domingo, 15 de agosto de 2021

La emergencia climática global y el i ching, un punto de vista

 El pasado lunes la ONU dio a conocer los resultados de un informe del grupo Intragubernamental de expertos sobre el cambio climático que anuncian consecuencias irreversibles que afectarán drásticamente al clima del planeta durante los próximos 100 años, con un aumento del promedio de temperaturas de al menos 1,5%, de acuerdo a los escenarios más optimistas, si acaso somos capaces de desarrollar estrategias globales que impliquen una transformación radical de nuestras dinámicas de producción extractivista. Si no leíste el informe puedes informarte acerca de su contenido aquí. 

Aumentos entre 1,5 y 4,5° promedio a lo largo del globo, sequías, inundaciones, deshielo de los polos, son sólo algunas de las consecuencias de la actividad humana sobre el ecosistema. 


De acuerdo a dos consultas realizadas al respecto, el i ching nos ilustra los siguientes escenarios: 

Respecto a las intenciones detrás de esta dura advertencia, que sin embargo es bastante similar a otros informes de similares características, emitidos a lo largo de los años anteriores, que ya advertían acerca de que el impacto al ecosistema global de la actividad económica humana estaba acercándose peligrosamente a un punto de no retorno, la consulta nos muestra el hexagrama 38, el antagonismo, mutando en sus cuatro líneas interiores, precisamente aquellas donde se concentra la actividas humana, para llegar al hexagrama 37, El Clan. 

En palabras sencillas: reconozcámonos a pesar de nuestras diferencias y volvamos a definir la forma en que nos distribuimos las tareas y nos organizamos, de tal manera que el fuego de la humanidad no se extinga y siga alimentándose. Los más sospechosos podrían interpretar que esta respuesta alude a un "nuevo orden mundial" y probablemente no se equivoquen. Ahora ¿se tratará de su variante conspiratoria? Veamos a continuación. 

La línea 2, fuerte, se acerca a la energía yin, y además resuena con el suave y amable regente del quinto puesto. Alude, quizás, a la inspiración mística, al encontrar verdades en medio del callejón estrecho que implican las grandes dificultades, en medio de un clima de incomprensión y sospechas crecientes. 

En la línea 3 ya las dificultades derivadas del antagonismo se hacen insoportables. Nos tocará sufrir el impacto de la naturaleza inclemente. No es un buen comienzo, pero sí un buen final. Nada mejor que las catástrofes como para volver a encontrarnos en medio de la desprotección y el dolor. 

En las líneas superiores fuerzas superiores se acercan con la intención de ayudar. Ideas integradoras, que comienzan a crear puentes entre nosotros a pesar de las dificultades que aún no dejan de golpearnos y exigirnos una acción incesante. Elementos sagrados, que nos reúnen en torno al fuego purificador de una idea matriz que eventualmente termina enfrentando la oposición y convirtiendo aquellas dificultades en herramientas de crecimiento y maduración social. 

Y así, en torno al fuego, nos reuniremos a conversar. Nos tocará nuevamente distribuir roles, controlar niñerías, alimentar el fuego y procurarnos sustento. 

En cuanto a las consecuencias, el hexagrama 25 nos advierte acerca de esperar lo inesperado, y prepararnos para la catástrofe. No hay planificación que pueda prepararnos para lo que se viene. Sólo la inocencia de volver a sentirnos vulnerables e insignificantes ante la naturaleza, y no la especie dominante del ecosistema junto a la prudencia de captar los mensajes que nos entregará el entorno y la experiencia de la vivencia de todo lo inesperado que se nos viene encima terminará finalmente por provocar que volvamos a escuchar la gran llamada en el hexagrama complementario, ese majestuoso e imponente 45, donde los capaces y sus ayudantes logran reunir aquellas energías desparramadas en torno a esa gran represa que podría ser la gran esperanza para la humanidad, y cuya naturaleza no podemos aún anticipar. 

miércoles, 21 de julio de 2021

El mecanismo piramidal y el hexagrama 59 "la dispersión"

La siguiente es una historia muy conocida en la actualidad. En nuestras infructuosas búsquedas de trabajo juveniles seguramente hemos asistido a una entrevista de trabajo en alguna empresa de telefonía o calle center donde nos hacen ingresar a una sala, muy parecida a la de nuestros lugares de estudio, con una pizarra, o un proyector de data show al frente. De pronto aparece un personaje al frente, vestido de manera elegante, que comienza a preguntarnos quiénes somos y a qué nos dedicamos. Luego de escuchar nuestras historias muy distintas entre sí este individuo comienza a contarnos, en términos muy amenos y coloquiales, su propia experiencia: cómo él, al igual que ustedes, un día llegó, sin mayores expectativas, a una charla como aquella donde le ofrecieron la oportunidad de ser parte de un equipo de trabajo que le permitió mejorar su vida en forma ostensible en un corto período de tiempo de una forma muy sencilla: lo único que deben hacer es conseguir, utilizando todos los medios disponibles, una cierta cantidad de clientes cada cierto período de tiempo. Para ello, nuestro nivel de compromiso es fundamental. Los más perseverantes (y en este punto se pone él mismo como ejemplo) han logrado escalar puestos hasta llegar, incluso, a ocupar cargos gerenciales. En la sala, algunos escuchan la charla con escepticismo, otros, a medida que avanza el proceso, se dejan tentar con la esperanza de una entrada de dinero a fin de mes con la cual no cuentan y que sin duda necesitan con más o menos urgencia. 

Hay otra versión de la historia,  mucho más exclusiva, para personas con un mayor nivel educacional o poder adquisitivo. Aquí no se trata de un trabajo, sino de un "telar de la abundancia", donde luego de cumplir un determinado ciclo uno puede retirarse con la inversión multiplicada a través de un proceso a través del cual además se fomentan lazos de contención y apoyo.

 
Estas son las misiones que presenta el Telar de la abundancia: Dar (aporte inicial), Atraer (reclutar seguidores) Apoyar (contención) y Recibir (multiplicar la inversión)


Estos sistemas, imagino, se originan a partir de sistemas devociones como el rosario cristiano o el japa mala tibetano con la gran diferencia que éstos prometen beneficios a nivel espiritual y no exigen necesariamente extender su práctica. Podemos encontrar muchas versiones a lo largo de distintas épocas y culturas. La pregunta que nos provoca es ¿funcionan? ¿Son acaso estafas? 

En esta entrada de blog, a través del i ching, comprobaremos una vez más que  no existe aquella separación binaria tajante y estrecha entre el blanco y el negro a partir de haber recibido una consulta de una persona tentada por la posibilidad de unirse a uno de estos telares de la abundancia. Sugerí, en este caso, preguntar por el mecanismo en sí, para que fuese el propio consultante quien tomase la decisión. 

La respuesta fue el hexagrama 59 "la dispersión" o "disolución" que puede caracterizarse la imagen de un barco a la usanza china, es decir, con remos manuales, donde ciertamente, a partir del sacrificio de remar en forma colectiva el barco (sun: trigrama exterior viento o madera) es capaz de surcar las aguas (kan: trigrama exterior) 

A simple vista, es una imagen que no presenta peligros inmediatos. La descripción del hexagrama nos lleva a la tranquilidad: se trata de la capacidad de autosacrificarse en pos de un objetivo colectivo, de disolver malos entendidos, el comentario habla explícitamente del ego que separa. Si logramos remar en conjunto y mantener un ritmo regular podremos incluso dar la vuelta al mundo entero, como lo hicieron en su tiempo los feroces vivimos y los aborígenes de la polinesia que se desplazaban entremedio de las pequeñas islas del pacífico hasta llegar incluso al continente americano. 

Sin embargo, como veremos a continuación, las dos líneas mutantes, y sobre todo el hexagrama complementario, encienden las campanas de alerta. 

En el trigrama inferior, kan(agua) la línea que se desplaza es la segunda. Lo creativo encerrado entremedio de lo receptivo, que naturalmente se deja llevar, encuentra apoyo y contención en el grupo que lo protege de las dudas y las desconfianzas a través de dinámicas grupales, o en el caso de los vendedores, del apoyo de los compañeros de trabajo que comparten la misma sintonía. En el trigrama superior sun (viento) la línea que se desplaza, sometiéndose, es la cuarta, aquella donde el yin se introduce por debajo y se entrega en cuerpo y alma. 

"Se aleja de su grupo, 
Suprema buena fortuna.
La dispersión conduce a la acumulación.
Esto no se halla en la mente del hombre común" 

Es la línea del sacrificio, aduladora, incluso mesiánica. No cualquiera es capaz de alejarse de su entorno y renunciar a todo aquello que los rodea. Partirse el lomo por llegar a la meta, apartarse incluso de los seres queridos, guardar silencio, ocultarse, aislarse. Nada más existe que nuestro trabajo, que nuestro telar, que nuestros compañeros cuya abundancia depende de nosotros. No podemos ser egoístas y pensar sólo en nosotros mismos, porque esta es una red de amor, más allá del beneficio material que es secundario. ¿Les suena de algo? 

Y finalmente la consecuencia: el hexagrama 12. El estancamiento. 

"Los hombres malos no alientan
La perseverancia del hombre superior
Lo grande se aleja, llega lo pequeño."

Porque corremos el riesgo de consumirnos a nosotros mismos en pos de este objetivo maravilloso y trascendente. El dinero, la recompensa por mantener el tejido que lo es todo, y sin darnos cuenta de pronto nos encontramos aislados, sumergidos en una dinámica que nos impulsa a mantener nuestro objetivo aún a costa de nuestro bienestar no sólo emocional sino físico: el estrés, la autoexplotación del hombre por el hombre donde aún la consecución del objetivo puede hacérsenos imposible de disfrutar por todo aquello que dejamos atrás. El vacío dejado por la desaparición de los rituales, concepto acuñado por el filósofo coreano Byung Chul Han a lo largo de sus libros que es reemplazado por una autoexplotación que puede alcanzar extremos mesiánicos y derivar incluso en estafas piramidales que pueden dejarnos secuelas imborrables o daños irreparables. Y no hay legislación que pueda con eso, porque de una u otra forma el mecanismo se actualiza, se viste de otras ropas más acordes a las diversas realidades. Es cierto, quizás algunos de sus impulsores han logrado encontrar esa satisfacción prometida, pero al costo de tantos esclavos tirados por la borda. Por eso estas ofertas mágicas de trabajo se mantienen constantemente actualizadas, es cosa de revisar su red social favorita. Al fin y al cabo, la decisión es siempre personal. 
El filósofo coreano Byung-Chul Han


viernes, 9 de abril de 2021

La intimidad y el hexagrama 9 (o el 61)

 Hay demasiadas cosas que ocurren en nuestras vidas todo el tiempo, pero los momentos regresan. Transfigurados en otros, por cierto, pero regresan. 

Una vez un amigo me hizo notar, algo molesto, que cuando estaba con él insistía en traer a colación otros momentos. No era la nostalgia, sino el eco reverberando, pero no logré explicárselo, de hecho, ni siquiera lo sabía entonces. 

Hace diez años comencé a practicar danza contemporánea. Como la entiendo ahora, se trata de crear momentos desde el cuerpo, y no la belleza de los movimientos, ni la técnica, ni la flexibilidad, que son los medios desde los cuales los momentos se expresan pero se convierten en todo lo que uno quisiera expresar. Cuando en las clases me pedían improvisar trataba de desarrollar conceptos, ideas difusas de lo que debía ser y muchas veces fallaba, porque no me sentía en el momento. Mi cabeza usualmente está inmersa en muchos pensamientos que una y otra vez reverberan. Acerca del mundo, acerca de mis estados de ánimos, de mis carencias, mis inquietudes, qué se yo. Como cuando tienes ganas de besar a alguien e intentas descubrir si la otra persona comparte esas ganas, porque no estás seguro. 

Muchas veces ligar se convierte en un algoritmo: una serie de pasos definidos que inevitablemente se terminan cumpliendo y muchas veces, en no querer que se me arranquen, los voy estirando. La pornografía es un loop interminable, una secuencia que sin embargo buscamos repetir acrobáticamente, tanto que hay gestos que te sacan porque están fuera de lugar en tu imaginario y pertenecen al otro, a aquel ser que, supuestamente, comparte tu deseo. Cuando aparecen, uno se vuelve un fantasma. 

Alguien a quien quise mucho hizo de unos envoltorios de chocolate y unas boletas unos fantasmas de papel, y me dijo que siempre iban a acompañarme. Uno trae consigo esos fantasmitas y se empeña en encontrarlos. Pero no es tan difícil conjurarlos si uno está presente. Si lo estamos, cada momento se vuelve único, y ya ni siquiera se asoman las melodías de las escenas de nuestras películas favoritas, ni aquellas canciones ajenas en las que acostumbramos a depositar momentos. 

No necesitamos a alguien para crear momentos, éstos apenas son ejemplos, formas de enunciar. Escribir es una forma de documentar ciertas atmósferas que se entretejen con aquellos. 

Hoy pregunté por qué me aterra quedarme en los momentos. El i ching me respondió con el hexagrama 61 transitando al 9.

La verdad interior que en su línea tercera, débil, es amansada por lo pequeño, el eco de otro momento inevitablemente perdido cuyo eco se nos hace insoportable y nos hace volver nuestra atención a la forma, a su singularidad, y nos distrae del hecho de que reverbera, y que lo recordamos porque vuelve, despojado de las envolturas espaciotemporales y socioafectivas. Cuando tratamos de apropiarnos del yin arrebatadamente y olvidamos la advertencia del hexagrama 44. "La doncella es poderosa, no conviene desposarse con ella" porque no es para que nos apropiemos, de hecho incluso nos podemos dar cuenta. ¿qué sentido tiene hacerlo? 

Va y viene. 



lunes, 1 de febrero de 2021

El hexagrama 25 y la inspiración creadora

 Claro, qué mejor hexagrama para describir procesos creativos. Mientras el 22 quizas se refiere a la obra acabada, a la obra contemplada cuyo efecto es comparable a observar un volcán que contiene en si mismo la promesa de estallar, el 25, que se llama "la inocencia" pero que también es "lo inesperado" y la "no intención" de una imagen que brota, explota sin que nada la contenga y uno simplemente va a la siga de esa explosión, tratando de retener ese chispazo súbito en una forma más o menos reconocible. 

En la secuencia del rey wen sin embargo va primero la forma, la vasija que contiene, la posibilidad de imitarla deshaciéndose de los adornos en la medida de la labor, como la historia de Inanna, la diosa sumeria que para bajar a los infiernos se va despojando de todo adorno, de toda noción aprendida hasta que ya nada la contiene en el 23 y necesita caerse para renovarse en el 24, y en el 25 es donde nos damos cuenta que esa chispa sigue ahí, que nunca desapareció y que sin importar lo que hagamos o no hagamos aquello que se manifiesta encontrara su curso de expresión más allá de nosotros. Ese 25 que se opone a los esfuerzos titánicos de la semilla para abrirse paso en el 46 y transformarse en un árbol fuerte que eche sombra, abono y semillas para las nuevas generaciones. 


Una flor como esta simplemente aparece, puede que nadie se de cuenta nunca, pero ahí está.


"La semilla brotará, a pesar de cualquier esfuerzo consciente, es un proceso natural, y si no brota es porque no era su momento, simplemente" El hombre en cada gota de semen contiene alrededor de 200.000 espermatozoides. ¿Cuantos de ellos llegarán a ser humanos? ¿Cuantos de ellos llegarán a ser personajes? ¿Cuántos de ellos trascenderán las eras? 

El 25 nos enseña que lo importante es la chispa, que la potencialidad, el aquí y el ahora lo son todo. 

Aún cuando su impetuosa primera línea caiga en saco roto hacia el hexagrama 12, no importa, todo hexagrama es solo un momento y cada momento ofrece más de un punto de vista, más de una sola posibilidad de interpretación. 


La segunda línea se somete, es obediente y comprende en seguida el mensaje. Se vuelve cautelosa y atenta, aprende a seguir a la distancia, en silencio y discretamente al tigre del hexagrama 10 para que no lo muerda, y si bien no alcanza a cazarlo al menos se libra de los peligros. 

La tercera línea, de tan entregada que va, se descuida y deja de poner atención a su entorno. Adopta el piloto automático, y queda atrapada por la inercia, ya no puede improvisar y por eso pierde a la vaca, que de cualquier modo sigue dando leche a quien se la llevó. No somos capaces de reproducir aquel impulso que seguimos y se nos arranca, al menos por el momento.

Hay que pasar por ahí, sin duda. Que algo se nos arranque, que algo se nos pierda, nos permite darle importancia, pero comprendiendo que cualquier vinculación con esa chispa es espontánea, como los vínculos que muestra el hexagrama 13, tan distintos a los de su opuesto complementario, el 7 que nacen de la obligación y la disciplina, y exigen esfuerzo. ¿Puede enfrentarse la inspiración de este modo? Si claro, también. 

Si llegamos a las alturas de la cuarta línea puede que comprendamos que aquello que se va siempre regresa, y experimentemos por un instante esa seguridad instintiva de que el universo nos provee de momentos para brillar como aquellos del hexagrama 42, fugaces y potentes. 

Y esos momentos también nos traen la angustia de su inasibilidad, como nos muestra la línea 5. Es una angustia natural, espontánea y pasajera que aparece y desaparece, y siempre podemos cortar de raíz en el hexagrama 21. Así como da lo mismo perderla en la línea 3, da lo mismo empantanarse en esta línea: lo que está sucediendo está sucediendo y tarde o temprano dejará de suceder. 

Y así llegamos a las cumbres del hexagrama, donde ya comenzamos a atisbar que ese momento de inspiración es apenas el inicio de un sendero de trabajo duro, de utilizar las herramientas en el 26, y que si no nos ponemos manos a la obra y transformamos esa inocencia en experiencia no dejaremos de perseguir rastros en el bosque, pero aún así, terminaremos encontrando algo valioso así que tampoco importa demasiado. 

Por eso es que la inocencia es tan difícil de poner en práctica: nos enreda, se nos escapa, nos atrapa y nos envuelve, casi nos obliga a observarla con el ojo externo para poder tallarla y contagiarla, ponerle de nuestra cosecha. Porque los seremos humanos támbien somos transformadores de nuestro entorno y tenemos el bichito de la trascendencia implantado en nuestra conciencia. 

No obstante, sigue dando exactamente lo mismo. Somos. Algún día dejaremos de ser y sin embargo seremos otra cosa. La conciencia de ello suele ser aterradora. ¿No les parece? 

Quizás no. 



domingo, 31 de enero de 2021

Los decretos y el hexagrama 4

Uno de los conceptos favoritos de esta época para aquellas personas que se vuelcan a la práctica espiritual es cómo afectan nuestras percepciones al entorno, y cómo podemos transformar nuestro entorno a partir del entrenamiento de nuestras facultades: esto es, el decreto. Como la mayoría de lo que nos rodea, el enfocar nuestra voluntad para conseguir un efecto en la realidad puede ser un tremendo estímulo o puede utilizarse para justificar las más grandes atrocidades. En los grandes mass media son muchos quienes han utilizado el decreto para justificar la pobreza (el pobre es pobre porque quiere), la violación (por algo atrajo eso a su vida), entre otros temas polémicos. Particularmente como terapeuta he constatado que existe una obsesiones con el estar "bien" con el ser "positivo" para atraer "buenas" vibras y que eso muchas veces nos impide mirar o tomar conciencia de otros estados no tan positivos que experimentamos cotidianamente, creando una disonancia que puede transformarse en una potencial dolencia o en un episodio desafortunado o trágico: un estallido de violencia, una crisis de pánico entre otras posibilidades. Más allá de mi opinión, quise preguntarle al I Ching en qué forma lo que decretamos o pulsamos incide en nuestra realidad y nuestras circunstancias. La respuesta fue el hexagrama 4, la insensatez de la juventud. Cuando meng aparece en nuestras consultas tendemos a asumir la literalidad y crudeza de las palabras del juicio, y a menudo pasamos por alto aquella frase que dice "la insensatez de la juventud tiene éxito". Tiene éxito porque nos permite reconocer que no sabemos, que quizás no tenemos los elementos de juicio, que nos queda mucho por aprender al respecto y estamos en el momento preciso para hacerlo. Pero también podemos dejar que las imágenes nos hablen y dejar de asumir la literalidad de la frase, lo cual es particularmente útil cuando consultamos en abstracto. Podemos decir, por ejemplo, que en este caso no es necesariamente nuestra insensatez sino nuestra inexperiencia la que nos confronta. Y es que la vida jamás deja de mantenerse misteriosa, incontrolable e inaccesible como el trigrama agua, y no nos queda otra que dejarnos llevar por las circunstancias y sólo así seremos capaces de identificar cuando la corriente esté a favor de aquellas decisiones o movimientos que queremos realizar y podremos efectivamente cumplir nuestros decretos. Y aún así, frente a nosotros hay una montaña conformada por historias, secuencias, moldeada por eventos geológicos, por el viento, intervenida por la Flora y fauna, por el hombre o simplemente misteriosa e inexorable frente a nosotros, a la cual podemos mirar y que nos sirve como ejemplo.
Magritte, en esta pintura, captura la idea de decreto magistralmente. 
En esta lectura las dos líneas móviles fueron la primera y la segunda: impulsivas e inexperienciadas, cada una desde una óptica particular. La primera línea es yin, una línea receptiva, demasiado pasiva, que recibe las lecciones de su entorno para aprender de su inexperiencia y moverse en consecuencia. Puede ser una víctima de las circunstancias, circunstancias respecto a las cuales no tenemos control y que nos golpean. Uno no elige a la familia que le tocó, ni el país, ni el medio social donde se desenvuelve. Sin embargo, en ellas uno aprende y modifica su comportamiento. Se adapta con el objeto de aprender y no las niega. Si sólo muta este hexagrama nos vamos al 41, la aminoración, que nos enseña el valor de acomodarnos a las carencias y extraer de ellas las enseñanzas que nos permitan transformarla en riquezas o perlas de sabiduría en el 42. La segunda línea adopta la actitud contraria: aprende a desenvolverse a la fuerza, con ímpetu y voluntad de superación. Es una línea orgullosa, minuciosa, impulsiva y arrolladora, aunque apenas consiga un efecto limitado. La voluntad de transformar circunstancias, de educarnos, de salir adelante para escapar de la incerteza. Que nos lleva derecho al 23, que muchas veces es derrumbe y tantas otras una cáscara vacía que no cumple ninguna función. Enmascarados nuestra realidad con un prisma de colores y creemos que nuestra voluntad y sólo ella todo lo puede. Así sobrellevamos la angustia de la incerteza, pero corremos el riesgo de no ver más allá de nuestras narices, perdemos la atención que es tan fundamental. Ambas posiciones son incorrectas, o quizás la palabra adecuada sea fuera de lugar: la primera demasiado sumisa y conformista, la segunda demasiado orgullosa y tozuda. Este contrapunto de energias, al mutar en conjunto, nos lleva al hexagrama 27: la alimentación. ¿Y cuál es el mensaje del 27? Que la alimentacion es un proceso activo, por supuesto. Pero que encierra un componente receptivo que es tan importante como la acción misma de comer. Es importante discriminar cómo me alimento, cuando me alimento, pero aquello que elijo para alimentarme existe más allá de nosotros y tiene efectos en nuestro organismo. Tiene formas de ser consumido, presenta riesgos de excesos. Podemos decretar situaciones y deseos cuyos efectos pueden ser nocivos y olvidarnos de aquello que nuestro cuerpo necesita, podemos alimentarnos para experimentar el placer de la comida, para apagar nuestras ansiedades, y por supuesto, necesitamos alimentarnos para sobrevivir, y eso nada tiene que ver con nuestra voluntad. Entonces ¿Sirve o no sirve decretar? La respuesta, como acostumbra a mostrarnos en el i ching es "puede ser, depende". Sólo hay que tener cuidado de no engañarse y pensar que la voluntad lo puede todo, y no dejar estar atentos a la información que recibimos de nuestro entorno, solo así podremos comprobar cuán efectivos pueden ser nuestros decretos.

jueves, 17 de diciembre de 2020

2021: volviendo a las raíces

Hace años en esta página nos hemos dedicado a realizar diagnósticos respecto al clima esperado para el próximo ciclo gregoriano. El año pasado anticipamos un año de fuego y nos encontramos no sólo con la pandemia, que trajo transformaciones profundas en nuestras formas de relacionarnos, sino que hemos visto cómo nuestras convicciones se radicalizan, alimentadas por la hoguera algorítmica de las redes sociales, cómo el teletrabajo nos ha obligado a acondicionar nuestro hábitat personal a las necesidades laborales, cómo muchos han comenzado a ofrecer toda clase de saberes y servicios a través de las plataformas virtuales, compartiendo sus experiencias y prácticas y también cómo millones de personas cesantes han debido encontrar nuevas convicciones en medio de la incertidumbre. Pues bien, no está de más recordarles que las convicciones detrás de esta página consisten en entregar pinceladas y posibles metáforas que nos permitan afrontar las meses que vienen y con ello contribuir a desarrollar una mirada poética libre de las polarizaciones antagónicas propias de nuestra mentalidad educada bajo los cánones binarios del judeocristianismo, más allá de valoraciones positivas y negativas. Recomiendo volver a estas páginas una vez transcurrido el año y ver qué acontecimientos sugeridos a continuación no fueron explicitados, y cuáles de ellos sí.

El 2021, en esta tirada del i ching realizada en Chile, se anticipa un año bajo el signo de kun, el trigrama que representa a la madre, y también a la energía de la tierra. Culminando el Campo, Primavera en efecto. [I] De la miríada de seres el propio nacimiento. Por-tanto cediendo recibir el cielo. Campo: munificiente llevar a los seres. Actualizar el tao uniendo sin delimitar. [II] Contener generosidad, la claridad grande. Las clases: ser conjuntando el Crecimiento El caballo hembra: tierra tipificando. Mover, la tierra sin delimitar. Lo Flexible cediendo, Cosechante Prueba. [III] El chün tzu dirigiendo el movimiento. Previo engaño dejar-ir el tao. Después cediendo adquirir normas. Sudoeste: adquirir un socio. [IV] Por-tanto reuniendo tipificar el movimiento. Nordeste: perder un socio. Por-tanto el consumar poseyendo recompensa. De la tranquila Prueba propicia. [V] Corresponder la tierra sin delimitar. Kun es un principio oscuro, y sin embargo bien definido. Representa el espacio, la superficie y encierra en sí mismo una serie de posibilidades ilimitadas que debemos extraer. No obstante, el foco consiste en dejarse llevar, en permanecer receptivos a los acontecimientos y en ningún caso intentar abrir caminos a la fuerza. Si lo hacemos, nos veremos extraviados, perdidos y agotados, e incluso podríamos sufrir grandes daños. Para este ciclo será útil reconocer que nuestra dependencia depende fundamentalmente de la armonía de nuestro entorno, y no de la explotación de los recursos que la tierra nos ofrece. Cualquier intento en este sentido será potencialmente catastrófico no sólo para nosotros mismos sino para el planeta. Por tanto, todos los intentos para retomar la normalidad del ciclo pre pandemia serán infructuosos. Los gobiernos y corporaciones con afanes transformadores se encontrarán con sendos fracasos. Eso que los conspiradores llaman "el nuevo orden mundial" no tiene posibilidades de éxito alguno y traerá más de algún contratiempo. Las formas de organización patriarcales que se encuentran vigentes experimentarán fallos, no serán capaces de dar a bastos con las necesidades de los individuos, el poder y la dominación serán instrumentos infructuosos, ineficaces y traerán enredos, imprevistos. Para aquellos aficionados al orden y a las estructuras definitivamente el 2021 será un año nefasto, y lo experimentarán como una verdadera tragedia. Probablemente los medios instalarán una sensación de caos, algunos clamarán que el Apocalipsis bíblico se nos viene encima. Desorientación, falta de puntos de referencia. Los viejos modelos tienden a caerse irremediablemente e iremos viendo, y experimentando, profundos signos de desgaste. Sin embargo, es importante considerar que no se trata de un final, sino de todo lo contrario. Lo que se terminó es lo viejo, pero se terminó para que algo nuevo comience a fraguarse en medio de la oscuridad. Recomiendo, como herramientas fundamentales, la meditación, el contacto con la naturaleza. Cualquier herramienta que nos desconecte del ego y del poder será bienvenida y nos traerá no sólo mucha paz, sino que nos permitirá desarrollar las habilidades que nos permitirán prosperar en medio de estas nuevas reglas del juego que desde este año empezarán a dar grandes frutos. Si cultivamos en nosotros la escucha y la receptividad no tenemos absolutamente nada que temer y podremos sobrellevar las dificultades reinantes como si no ocurriesen en absoluto. En nosotros, no en gurúes ni iluminados de ninguna clase. No es hora de tomar las riendas, sino de adaptarse. En este paisaje nuevo, el i ching nos entrega dos advertencias preciosas: La primera de ellas: a) Pisar escarcha, endurecer el hielo culminando. b) Pisar escarcha endureciendo el hielo: El yin comienza solidificando por-cierto. Dócilmente comprometer el tao de uno: Culminar endureciendo el hielo por-cierto. Esta es la primera línea del hexagrama: si se pisa la escarcha, es porque viene el hielo. Esto aplica para toda circunstancia. Por tanto, ser cuidadoso donde pisamos, a qué le damos poder. En el i ching, los comienzos son fundamentales. No desde el intentar asegurarnos. Si intentamos asegurarnos, puede que quedemos presos de las consecuencias. Con apertura y haciendo uso de la intuición, no tendremos mayores problemas. Si algo nos hace dudar, resguardarse en nuestro fuero íntimo y sagrado, en nuestros hábitos, en nuestro trabajo interno, en lo cotidiano y no contagiarse ni con la desesperación ni con la locura que podamos sentir alrededor. La segunda advertencia: a) Una vestidura amarilla. Primavera propicia. b) Una vestidura amarilla, Primavera propicia. El modelo situado-en el centro por-cierto. Mesura, confianza en nuestro centro. No es un año para brusquedad ni radicalismos. Es un ciclo interior, íntimo, de resguardo. El cuidarnos nos dará las fuerzas que podremos desplegar en el momento adecuado. No contagiarnos con la sensación de miedo, ni con las alarmas, ni con lo catastrófico que sin duda andará dando vueltas. No se trata del fin del mundo, si no nos dejamos arrastrar. Y finalmente, reiterando lo anterior. Es un año de comienzos, es un parto. Lo difícil que se nos presente, tanto a nivel personal comoa nivel colectivo, son los dolores de parto, de algo nuevo que apenas empieza a manifestarse. Estas dos líneas, ambas dóciles, la primera y la quinta, nos llevan al hexagrama 3: las dificultades del comienzo. Si nos sentimos perdidos en nuestro fuero interno, es momento de compartir entre nosotros, de conversar, de apoyarnos mutuamente y así nos podremos dar cuenta que los dolores que nos aquejan no son sólo nuestros, sino que son dolores compartidos.Y que juntos podemos hacerles frente, si juntos escuchamos y compartimos lo que cada uno, en su fuero interno,podrá ir descubriendo. La clave es empezar a compartir, pero antes de eso, hay que escuchar: no a las autoridades no a los iluminados ni a los gurús, sino a lo que la naturaleza nos irá manifestando, sin intermediarios. Por ello, en esta oportunidad prefiero no anticipar absolutamente nada, sino poner énfasis en mantener la receptividad y la capacidad adaptativa. A hundirse en las profundidades de la tierra, para que nutriéndose en ella, nuestras raíces se hagan fuertes y nos permitan crecer.

viernes, 11 de septiembre de 2020

El I Ching y el Big Data: una consulta personal

 A lo largo del siguiente ejercicio vamos a aprender a utilizar el i ching desde nuestros propios sesgos ideológicos, un tema que ya enuncié a lo largo de mi entrada anterior, que habla sobre el conflicto mapuche, pero que en esta oportunidad pretendo explicitar un poco más. 

Para ello, primero hablaré algunas líneas acerca del concepto de algoritmo. Un algoritmo es una forma de razonamiento lógico que permite describir cualquier acción cotidiana a partir de una cierta secuencia de pasos establecidos. Los algoritmos, por su definición, deben ser sencillos, claros, específicos y explicables. La gracia es que pueden utilizarse en secuencias y cadenas que permiten procesar una gran cantidad de datos de una forma muy simple. Si yo puedo escribir esta entrada y usted, estimadx lector, puede leerla es gracias a cadenas algorítmicas. 

Los algoritmos pueden llevarnos a  descontextualizarnos de nuestro entorno inmediato, desincentivando nuestra curiosidad natural. Si todas las respuestas están dadas por un algoritmo, ya no es necesario que las generemos por nosotros mismos. La búsqueda de conocimiento se reduce a encontrar el algoritmo que nos permita obtener el resultado deseado. Para ello, es prerrequisito desear un resultado.  

La publicidad con la cual somos bombardeados a diario nos ofrece cantidades crecientes de objetos de deseo: el éxito profesional, la superación personal, el bienestar económico, el amor, el conocimiento, e incluso el bienestar espiritual son algunos de los deseos que más o menos todos los seres humanos en algún grado atesoramos y mantenemos. El Nobel alternativo de economía Manfred Max Neef llamó a los objetos culturales y de consumo "satisfactores de necesidades". 

Una graficación del concepto de algoritmo tomada del buscador de google


De esta manera, nuestra actividad se reduce a encontrar el algoritmo adecuado para satisfacer nuestras necesidades y nuestra creatividad a revestir dichos algoritmos de formas novedosas y atractivas. 

Los algoritmos que generan nuestra cultura suelen ser cerrados: me gusta, no me gusta; estoy de acuerdo, estoy en desacuerdo; es un héroe, es un villano; estoy a favor, estoy en contra; es correcto, es incorrecto. Aún ofreciendo matices, los algoritmos prometen ahorrarnos experimentar la vida por nosotros mismos ofreciéndonos la posibilidad de no caer en el error, en el daño, en el tropiezo, la imperfección, lo cual, naturalmente, suele aterrarnos ¿Quién querría equivocarse a propósito? Y ese es un punto particularmente sensible cuando hablamos de decisiones complejas como la economía, los derechos sociales y nuestra forma de organizarnos y relacionarnos con el medio que nos rodea. 

Aquellos que conocemos y utilizamos el i ching, que si bien también se trata de un sistema algorítmico, sabemos que el conocimiento de su sabiduría no reemplazará nuestra experiencia pues nos ofrece un punto de vista con muchos más matices y claroscuros que la "buena fortuna" o la "mala fortuna" que prometen algunos de sus dictámenes, no todos ni la mayoría, por cierto. 

Tras los anteriores párrafos,  donde se ven caracterizados tanto mi conocimiento como mi opinión acerca de los algoritmos, que a pesar de ello son utilizados ampliamente por plataformas como facebook, Instagram y google analytics, las cuales son administradas por profesionales de las comunicaciones como es mi caso y que me causan evidentes resistencias conceptuales e ideológicas (algo rítmicamente "estoy en contra") Quise preguntar al I Ching, otro lenguaje algorítmico el cual utilizo y prefiero, lo siguiente: 

¿Cómo relacionarme desde mi vereda de comunicador con esta realidad algorítmica? 

El I Ching respondió con el hexagrama 13 "La comunidad de los hombres" mutando en su trigrama inferior fuego completamente en el trigrama agua y transformándose en el hexagrama 6 "el conflicto".

Es muy probable que la respuesta entregada esté aludiendo precisamente a este sesgo mío. Si usted, estimado lector, así lo considera, puede elegir no seguir leyendo (algoritmo) o puede continuar la lectura (algoritmo). Yo lo motivaría a elaborar su propia experiencia, independiente de si sigue leyendo y/o no. 

En fin. En este caso mi análisis no se referirá al trigrama cielo, que en ambos casos permanece arriba, intocado, incólume. Hay una parte de la vida que va más allá del ámbito de nuestra experiencia y que tiene que ver con nuestras acciones y su efecto transformador para un espectro más amplio que mi limitada experiencia transformadora. Allí, las infinitas posibilidades creativas se mantienen provocando transformaciones profundas más allá de lo que yo crea o no. 

Sin embargo, en el ámbito interior, limitado de mi experiencia, podemos ver que el fuego, que en el i ching representa la luz que entra por los ojos e ilumina la oscuridad, cambia al agua que representa aquella información que solo podemos experienciar empapándonos de ella, es decir escuchando (en el I Ching el trigrama kan también representa al oído). En el caso del ojo, siempre podemos cerrarlo y la luz no pasará, pero si la abrimos, no podemos elegir cuánta cantidad de luz entra sino que está predeterminada por la capacidad de nuestros bastones y la dilatación de nuestras pupilas (apertura del diafragma) En el caso segundo, no podemos elegir no escuchar aquello que nos rodea (a no ser que nuestro aparato auditivo esté dañado o tapado) pero sí podemos someter lo que escuchamos a toda clase de filtros conscientes pese al poco control que tenemos respecto a aquello que nos llega. 

Dicho de otra manera, en el hexagrama 13 puedo elegir libremente abrirme a utilizar aquella lógica algorítmica o no. En su primera línea, advierte que dicha elección se hace "ante el portón" y que "no hay mácula" pero una vez adentro, no puedo discriminar porque aquello supondría perder aquella libertad de acción anunciada por el hexagrama y me advierte en la tercera que, si escondo armas en el matorral, durante mucho tiempo no seré capaz de apreciar sus evidentes ventajas. Sería caer en sinestesia o pretender "escuchar con los ojos" lo cual evidentemente provocaría un conflicto entre el mundo exterior y mi interioridad. Se trata de estar dispuesto a seguir las reglas básicas del sentido común y no pretender torcerlas para evitar ciertos alcances sesgados. O dicho en lenguaje algorítmico "o lo tomas tal como se te ofrece o no puedes tomarlo". Pero, aquí cobra importancia el hexagrama complementario. "Eres sincero y te refrenan, una cuidadosa demora trae buena fortuna, llevar las cosas hasta el fin trae mala suerte, no conviene cruzar la gran agua". 

Si lo tomo como una verdad y así lo acepto "en libertad de acción" podré cruzar la gran agua, es decir, comunicarme en una era definida en gran medida por términos algorítmicos, pero aún así no puedo hacerlo discriminando porque existe una desconfianza que me lleva a vivirlo como un conflicto que, como se trata de líneas móviles, es algo que fácilmente podría ahorrarme si no cruzo la puerta y simplemente lo observo sin un juicio previo y lo uso cuando haya que usarlo. Así me evito el conflicto y no me comprometo con la algoritmia. 

El sabio amigo i ching sí que es sabio en sus planteamientos ¿verdad? Nos presenta un punto de vista interesante y completamente desapegado y neutral, mientras que al mismo tiempo reconoce mis sesgos. 

Pasa lo mismo con cualquier tipo de preguntas que queramos hacerle. Si aceptamos con neutralidad sus respuestas, lo cual suele presentarse difícil sobre todo en las terceras líneas del hombre, nos evitaremos tropezones y contratiempos. Pero somos humanos, nos gusta revolcarnos y torcer el mundo con el cual interactuamos. He aquí uno de nuestras más grandes paradojas.