un estado transicional, de entrada y salida, una especie de puerta por la cual entran las energías del nuevo año y se retiran los últimos vestigios del viejo. Si subimos unos cuantos niveles nos encontramos con las yugas o ciclos galácticos descritos por los hindúes. De acuerdo a algunas interpretaciones nos encontramos saliendo de kali yuga, una edad oscura y de decadencia, invernal, donde nuestros sistema solar comienza a volver a acercarse al sol central de la galaxia, que los mayas llamaron hunab ku.

Dice la traducción de Wilhelm:
Él está tranquilo
Mantiene quieta su espalda
ya no siente su cuerpo
Se dirige a su patio, no ve a su gente
No hay mácula.

Cuando los ritmos acostumbrados dejan de funcionar nos sorprendemos, las redes sociales hacen eco ofreciendo explicaciones de todo tipo, algunas naturalizando la situación, otras generando alarmas y toda clase de teorías conspirativas. La milenaria sabiduría del i ching nos invita a escucharnos, a ponernos atención a ver si quizás en nuestro interior descubrimos algunas claves para comprender este aparente desorden. 
El hexagrama 52 invita al aquietamiento, los comentarios de Wilhelm infieren alguna relación con la práctica del yoga y la meditación, cuyo sentido es escuchar nuestro cuerpo, el flujo de la sangre, del alimento, de la respiración, hacer consciente todos esos procesos que mantienen con vida a nuestro cuerpo y que tienen su correspondencia en los fenómenos naturales con los cuales comparten no pocas similitudes. 

La línea dos, yin en segundo puesto, es débil. Corresponde a las piernas, que siguen los impulsos del pie y no pueden moverse con independencia. 

Mantener quietas las pantorrillas
Él no puede salvar a quien va siguiendo
su corazón no está alegre.

Se trata de consecuencias desatadas, movimientos que ya no podemos detener y que nos llenan de angustia. Ese sentimiento de pequeñez e impotencia infinita ante la voluntad de los poderosos en el plano material que ha sido capaz de transformar drásticamente el planeta en unos pocos siglos que a ratos nos llega y nos oprime el pecho. No podemos evitar sentirla, aunque seamos capaces de detenernos para considerar un rumbo distinto, y un comienzo es aceptar que los cambios han llegado para quedarse. 
No obstante, la línea seis, yang, nos entrega un poco de esperanza. Se trata de una detención lúcida, de quien ya ha atravesado todas las etapas del aquietarse y finalmente acepta sus circunstancias tal y como son.

Un generoso mantenerse quieto
Buena Fortuna,

No hay cuestionamiento, no hay duda, ansiedad ni incertidumbre. Las cosas son como son y ya. Se acepta el aquietarse, uno se detiene y comienza a escuchar sin acelerarse, asumiendo que esta detención no es ni más ni menos que un estado de polaridad, una acumulación de energías, un momento de transición que nos recomienda calma para enfrentar lo que se nos viene encima, representado por el hexagrama 46 "Empujar hacia arriba" que representa con elegancia el crecimiento de la planta desde la semilla, y por qué no, la secuencia fibonnaci. 





jueves, 27 de abril de 2017

El negociar desde el punto de vista de I Ching: el hexagrama 21

Curioso es que el hexagrama 21 sea más conocido como "Partir con los dientes" que como la imagen de un mercado, que en la mayoría de las versiones que conozco aparece casi como un acápite, o no aparece en absoluto. La imagen del hexagrama es como una boca abierta que presenta un obstáculo para cerrar, que es la línea 4, pero también podríamos atribuir esa misma característica al 22 "la gracia" si nos dejamos llevar sólo por su aspecto.

Partir con los dientes implica la remoción de un obstáculo que impide la unión. Es también la transa, el regateo entre dos personas cuya relación se reduce a obtener algo del otro a cambio de algo que yo entrego. Una vez nos ponemos de acuerdo el regateo acabó y conseguimos lo que deseamos. Energía y decisión hacen a un buen comerciante y a un buen comprador. Vamos a una feria, a un mercado.Los vendedores gritan a los cuatro vientos las bondades de sus productos, uno se acerca y se entabla un diálogo corto y preciso. Trasladémonos a un retail: uno transita por las tiendas y un vendedor se acerca a ofrecer su ayuda, abramos nuestro muro de facebook y veamos cuánto se nos ofrece. El mundo en el que vivimos es muy 21: fugaz, enérgico, preciso, un mundo individualista donde las relaciones sociales están circunscritas a contextos específicos y muy acotados: redes sociales, estudios, trabajo y poco más que eso.

Costanera Center en Chile, un ícono del comercio.

domingo, 9 de abril de 2017

Cuando nos toca conflicto

Los nombres con los cuales conocemos a los hexagramas son una jibarización de aquello que expresan los ideogramas chinos originales, por lo cual muchos matices son complejos de desentrañar cuando entramos al libro de manera literal, buscvando una correspondencia exacta entre nuestras dudas y las palabras del libro. La mayor parte de las veces es necesario bucear para ir aterrizando la idea de cada hexagrama a nuestra situación particular. Para ello estar familiarizado con los trigramas y sus múltiples asociaciones es un método muy esclarecedor.

Ellos no pueden luchar contra el fuego directamente, por eso esperan antes de intervenir

lunes, 13 de marzo de 2017

Hexagrama 14 "La posesión en gran escala" y la política como ideal


En esta realidad materialista en la vual vivimos el hexagrama 14 es casi el sueño del pibe: se llema "La posesión en gran escala" y está representado por los trigramas de lo creativo, el cielo en el interior, y lo adherente, el fuego en lo exterior. Es una energía creativa voluntariosa que logra irradiarse en múltiples direcciones, es la maestría en el hacer.

Nuestra cultura entiende la creación artística desde la consagración a la labor creativa ininterrumpida y dedicada. A la disciplina y el método que permite al creador entregar lo mejor de sí para dar a luz un trabajo particularmente bien ejecutado, con oficio y maestría. El público suele rendirse a los pies de un actor camaleónico hasta en el más mínimo detalle, a una voz que despliega potencia y matices, a un músico virtuoso en la ejecución de su instrumento, un bailarín técnicamente impecable. El talento, que sólo unos cuantos iluminados poseen que movilizado en dedicación entrega frutos prodigiosos. Este hexagrama puede leerse como la representación arquetípica de este supuesto tan reforzado en la conciencia colectiva durante estos tiempos que corren.

Es una labor exigente, en la cual uno se mete de cabeza y entrega todo de sí. Una labor exclusiva y excluyente no exenta de sacrificios personales. El que posee en gran escala a menudo debe renunciar a muchas cosas para alcanzar este autodominio y sin embargo la clave está en la quinta línea, la única línea yin del hexagrama en el puesto del soberano, que mediante su suavidad y docilidad consigue mantener unidas al resto de las líneas fuertes que componen el hexagrama a partir de la verdad amable y digna que permite llegar al cénit de lo creativo, al cielo.

La primera línea inicia el camino consciente de la dificultad, inicia el entrenamiento, la senda que llevará al consultante a esa conquista tan apreciada. "No hay relación con lo perjudicial. Mientras esté consciente de la dificultad se mantendrá sin mácula" dice el texto. Esto, si acaso decide emprender dicho camino y no decide vaciar el caldero para remover lo estancado como indica la primera línea yin del hexagrama 50. Al ser la primera, es una línea inexperta, apresurada, aunque voluntariosa que lleva consigo la idea de la posesión, sin llegar todavía a comprender sus alcances. Es el joven que desea ser millonario, o aclamado por las multitudes. Aquél que quiere cerrar su primer gran negocio.

La segunda línea precisa la ayuda de un carro. Este hombre no puede alcanzar la posesión por sí sólo, necesita crear confianzas, poner en marcha sus planes de manera colaborativa. Se trata de un visionario, un hombre altruista que en su posesión no ansía destacarse y por tanto alcanza la visión esclarecedora del fuego, el resplandor amarillo de la segunda línea del hexagrama 30 que es su destino.

La tercera línea, como todos los terceros puestos es compleja, misteriosa en sus alcances. Acá el sujeto comienza a comprender el secreto de la posesión en gran escala, el peso que ésta implica, su responsabilidad. Puede ser un gerente que comienza a darse cuenta de la importancia de tener a sus subordinados contentos, una autoridad que enfrenta los primeros sinsabores en su cargo. Aquí el libro entrega como consejo "un gran príncipe ha consumado una ofrenda en honor al hijo del cielo, un hombre pequeño no puede hacerlo". Y sin embargo le advierte que no será comprendido, que le arrancarán la piel y las uñas pero tendrá un gran final si es lo suficientemente fuerte para soportar la oposición de su entorno.

En la cuarta línea el sujeto ya ha superado la prueba de la línea anterior, sabe diferenciar, aprende a no compararse ni a tomarse los ataques como algo personal. Simplemente sigue sus convicciones y logra administrar su posesión de tal manera que los beneficios sean alcanzables para todos aquellos a su cargo. Se trata de grandes obras, que quedarán grabadas a fuego en la historia, proyectos que llegarán a ser su sello en el hexagrama 26. Aquí el sujeto es un burócrata hábil y consumado en su labor, un estadista de verdad, respetado y envidiado por partes iguales. Es la idea de sí mismos que muchos políticos antiguos mantienen pese a todas las críticas.

En el cenit de la posesión nos encontramos con la única línea yin del hexagrama, aquella que a partir de su receptividad aglutina, aquella que comprende de forma cabal y brillante que la posesión no es sólo para sí, que la amabilidad no compromete la dignidad de su puesto y se gana el cariño espontáneo de su gente. Esta línea es de los grandes líderes, de esos que ya no se ven, que tienen la visión para someterse a los designios de lo creativo.

Finalmente, este sabio alcanza la sabiduría más grande: aquella que logra desptrenderse de la posesión en gran escala e ir más allá. No se engolosina con el poder y es capaz de abandonarlo, y en su nobleza no hay quien pueda cuestionarlo. Pensé específicamente en Fernando Mujica, el mandatario uruguayo que dio cátedra de cómo un político debiese conducirse en sintonía con su pueblo.